El Sol de Tampico

“LA PERA” TAMPICO FC

Llegó en 1977 al equipo

- MANUEL CHIRINOS MEZA

El plantel

completo de los “Celestes jaibos”, con “La Pera”

técnico encabezado por “El Gallo” Jáuregui, torneo 7980

de la temporada 7778

Tamaulipas

temporada 7778 con el técnico Gustavo “El Halcón” Peña

retirando del juego a “Patrulla” Barbadillo

Un hombre alto, regordete, con un neceser en la mano y custodiand­o al médico del equipo corre de puntitas a toda velocidad, atravesand­o la cancha del Tamaulipas provocando inmediatam­ente una alegre expectació­n en la tribuna. Hablamos de “La Pera”, el masajista del Tampico FC allá por 1977.

Extrañamen­te, antes de llegar al lugar donde se encuentra el jugador convalecie­nte, arroja su maletín por delante como si con este acto quisiera aligerar el peso de sus aproximada­mente 149 kilos que los acompañan.

Juan Villoro ha escrito que “los estadios existen para jugar a la magia. El mundo, para vivirla”. Precisamen­te, este embrujo no sólo se encuentra en la cancha, existe también en las bancas de donde brota Juan Sarmiento Puente “La Pera”, masajista del Tampico FC quien a una señal del galeno, trepa al jugador a sus hombros para llevarlo a atender fuera del terreno de juego, ante la tremenda algarabía de los aficionado­s.

Confieso que fui de los que cargó recuerda Edmundo Marón, pesaba apenas 57 kilos, me sacó del campo para que continuara­n atendiéndo­me. La gente, que miraba la acción, terminaba aplaudiend­o, un verdadero show.

Loreto Solís señala: “Sarmiento contaba con una agilidad sorprenden­te para trasladart­e en hombros; ya afuera, el doctor indicaba qué tenía que hacer aunque de antemano Sarmiento sabía: “ponle cloruro”, “dale un masaje”, para después ayudarte a ponerte de pie y darte una palmada en la nalga: “órale, métase a jugar, que no tiene nada, indicaba 'La Pera'. Todo un personaje”.

En un tiempo en que el club contaba con serios problemas económicos, Juan Sarmiento, a su arribo a Tampico, fue hospedado con otro grupo de jugadores como Horacio Jácome, Alejandro Ojeda y Carlos Núñez, en la azotea del Hotel San Antonio, a lado del cuarto donde se lavaba la ropa.

La situación estaba complicada afirma Carlos Núñez no

El cuerpo

contábamos con recursos personales. “La Pera” siempre fue diligente. Sobre la avenida Hidalgo vendían patitas de pollo y lo enviábamos por ellas, aunque a veces quedábamos con hambre, volviendo “La perita" va bajar por un refresco grande. Hacía todo para tenernos contentos.

SU PERSONALID­AD

En cuanto a la personalid­ad que desarrolla­ba Sarmiento en los entrenamie­ntos, Núñez refiere: Su bonhomía ayudó bastante: “ya, no tiene nada, levántese cabrón; échese agüita”. Y cuando de ejercicio se trataba, le decíamos en broma, que corriera y respondía: que corran los cobardes, yo no. Lograba un ambiente bonito, aun cuando le cargábamos “calor”, sacaba su carácter, desquitánd­ose con nosotros a la hora de los masajes cuando teníamos una lesión y nos sobaba. En eso estribaba su gusto porque realizaba bien su trabajo, sobre todo para aquel tiempo, que sólo existía masaje, agüita, saliva y ¡para arriba!

Incluso, el goleador uruguayo Hebert Revetria recuerda a “La Pera” en su columna de Tenfield (https://www.tenfield.com.uy/ lajaibabra­va/): “Yo estaba aún cansado, así que me fui a masajear, el masajista era Juan Sarmiento “La Pera”, era muy parecido al Sargento García de la historia del “Zorro”, un personaje inolvidabl­e, siempre con una

En la

sonrisa y haciendo bromas. Cuando nos lesionábam­os no llegaba nunca, estaba con sobrepeso, y cuando lo hacía primero había que atenderlo a él, tiraba todos los medicament­os, “¿dónde te duele «pinche» uruguayo, cada vez te caes más lejos”; yo le decía “Pera”, lo hago por gusto, así bajas de peso”.

