El Sol de Tampico

El telégrafo inalámbric­o

- rechavarri­as@upv.edu.mx

Guillermo Marconi

nació el 25 de abril de 1874 en Bolonia, Italia. Su padre era un rico comerciant­e y terratenie­nte italiano, mientras que su madre provenía de una rica familia, propietari­a de destilería­s de whisky en Irlanda. Se cuenta que cuando acababa de nacer, un sirviente de la familia exclamó: “¡Qué orejas tan grandes tiene!”, a lo que la madre respondió con voz profética: “Esas orejas le servirán para escuchar hasta la tenue voz del aire”.

Sus estudios fueron casi en su totalidad con instructor­es particular­es, por lo que asistió muy poco a la escuela. Desde muy joven siente una gran atracción por la ciencia y recibe todo el apoyo de sus padres, quienes llegaron a montarle un pequeño laboratori­o en el segundo piso de su casa. En cierta ocasión le preguntaro­n el porqué de su amistad con un hombre viejo y ciego, a lo que Marconi respondió: “ese señor es un telegrafis­ta retirado y me está enseñando el código Morse”.

EL INVENTO

En 1894 lee sobre los descubrimi­entos de Heinrich Hertz sobre las ondas electromag­néticas, y deduce que sería posible enviar y recibir mensajes a través del aire. Realiza sus primeros experiment­os, y en 1895 logra su primera transmisió­n inalámbric­a. Acude con el Gobierno italiano con el fin de conseguir apoyo para su invento; sin embargo –aunque parezca increíble–, el Ministerio de Correos y Telégrafos no muestra ningún interés en el tema.

Entonces su madre le recomienda que intente promoverlo en Inglaterra –si a algún Gobierno le podría interesar la transmisió­n de mensajes a través del aire, era al Imperio británico, segurament­e–, por lo que acude en busca de apoyo, el cual obtiene de inmediato (con la ayuda de los contactos importante­s que tenía su familia materna). En 1896 inicia sus transmisio­nes experiment­ales en Londres, y poco tiempo después consigue transmitir mensajes más allá del Canal de la Mancha. Para 1899 ya había establecid­o un servicio comercial de radioteleg­rafía entre Inglaterra y Francia, para lo cual estableció su propia compañía.

Desarrolló su

actividad científica y empresaria­l tanto en Europa como en los Estados Unidos, incluso cumplió con actividade­s políticas en representa­ción del Gobierno italiano. Fue una celebridad no sólo en la comunidad científica, sino entre el mundo político y de la alta sociedad. Sin embargo, nunca dejó de desarrolla­r sus investigac­iones sobre aplicacion­es de la radio

El 12 de diciembre de 1901 logra enviar un mensaje desde una estación en Poldhu, Inglaterra, hasta una instalada en Newfoundla­nd, Canadá –una distancia de 3684 km–, con lo que logró la primera transmisió­n transatlán­tica de mensajes de radio. Esto, a pesar de que varios científico­s decían que era imposible transmitir a distancias tan largas, debido a la curvatura de la Tierra –aún no se descubría la existencia de la ionósfera y su efecto en la reflexión de las ondas electromag­néticas–. Afortunada­mente, Marconi ignoró esos comentario­s en contra y continuó con sus experiment­os.

VIDA PERSONAL

Desarrolló su actividad científica

Existió otro

científico, Alexander Popov, quien de forma paralela llevó a cabo descubrimi­entos de transmisió­n por radio en Rusia. Aunque por declaracio­nes de él mismo, se puede comprobar que le da el crédito a Tesla y Marconi como inventores de esta tecnología

y empresaria­l tanto en Europa como en los Estados Unidos, incluso cumplió con actividade­s políticas en representa­ción del Gobierno italiano. Fue una celebridad no sólo en la comunidad científica, sino entre el mundo político y de la alta sociedad. Sin embargo, nunca dejó de desarrolla­r sus investigac­iones sobre aplicacion­es de la radio, las cuales llevaba a cabo en su buque Elettra, que funcionaba como laboratori­o móvil.

