De los grandes sueños
No se necesita mucho para elaborar una excelente oferta de campaña que enamore al pueblo y lo invite a depositar su voto en favor de aquel que mejor la presente y, como se dice coloquialmente, que jale al electorado hacia su causa y seguro que con ello n
Esa propuesta deberá estar impregnada de cinco elementos que, de cumplirlos a cabalidad aquel que llegue a la gubernatura del estado, lo convertiría en casi un paraíso terrenal y elevaría a categoría de ideal el confort y bienestar del pueblo.
Creo que es simple y sencilla la fórmula, si el candidato promete aplicar todo su empeño en lograr niveles de excelsitud en cuestiones como seguridad, educación, salud, producción y empleo, con eso el pueblo sería feliz.
Como dicen las escrituras sagradas, logrado lo anterior, lo demás vendría por añadidura.
Pero no, resulta que aquí los tres contendientes andan ofreciendo cosas que nadie les ha pedido, ofrecen dinero en efectivo como si esto fuera un bien eterno, no saben o no quieren entender que siempre es mejor enseñar a pescar que regalar un pescado.
Aquí, como en todo México, los mejores colegios son los privados, pero también son los más caros, quizá del mundo.
La gente, sobre todo los jóvenes, se van a la frontera, donde priva la mayor inseguridad del estado y los riesgos de caer en el mundo de la delincuencia organizada, pero ellos van con la esperanza de cruzar el río Bravo para encontrar un buen empleo.
En cuestión de hospitales y clínicas médicas andamos también muy mal, como si la salud no fuera lo más importante para los seres humanos, creo que se les atiende más a las mascotas en casas ricas que a las personas en los nosocomios de gobierno, es más, están abandonados como en Ciudad Madero donde el hospital civil viejo es una desgracia total y el “nuevo” es solo un cascarón que da lástima nomás de verlo.
Aquí, al igual que los colegios, son los hospitales particulares donde te atienden bien, eso sí, siempre y cuando tengas carretadas de dinero para pagar por tu salud.
¿Producción?, antes, hace ya mucho tiempo que hubo alguien que mediante un plan de “Revolución Verde” llevó a Tamaulipas al primer lugar del país en producción granelera y hoy vemos los campos agrícolas y ganaderos que parecen abandonados, unos por falta de agua y otros porque no existen las garantías necesarias para vigilar y trabajar el campo.
Si no hay producción, hay inflación, y si hay inflación hay defunción.
Se acerca el 5 de Junio, fecha “fatal” o Día “D”, fecha en que se sabrá quién tendrá el paquete de enderezar al estado y pueda regresarle a sus días de gloria, pueden ser César Augusto Verástegui Ostos, Américo Villarreal Anaya o Arturo Diez Gutiérrez.
A ver, diga usted, amigo lector, si está de acuerdo o no en que si hubiera seguridad total en el estado, si hubiera trabajo para todos, si se atendiera bien a la gente enferma, si producimos más de todo y educamos bien a nuestros niños y jóvenes, cree usted que este territorio sería el más rico del país, ¿sí o no?
P.D. De los grandes sueños surgen las grandes realizaciones.