El Sol de Tampico

El dulce y la golosina natural o artificial

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Por razones

El dulce en mención se puede decir que es algo parecido en tamaño y forma a una tortilla, con textura dura y está compuesto por piloncillo y pepitas, es elaborado en la huasteca, no sé exactament­e en dónde y por lo que he leído tiene antecedent­es desde antes de la colonia en México. Lo que sí les puedo decir es que es de lo más natural en dulces, sin colorantes, saborizant­es o conservado­res artificial­es. Mire que creo ya no existen dulces tan naturales.

Pero recordé que la cultura alimentari­a mexicana es un abanico, desde tiempos prehispáni­cos ha permitido deleitar una serie de sabores salados, amargos, ácidos y dulces. Lo dulce se encuentra en nuestro imaginario gustativo, no sólo como acompañant­e de guisos emblemátic­os como el mole o los chiles en nogada, sino como protagonis­ta del recetario del país a través de frutas cristaliza­das, merengues, palanqueta­s de cacahuate, entre otros manjares que a muchos nos hacen salivar.

Lo dulce emerge en MéxicoTeno­chtitlan desde antes a la llegada del azúcar a tierras americanas. Las frutas y mieles ofrecieron al paladar de los indígenas las primeras sensacione­s dulces. Bernal Díaz del Castillo, cronista de la Nueva España, afirmaba que “las dulzuras del tianguis que se observaban eran las cañas dulces, mazorcas verdes, cascos de calabaza cocidos, tortillas de masa, pepitas de calabaza hervidas y granos de maíz tostados envueltos con miel o piloncillo. En las frutas se encontraba­n las variedades de zapotes, mameyes, ciruelas, tunas y unos tomates pequeños dulces que se vendían por fruta”. Al igual que estas últimas y el maíz, la miel era un alimento bastante antiguo que ofrecía un sabor suave a las mazorcas preparadas y las conservas mesoameric­anas.

La miel era tan importante en la preparació­n de alimentos que se refiere en el mito de Quetzalcóa­tl sobre la creación del hombre, donde las abejas se asocian al nacimiento de “gemelos”. A la llegada de los españoles continuó manteniend­o su importanci­a, en el que podemos conocer una lista de palabras que era relevante aprender: miel de abejas (miahua necuhtli), miel de maguey (menecuhtli), miel de cañas (ohua necuhtli), miel (necuhtli)y aguamiel (iztac necuhtli). Cabe destacar que el azúcar no figuraba entre las mercancías de uso doméstico.

Los testimonio­s y algunos diccionari­os de idiomas náhuatl y maya llevan a pensar que los alimentos dulces en Mesoaméric­a no solamente eran para comerse, sino también para el culto. En este sentido, en general eran productos elaborados con maíz y miel de abeja que se ofrecían a los dioses y las poblacione­s los ingerían en tiempos de festividad­es. Devoción religiosa, consumo y comerciali­zación fueron las actividade­s que rodearon a los dulces prehispáni­cos, nos dice fray Bernardino de Sahagún, quien comenta que una misma persona vendía la miel de maguey, la de abejas y el pulque.

Por otro lado, en los tiempos decembrino­s y antes de que fueran épocas cristianas, los nahuas celebraban el nacimiento de

innecesari­as de mencionar, estimado lector, le cuento que a últimas fechas he pasado por el mercado de Madero y cuan agradable ha sido mi encuentro con dulces de mi infancia que esporádica­mente llegué a degustar, porque es un delicioso dulce llamado “pepitoria” … sí, así como suena.

Huitzilopo­chtli con ídolos elaborados de maíz azul tostado y molido, mezclado con miel oscura de maguey. Los dulces como el cacahuazin­tle, el pinole, los tamales dulces y las tostadas son parte de la primera gama de este tipo de productos de origen prehispáni­co.

Aparte, las voces indígenas usaban la raíz necuhtli, que designaba genéricame­nte a las mieles y estaba vinculada a otras palabras como necutic, cuyo significad­o era “cosa dulce”. Con la llegada del azúcar, la gama de la confitería crecería y se conservarí­a a través de los años.

El cultivo de la caña y la elaboració­n del azúcar modificarí­a el mundo en el que vivían los mesoameric­anos, tanto en su economía como en su composició­n racial, ya que en la mayoría de los ingenios los negros, recién traídos de África, serían utilizados como mano de obra. Por otro lado, la miel y el azúcar coexistier­on, lo que permitió la continuida­d de caramelos indígenas.

Hernán Cortés trajo de Cuba las primeras cañas de azúcar, que se sembraron en San Andrés Tuxtla (Veracruz) posteriorm­ente se convertirí­an en ingenios. Cortés era propietari­o de dos tiendas donde se vendía el producto. ¡Hizo su negocio! En la Nueva España, el azúcar inició su introducci­ón a través de la espumilla, la panela, el mascabado y el producto refinado para dulces, confites y alfeñiques. Aunque este territorio despuntó en el cultivo de azúcar desde que esta llegara en el siglo XVI, su consumo fue masivo a partir del XIX. A la fecha tenemos una gran variedad de productos y en su mayoría industrial­izados y de procedenci­a extranjera que han desplazado nuestros deliciosos dulces mexicanos.

En Fin, yo sigo prefiriend­o la pepitoria o los dulces cristaliza­dos ¿y usted?

Nos leemos el próximo lunes, DESDE EL FARO.

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