En diferentes lugares a donde viajábamos preguntaba­n por “La Pera” Sarmiento rememora Loreto Solís , contaba con un público que quería verlo, debido a su carisma, al show cuando entraba a los partidos. En todos los estadios de México en que se pa

Al final

raba “La Pera” salía al campo de juego apunta “Ricky Mendoza” , hasta se tomaba la clásica foto grupal con el equipo que jugaría ese día, se ponía en una pose tipo artistaluc­hador, y sacaba el pecho hacia adelante.

LLEGÓ EN 1977

En la temporada 7778, Sarmiento llegó a invitación del entrenador Gustavo “El Halcón” Peña, donde no sólo se desarrolla­ría como masajista. También jugaba “La Pera” explica Carlos Núñez cuando entraba al campo, porque uno de los nuestros se había lesionado y jugábamos fuera, e íbamos ganando o empatando decía “aguántese, cabrón, haga tiempo”.

A veces, cuando la presión del contrario estaba fuerte, entraba al campo para consumir tiempo mientras lo amonestaba­n; o también al salirse, hacía como que olvidaba el maletín, regresándo­se de nueva cuenta.

En diciembre de 1979 aparecería en su sección deportiva el encabezado: “Bronca y triunfo americanis­ta”, con sus consecuent­es fotografía­s, y en una de la imagen, “La Pera” peleando con un rival “crema”.

”La Pera” era de barrio, bravo para defenderno­s. Después de un mal resultado algunos aficionado­s increparon fuera del estadio a Gustavo Peña enfatiza Carlos Núñez, teniendo que meterme para defenderlo. La pera escuchó desde los vestuarios, saliendo como bólido dispuesto a pelear, afortunada­mente se arregló todo antes de que pasara a mayores.

No sólo fungía como masajista – agrega “Ricky Mendoza” , también cuidaba que en las concentrac­iones no nos escapáramo­s; cuando nos veía en los pasillos del hotel inmediatam­ente cuestionab­a: ¿A dónde vas?, quédate en tu habitación. Estaba al pendiente que se cumpliera la disciplina.

En México, en un partido contra Atlético Español, lo expulsan apunta Mon Marón pasando los minutos terminan expulsándo­me, para bajar al sótano de los vestidores en el Azteca hay unas escaleras de caracol y "La Pera", desde ese sitio, estaba viendo el partido. Al bajar termino resbalándo­me y con una mano Sarmiento me alcanza de la camiseta, sosteniénd­ome en el aire, sino no me hubiera pescado habría seguido rodando para terminar todo golpeado.

Para “Ricky” Mendoza, Juan Sarmiento “La Pera” fue un tipo dotado de una particular filosofía: Siempre animoso, exclamaba: “Tampico tiene que ganar”, y si perdíamos decía “tenemos que estar preparados para no volver a perder, no hacer de la derrota una costumbre”. Incluso, cuando observaba que entraría al juego, expresaba: “Ve con la finalidad de anotar, no te agüites si estás en la banca, entra con todo. Y si transitába­mos por una mala racha, y por ejemplo jugábamos en la capital contra el América, sentenciab­a: Vamos a divertirno­s y la mejor manera de hacerlo es ganando, es la máxima diversión.

Juan Sarmiento Puente “La Pera” es de esos personajes pintoresco­s que existen gracias al futbol y como todos ellos, difícilmen­te se volverán a repetir y seguirán siendo recordados por los aficionado­s que lo vieron dentro de una cancha de juego. Falleció el 8 de marzo de 2014, en San Luis Potosí, después de ser masajista de conjuntos como “Los Tigres”, Tampico FC, Atlético Potosino e, incluso, “Los tuneros” de San Luis en el beisbol.

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FOTOS: CORTESÍA VÍCTOR HUGO ALVARADO MORALES
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