El Sol de Tampico

CUATRO DÉCADAS

El líder de la banda recuerda algunos de sus momentos de mayor éxito y refrenda su interés en seguir haciendo teatro fusionado con rock, a pesar de que las condicione­s económicas y los apoyos ya no sean los de otros tiempos

- ALEJANDRO CASTRO @DJCONCHAYT­ORO

Si algo hay que reconocerl­e a Cristal y Acero, la banda formada en los años ochenta del siglo pasado por Samuel Saphiro, es que se han diferencia­do del resto de las agrupacion­es de hard rock por ser el único grupo mexicano y quizá uno de los pocos del mundo cuya propuesta engloba no sólo música, sino también puestas en escena en la que destacan la cultura medieval y una serie de historias fantástica­s.

Aunque al principio esos no eran los planes de la banda, que más bien tomó este camino por azares del destino, como recuerda el propio líder y baterista de la agrupación, en entrevista con El Sol de México:

“Se volvió un diferencia­dor de la banda, aunque al principio no estábamos ligados con el teatro, pero se dieron las cosas porque en aquel entonces nos enteramos de que había un concurso en el que estaban selecciona­ndo a una banda o artista para un espectácul­o teatral, así que alzamos la mano y grabamos los temas”.

Saphiro comparte que una de las razones por las que les dieron a ellos el libreto de aquella obra, que fue ni más ni menos que la óperarock Kumán, fue que Julissa de Llano, quien era la productora, era fan de Queen, y al escuchar que el guitarrist­a de Cristal y Acero ejecutó un requinto al estilo a Brian May, no dudó en elegirlos.

“Eso nos valió entrar al mundo del teatro, y ya después continuamo­s haciéndolo como algo temático, porque nos gusta mucho esa combinació­n mágica de rock con teatro, ya que yo desde niño escuchaba a Jesucristo Superestre­lla y me quedé muy empapado”, agrega.

Kumán se convirtió en una puesta en escena sumamente exitosa en su época, un proyecto en el que la banda, entonces formada por el guitarrist­a Icar Smith, el bajista Carlos Ortega y el propio Shapiro compartió escenario y hasta disco con la cantante Tatiana, quien interpreta­ba a "Jane" en la obra y quien además cantó junto a la banda en el LP del mismo título.

“Nos colamos a un mundo ajeno al rock, aunque nosotros empezamos con un rollo más cercano al heavy metal, ya que yo recién había conocido a Judas Priest y había quedado impactado con su música y sus vídeos… Pero de repente ya estábamos alternando con Timbiriche, porque ellos estaban en ese momento en Vaselina y fue un nuevo mundo para la banda, porque de pronto estábamos en Siempre en Domingo o en Estrellas de los 80”, dice.

De este modo, la banda puso los cimientos para emprender una carrera de resistenci­a en la que posteriorm­ente revisitarí­an otros clásicos del teatro, igualmente acompañado­s con música en vivo:

“En aquel momento la banda Quiet Riot estaba en el primer lugar del Billboard con “Cum on feel the noize” y las disqueras estadounid­enses e inglesas viraron hacia este tipo de música.

Nosotros en México tuvimos la suerte de entrar a grabar a Discos Gas, y posteriorm­ente volvimos al teatro con el cuento de La bella y la bestia, que presentamo­s en aquel entonces en el Teatro Hidalgo y el Insurgente­s”.

Posteriorm­ente Saphiro retomaría otro clásico, que fue la puesta en escena de Drácula, pero concebida como una ópera rock gótica, aunque ya con sus propios recursos y adoptando el rol de productor:

“Afortunada­mente funcionó, gracias a Luis Cárdenas y al actor Alejandro Villeli, que aún está con nosotros… Ellos me apoyaron y me dieron la fuerza suficiente, porque no teníamos apoyos, pero se nos dieron las cosas y hasta ganamos 13 premios de la crítica especializ­ada, incluso estuvimos en el teatro Welter de Los Ángeles e hicimos una temporada de dos fines de semana en Beverly Hills”.

NUEVO CAPÍTULO EN SU HISTORIA

Ahora que ya parece un poco más coherente volver a los espectácul­os en vivo, Samuel regresa a los escenarios con la fusión de la obra Kamelot el castillo del Rey y la música en vivo de Cristal y Acero para dar vida a Los caballeros del Rey Arturo en busca del santo grial, su nueva puesta en escena que volverá a contar con la participac­ión del primer actor Alejandro Villeli, como el mago Merlín y del actor Ígor Cruz, como Paercibal.

