SANTORAL DEL DÍA
Julián Muñoz Heredia
SAN FELIPE NERI
Nació en Florencia en 1515. Fue uno de los cuatro hijos del notario Francisco Neri. Él y sus hermanos perdieron a su madre muy pronto, pero la segunda esposa de su padre fue para ellos una verdadera madre. Felipe se distinguió desde niño, por su docilidad y su bondad, por lo cual mereció el apodo de “Pipo buono”.
Felipe hizo sus estudios de filosofía y teología en Sapienza y en Sant `Agostino. Pero tres años con el éxito con que había trabajado abrían para él una brillante carrera, abandonó los estudios, vendió la mayor parte de sus libros y se consagró al apostolado.
La vida religiosa del pueblo de Roma, que se resentía aún por los efectos del saqueo de 1527, dejaba mucho que desear.
Los más graves abusos abundaban en la Iglesia; todo el mundo lo reconocía, pero nadie hacía nada por remediarlo.
En el Colegio cardenalicio gobernaban los Medici, de suerte que casi todos los cardenales eran más bien príncipes seculares que eclesiásticos.
El clero había caído en la indiferencia cuando no en la corrupción, la mayoría de ellos no celebraba la misa, sino rara vez, dejaban tranquilamente arruinarse las iglesias y se disentían del cuidado espiritual de los fieles.
San Felipe, hacia el fin de su vida tuvo varias enfermedades que lo pusieron al borde de su muerte. Dos años antes de morir, logró renunciar a su cargo de superior.
Falleció el 25 de mayo de 1595, sin poder hablar instantes antes dio la bendición despidiéndose de sus hijos. Tenía ochenta años y dejaba una obra imperecedera. Sus reliquias se hallan la “Chiesa Nuova” y fue canonizado en 1622.