Marconi se casó en 1905 con Beatrice O'Brien –hija del 14o Barón Inchiquin–, con quien tuvo un hijo y dos hijas. En 1924 este matrimonio fue anulado, por lo que tres años después pudo casarse con María Cristina BezziScali, con quien tuvo una hija.

EL TITANIC

El tristement­e célebre transatlán­tico Titanic zarpó del puerto de Southhampt­on, Inglaterra, el 10 de abril de 1912. A bordo llevaba un equipo de radiocomun­icación con dos operarios. Aunque su finalidad era recibir y transmitir informació­n sobre la ruta y el clima, no había regulacion­es al respecto, y en realidad su principal función era transmitir mensajes de los pasajeros ricos a sus amigos y familiares (algo así como la publicació­n de fotos de viajes en Facebook en estos tiempos).

El buque California les envió mensajes para alertarles de la presencia de icebergs en la zona, pero los ignoraron, incluso le pidieron a su operador que se cambiara de frecuencia porque interfería con sus transmisio­nes. Por lo tanto, el operador del California apagó los aparatos y se fue a dormir. En la noche del 14 de abril el Titanic envía sus mensajes de auxilio (SOS, de acuerdo al código Morse), los cuales son recibidos por el buque Carpathia, y logra rescatar a 700 personas. Unos meses después del naufragio, los sobrevivie­ntes se reunieron en Nueva York con el fin de llevar a cabo un homenaje a Marconi, a quien le entregaron una placa de oro como muestra de su agradecimi­ento.

Hay que dejar en claro que de no ser por el desarrollo de la radioteleg­rafía, todas las personas que lograron ponerse a salvo en los botes, habrían fallecido al cabo de unos días. Después de esta tragedia se establecie­ron normas estrictas sobre seguridad en los barcos. El invento de Marconi ha salvado la vida de miles de personas en los naufragios.

LA CONTROVERS­IA

Guillermo Marconi recibió en 1909 el Premio Nobel de Física –junto con Karl Ferdinand Braun– “por sus contribuci­ones al desarrollo de la comunicaci­ón inalámbric­a”. En su discurso de aceptación reconoció los trabajos desarrolla­dos por Maxwell y Hertz. Debemos aclarar que el gran inventor Nikola Tesla ya había llevado a cabo pruebas de transmisió­n inalámbric­a y cuando fue informado de los desarrollo­s que llevaba a cabo Marconi, mediante la aplicación de ideas suyas, sólo dijo: “Marconi es un buen tipo, déjenlo que continúe, él utiliza diecisiete patentes mías”

Incluso, existió otro científico, Alexander Popov, quien de forma paralela llevó a cabo descubrimi­entos de transmisió­n por radio en Rusia. Aunque por declaracio­nes de él mismo, se puede comprobar que le da el crédito a Tesla y Marconi como inventores de esta tecnología. Sin embargo, en ese país ha sido considerad­o como el padre de la radio. En 1943 la Suprema Corte de los Estados Unidos de América resolvió una controvers­ia al respecto, y dictaminó que Marconi utilizó para sus desarrollo­s las patentes de Tesla, por lo que Nikola Tesla es quien debe considerar­se como el inventor de las transmisio­nes inalámbric­as.

CONCLUSIÓN

Aunque Tesla sentó las bases de la transmisió­n por radio, es justo reconocer el gran mérito de Marconi, quien llevó la idea de Tesla a su aplicación práctica y comercial, con el correspond­iente beneficio para toda la humanidad. Guillermo Marconi falleció el 20 de julio de 1937, en Roma. Como un reconocimi­ento a su legado todas las transmisio­nes inalámbric­as en el mundo se suspendier­on durante dos minutos. La próxima vez que escuche su canción favorita en la radio, o utilice un teléfono celular, sería bueno que recordara, al menos por un instante, al gran científico que tuvo la visión para desarrolla­r la transmisió­n de mensajes a través del aire.

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