Por qué no es terrorismo La posibilidad
de que el gobierno de Trump catalogue como “terroristas” a las organizaciones delictivas mexicanas de narcotraficantes es un escenario ominoso para nuestro país. La preocupación deriva del efecto jurídico que tiene tal designación, pues en términos de la legislación de EE. UU., dicha caracterización faculta a su presidente a imponerla extraterritorialmente y “utilizar todos los medios necesarios, incluida la acción encubierta y la fuerza militar, para interrumpir, desmantelar y destruir la infraestructura internacional utilizada por los terroristas internacionales”.
De ahí que la propuesta de los miembros de la familia Le Baron para que se otorgue la denominación de terroristas a los grupos de narcos, deba rechazarse con vigor. Es lamentabilísimo y muy condenable el pavoroso crimen que sufrió esa familia y debe ser penalizado severamente, pero estrictamente dentro del marco jurídico mexicano sin alentar una posible intervención estadounidense. Nuestro gobierno ha actuado con prudencia haciendo valer el tratado de asistencia jurídica mutua para permitir la cooperación del FBI; por eso no deja de llamar la atención la insistencia de los señores Le Baron para que se denomine “terrorismo” el acto criminal que sufrieron. Puede entenderse que en su justificada indignación quieran demostrar el grado de barbarie padecida sin tener conocimiento de las implicaciones jurídicas internacionales de su propuesta. Estoy seguro de que a ningún mexicano le gustaría ver sus calles patrulladas por extranjeros que le pidieran identificarse y lo detuvieran para investigarle. Por intensa que sea la demanda de seguridad, la invasión no es la solución.
Empero, es posible que los promotores de la designación conozcan sus consecuencias y estuvieran solicitando a las autoridades del país del cual también son nacionales, que intervinieran en el nuestro. Ellos han manifestado su lealtad a la nacionalidad mexicana, que también poseen, pero sería conveniente que aclararan con firmeza que de ninguna manera es su intención propiciar una injerencia indebida en nuestro país, retirando su propuesta; si bien, de no hacerlo, nadie debe emplear las redes sociales de manera ofensiva e insultante contra ellos.
En ningún lado se da trato jurídico terroristas a las mafias; estas se combaten mediante regímenes penales específicos como la ley RICO estadounidense y otros instrumentos en Colombia, Italia, Francia, Japón, etc. para enfrentar organizaciones delictivas cuya finalidad es obtener grandes ganancias. Por más que estas causen grave daño y hasta terror en la sociedad, la diferencia con el terrorismo es que este es “una forma de violencia expresada en la realización de delitos políticos que producen graves daños ya sea en instalaciones materiales o personas... se caracteriza por su crueldad y particularmente por la manera indiscriminada de aplicarlo”. Jurídicamente es un delito “Contra la Seguridad de la Nación”. La motivación política de la acción es su nota definitoria que indefectiblemente conlleva la reivindicación por parte de sus autores para hacer valer su causa, por ese motivo la masacre contra mexicanos en El Paso sí reviste carácter terrorista dado que se trató de una acción acompañada de un manifiesto contra los migrantes mexicanos.
Aunque ese ataque a los mexicanos en Texas y el homicidio de los Le Baron tienen elementos similares en cuanto a que resultaron víctimas personas de nacionalidades específicas, existe una diferencia