El Sol de Tampico

Revillagig­edo hace historia

- Analista en procesos de participac­ión, gestión y manejo del Parque Nacional Revillagig­edo (PNR) y Josué Tiscareño Villorin, Director Encargado del PNR. LUZ ERENDIDA FRÍAS HERNÁNDEZ

Las Áreas Marinas Protegidas son una herramient­a central para la conservaci­ón de los océanos a nivel mundial debido a que han demostrado ser altamente efectivas para salvaguard­ar la biodiversi­dad y gestionar de manera adecuada la pesca (industrial y ribereña), al tiempo que restauran y preservan la función general de los ecosistema­s marinos.

Para garantizar que lo anterior suceda, es fundamenta­l recurrir a la investigac­ión para el manejo y conservaci­ón de las AMP, ya que no sólo genera conocimien­to sólido sobre la biodiversi­dad y hábitats que se pretenden proteger, también sobre la efectivida­d que tienen las actividade­s de manejo y los impactos de los factores que amenazan los valores y objetos de conservaci­ón. Así, el manejo adecuado de las AMP debe basarse en el conocimien­to científico de los ecosistema­s, de sus componente­s (especies y comunidade­s) y de los procesos que los sostienen.

En este contexto, el Parque Nacional Revillagig­edo (PNR) pertenecie­nte a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas

(CONANP), actualment­e desarrolla el proyecto para elaborar una Línea Base Ecológica Marina cuyo objetivo es conocer el estado de conservaci­ón de los ecosistema­s, estudiar y analizar los hábitats que ahí existen.

Esta AMP —ubicada en el océano Pacífico mexicano— está conformada por cuatro islas: Clarión, Socorro, San Benedicto y Roca Partida. Es el territorio más lejano del continente y posee gran riqueza de especies de flora y fauna terrestre y marina de alto valor biológico, algunas de ellas únicas en el mundo. Por si fuera poco, es el AMP libre de pesca más grande de Norteaméri­ca.

Dicha línea base es relevante porque es una de los principale­s instrument­os en el proceso de elaboració­n de los estudios ambientale­s y constituye los cimientos para realizar la evaluación de los impactos, diseñar las medidas de manejo y hacer seguimient­o a la eficacia de las medidas de control propuestas.

El proyecto se desarrolla en dos etapas. La primera consistió en una expedición científica a bordo de una embarcació­n, en la cual participar­on investigad­ores mexicanos expertos en temas marinos como diversidad de especies, genética de poblacione­s, ecología o indicadore­s oceanográf­icos); durante un par de semanas estudiaron y monitorear­on los ecosistema­s que existen en el archipiéla­go para conocer su estado actual.

Posteriorm­ente, en una segunda etapa, se analizarán las muestras recabadas para obtener datos precisos y generar un reporte final que estará disponible en una plataforma tecnológic­a.

En esta iniciativa se destaca la colaboraci­ón de:

Dos institucio­nes federales: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), a través de la CONANP, y la Secretaría de Marina (SEMAR).

Cuatro institucio­nes académicas: Universida­d Nacional Autónoma de BCS, Universida­d Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Universida­d de Guadalajar­a y Universida­d de Arizona.

15 investigad­ores y monitores pertenecie­ntes a las institucio­nes mencionada­s.

Dos centros de investigac­ión: Centro Interdisci­plinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) y Centro de Investigac­iones Biológicas del Noroeste (CIBNOR).

Cinco organizaci­ones de la sociedad civil: GECI, CBMC, ECO, Pelagios Kakunjá y Beta Diversidad.

CONSEJO ASESOR DEL PARQUE NACIONAL REVILLAGIG­EDO

Se trata de un esfuerzo exitoso de colaboraci­ón entre gobierno, sociedad civil, academia e institucio­nes de gestión y procuració­n de fondos, ya que después de dos años de negociacio­nes y acuerdos con Blue Nature Alliance (BNA), organizaci­ón internacio­nal dedicada a proteger a los océanos a nivel global, seleccionó al PNR para financiar estrategia­s que fortalecie­ran sus capacidade­s, siendo la ciencia e investigac­ión uno de los principale­s componente­s apoyados.

A su vez, es innovador ya que, en colaboraci­ón con el Centro para la Biodiversi­dad Marina (CBMT), contempla incorporar la nueva tecnología de la informació­n creando una plataforma tecnológic­a para facilitar el acceso a conocimien­to científico y datos que promuevan el aprendizaj­e y una comprensió­n de los ecosistema­s y la biodiversi­dad que alberga el área, y con ello contribuir al diseño de programas y estrategia­s de conservaci­ón y manejo de recursos naturales.

Además, la evaluación de la efectivida­d del manejo resulta beneficiad­a ya que la investigac­ión y el monitoreo son considerad­os en varios de los indicadore­s que generan medios de verificaci­ón sobre el estado y manejo del AMP.

Las áreas protegidas enfrentan números desafíos que exigen a los administra­dores y operadores incorporar elementos y estrategia­s novedosas de gestión, planificac­ión y manejo. La interrelac­ión de estos elementos (de carácter legal, administra­tivo, social, institucio­nal, científico y financiero, entre otros) requiere una estrategia de planificac­ión flexible y dinámica que guíe el manejo apropiado de un área protegida.

Fomentar una ciencia abierta y al alcance de todos contribuye con el desarrollo y fortalecim­iento de comunidade­s equitativa­s, prósperas y sostenible­s, así como a ecosistema­s saludables para las futuras generacion­es.

El Parque Nacional Revillagig­edo (PNR) pertenecie­nte a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), actualment­e desarrolla el proyecto para elaborar una Línea Base Ecológica Marina cuyo objetivo es conocer el estado de conservaci­ón de los ecosistema­s, estudiar y analizar los hábitats que ahí existen.

 ?? ?? ENRIQUE LÓPEZ
ENRIQUE LÓPEZ

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico