El Camino de México
El ahora excanciller de México, Marcelo Ebrard Casaubón, es el político contemporáneo más sofisticado que nuestro país ha dado en las últimas décadas.
Razón por la cual, la publicación del libro de su autoría El Camino de México, que bajo el género de la autobiografía despertó gran interés entre el público lector, hasta convertirlo en uno de los de mayor venta.
El libro es un relato muy emotivo y honesto de la que ha sido una de las trayectorias más completas y dinámicas de político alguno en la historia reciente, demuestra que en el ejercicio de la política no es un improvisado, sino por lo contrario, es un hombre hecho para ello, que posee un conocimiento cosmopolita, alimentado por lecturas de los clásicos ilustrados.
El Camino de Mexico nos relata el recorrido de la historia de su autor, comenzando por sus orígenes, en donde nos revela una faceta desconocida hasta entonces para la mayoría del público: la influencia que sobre su personalidad ejerció su abuela, quien lo dotó a la manera de Letizia con su hijo Napoleón, de ese ¡Courage! para enfrentar los vendavales de la adversidad y salir de ellos indemne y con gallardía.
A partir de ahí, se va desdoblando una precocidad política innata que se revela, al convertirse en líder estudiantil apenas en la adolescencia, que a la postre lo llevara a convertirse muy joven en secretario general de gobierno del Distrito Federal, en donde el destino lo haría trabar amistad con el hoy Presidente de la República, López Obrador.
Desde el comienzo, uno puede establecer de manera inmediata afinidad con el personaje, como por ejemplo, cuando experimenta por primera vez el espíritu de rebeldía contra la injusticia, al grado de poder decir yo hubiera hecho lo mismo de haber estado en su lugar, cuando tomo esta o aquella decisión.
El libro, llama la atención por la impronta francesa que en los pequeños detalles se escapan, por ejemplo al hablar de su mascota, un perro pointer llamado Ney, como es sabido, Michel Ney fue un general destacado del ejército napoleónico, podríamos decir que era el brazo derecho de Napoleón y que gracias a él, en gran medida, todas las hazañas de Napoleón fueron posibles.
Fue un gran estratega, disciplinado que no se intimidaba ante la adversidad, si Napoleón necesitaba resolver alguna dificultad en el campo de batalla, sabía que podía contar con la eficiencia, disciplina y lealtad del general Ney para ejecutar sus órdenes como ninguno.
Por otro lado, también tenemos presente en el relato del autor, ese sentido de justicia, que algunos historiadores señalan como un rasgo del carácter corso, como Napoleón.
Finalmente, el libro está muy bien redactado, al grado que podemos pasar y llegar a confundir las palabras con las imágenes que evocan, pero además, nos ofrecen una imagen transparente de un personaje llamado a desempeñar un papel fundamental, para el destino inmediato de Mexico, por lo que resulta una lectura indispensable en momentos tan cruciales como los que estamos viviendo.
El libro, llama la atención por la impronta francesa que en los pequeños detalles se escapan, por ejemplo al hablar de su mascota, un perro pointer llamado Ney, como es sabido, Michel Ney fue un general destacado del ejército napoleónico, podríamos decir que era el brazo derecho de Napoleón, y que gracias a él, en gran medida, todas las hazañas de Napoleón fueron posibles.