LARGA VIDA AL REY
Hoy Vicente Fernández cumple 80 años, y con 60 de carrera sigue siendo el cantante de ranchero favorito del pueblo mexicano para quien seguirá cantando mientras se lo pidan por muchos años más
Dejó las giras, pero no la música. Vicente Fernández es fiel a la frase que siempre repetía en sus conciertos: “Mientras ustedes no dejen de aplaudir, su Chente no deja de cantar”.
Y nunca ha dejado de cantar, a sus 80 años, que cumple hoy, el Charro de Huentitán está consolidado como el más importante exponente de la música ranchera.
“Vicente Fernández es simplemente el pilar de la música mexicana, así como José Alfredo lo es en la composición de nuestra música ranchera y es el Santo Patrono de ella, así Vicente es el Santo Patrono de la interpretación”, asegura Martín Urieta, uno de los compositores de los éxitos que Fernández ha añadido al repertorio de la música popular mexicana como Mujeres
divinas y Acá entre nos.
85 discos grabados y 34 películas dan cuenta de sus más de 60 años de carrera, un camino fructífero, pero no sencillo, su éxito como intérprete ha contrastado con las difíciles situaciones que ha tenido que enfrentar: el suicidio de uno de sus mejores amigos, el compositor y productor Federico Méndez en 1988; el secuestro de su hijo Vicente Fernández Jr. en 1998, quien pasó cuatro meses en cautiverio y su diagnóstico de cáncer de próstata en 2016.
El hombre que nació hace ocho décadas en Huentitán El Alto, Jalisco, que hizo sus primeras presentaciones en México en el restaurante El Amanecer Tapatio y que convirtió el Teatro Blanquita en el lugar de sus primeros éxitos, antes de encontrar la fama ejerció oficios como el de albañil, mesero y cantinero.
Su voz, calificada como tenor lírico le dio forma y fama a éxitos como Volver volver, -el primero en su carrera-, La ley del monte, De qué manera te olvido, Cruz de olvido y Las llaves de mi alma.
Vicente conoció su talento a los 8 años cuando le regalaron su primera guitarra. A los 14 años, ganó el primer lugar en un concurso y desde entonces centró toda su energía en la música.
Pero sus inicios no fueron sencillos, antes de ganarse el renombre como solista, perteneció a diferentes agrupaciones de mariachi importantes del país y fue rechazado en diversas ocasiones por las disqueras.
Su suerte cambió en 1966, el mismo año en que falleció su ídolo, Javier Solís, al firmar contrato con la CBS, hoy Sony Music, firma con la que ha llevado a cabo toda su trayectoria musical.
Tras incursionar en el cine y con una serie de éxitos en su carrera, el cantante comenzó a hacerse de un nombre en la industria, pero no fue hasta 1976 que el patriarca de la música ranchera grabaría el primer tema de los muchos con los que haría historia.
Con Volver volver, de la autoría de Fernando Z. Maldonado, su música y su figura comenzaron a formar parte del imaginario colectivo del país, convirtiéndose con ella en el nuevo rey de la música ranchera.
A Martín Urieta Chente le grabó 25 canciones, entre ellas, Acá entre nos y Qué de raro tiene, eso lo dice con orgullo el compositor quien asegura que con él “ha sido una persona excepcional”.