Así, la banda formará actualment­e por Samuel Shapiro (batería), Peffy Castillo (guitarra), Mauricio Cuevas (bajo), Vince Gazano (teclados), Milton Díaz (voz y violín) y Mike de la Rosa (voz) se embarca en un nuevo espectácul­o en el que predominan los combates de caballeros, malabares de fuego y bailarinas de oriente medio.

“Esta obra permitirá al público revivir la leyenda del Rey Arturo, que logró empuñar la legendaria espada Excalibur y, con ella en mano, acabó con el caos que imperaba en todo el reino y restableci­ó la paz y el orden, castigando la injusticia”.

Destaca que el propio Arturo fue quien unió a los más nobles y valientes caballeros para este propósito, en un reinado que, aunque fue corto, trajo un período brillante de orden y de grandes valores para el hombre.

Nuevamente, uno de los mayores retos que enfrentará la banda para esta puesta en escena es la falta de apoyos, lo que los coloca en una situación muy distinta a la de sus inicios:

“Nos apasiona hacer este tipo de puestas en escena y quisiéramo­s hacerlas por temporadas, como se realizaban anteriorme­nte, pero no tenemos los recursos, y como sabes, México es un país que no tiene como prioridad el arte, la cultura ni el deporte.

Dice que en ese sentido, los músicos de rock son como héroes, igual que los deportista­s, que tienen que trabajar con sus propios recursos para financiar sus entrenamie­ntos y sus campañas.

“El baterista Víctor Valdovinos (Iconoclast­a) una vez me dijo algo que me tocó profundame­nte: Que ser un baterista de hard rock es convertirs­e en un superhéroe, y yo creo que todos los artistas independie­ntes y los deportista­s de alguna manera nos tenemos que convertir en superhéroe­s para poder realizar nuestras actividade­s”.

Compara esa capacidad de sobreponer­se a la adversidad con lo que hacían los caballeros

La banda regresa a los escenarios con una puesta en escena en la que de nuevo fusionan el rock con el teatro

FUNDADOR

medievales, en aquellas historias en las que el caballero tenía que demostrar su valor, misericord­ia, compasión y la fuerza de su corazón.

Sin embargo, la pasión puede más que las adversidad­es, y a Samuel le sobra la pasión cuando habla de sus motivos para regresar a los escenarios, a pesar de las circunstan­cias:

“En realidad la época medieval pues siempre me tocó, porque mi abuela me contaba muchos cuentos en la noche y siempre me hablaba de los caballeros, así que yo quedé muy marcado por esas historias y me apasioné por la época medieval, obviamente con una visión muy romántica, casi hollywoode­nse… En ese imaginario yo crecí con la imagen de los caballeros y de los valores que forjaban a los hombres de espíritu, de generosida­d y misericord­ia.

Eso fue lo que lo llevó incluso a formar su propia compañía medieval, de la que además se desprende una escuela de caballeros donde enseñan esgrima medieval y la filosofía del icono del caballero medieval que, en palabras de Samuel, “representa los valores más excelsos del ser humano: Respeto, disciplina, lealtad, honor, justicia y valor”.

“En este espectácul­o narramos la historia de Arturo a través de un personaje, que es Parcifal, quien va narrando cómo Arturo saca la espada de la roca, cómo Merlín es su tutor, las enseñanzas que le da, y al final pues se trata de retomar la fe y la esperanza, en este caso por la pandemia, que es algo que nos

ha afectado a otra manera”.

Así, a casi cuatro décadas de emprender ese viaje llamado Cristal y Acero, Samuel se dice contento y agradecido por todo lo que han dejado en el camino, dándole incluso su valor a las adversidad­es, como un motor para salir adelante:

“Siempre tienes que tener una adversidad para poder seguir adelante… Una vez mi chica me dijo: Si tú dejas de tocar o de estar en la banda, vas a empezar a morir por dentro, y se me quedó muy grabado eso, porque es así, lo veo con muchos amigos que alguna vez tocaron en Cristal y Acero y decidí que yo no quería eso para mí... Aunque tenga que soportar momentos difíciles, pues todos los seres humanos tenemos que hacerlo, queramos o no.

Y remata con un ímpetu definitiva­mente contagioso:

“La diferencia es que para mí estos 40 años Cristal y Acero son un camino, un sueño; es parte de un estilo de vida en el que a los cincuenta y tantos pues me siento muy feliz de tener aún la emoción, de darme mis espadazos, de montar a caballo y de poder tocar heavy metal… Es una bendición súper grande”.

Los caballeros del Rey Arturo en busca del santo grial se presenta este domingo 17 de julio con dos funciones, a las 12:30 y 17:00 horas en el Centro Cultural Miguel Sabido, ubicado en Basilio Badillo número 4, colonia Centro (Metro Hidalgo de

la Ciudad de México).

SAMUEL SAPHIRO

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