ES UNA PLAZA DE TRADICIÓN
“El Patio” nació hace 20 años y pasaron 40 para que un virus apagara la dinámica de Plaza Santa Cecilia. Con esa antigüedad, el restaurante fue testigo del atentado en las “torres gemelas” de Nueva York, la crisis local de violencia en la segunda mitad de la década anterior y el sismo de abril de 2010, pero nada como la actual pandemia, que de un día a otro le obligó a cerrar sus puertas, sin plazo para regresar.
Antes del Covid-19, la Plaza Santa Cecilia se había convertido en una referencia para la actividad turística de esta frontera.
Según datos del Clúster Gastroturístico de Baja California, tan solo de 2015 a 2019 recibió más de 160 mil turistas provenientes de China, además de atraer diariamente a visitantes originarios de Estados Unidos, España, Rusia, Dinamarca, Canadá, Japón, entre otras naciones.
“Más del 80% de los turistas son paisanos radicados en diferentes condados de California, donde semana tras semana disfrutan del folklore y sabor de México en Tijuana, sin olvidarnos de la música de mariachi, grupos norteños así como banda sinaloense”, comentó el dirigente del Clúster, Martín Muñoz Avilés.
Además el lugar donde se encuentra la Plaza Santa Cecilia fue uno de los primeros sitios trazados en la historia de Tijuana, platica el historiador Gabriel Rivera Delgado. Fue en 1889 cuando el arquitecto Ricardo Orozco elaboró el primer plano de Tijuana, incluyendo las avenidas y calles de lo que sería el pueblo de Zaragoza, ubicado dentro del Rancho de la Tía Juana.
Dos de las calles más importantes que integrarían el Pueblo de Zaragoza, eran la avenida Olvera, hoy conocida como avenida Revolución, y la avenida Argüello que integra la Plaza Santa Cecilia.
“Es un antecedente de la historia, es parte del patrimonio histórico y cultural que tenemos los tijuanenses. Representa parte de la cultura, la cuestión fronteriza, la música popular mexicana. Significa un rinconcito de Tijuana vinculado con la presencia y la tradición musical”, expuso.
Fue hasta 1980 que por iniciativa de las autoridades de la época, que consideraban que Tijuana carecía de plazas públicas, cuando la Avenida Argüello se convirtió en la Plaza Santa Cecilia, en honor a la patrona de los músicos. Ahora es hogar de seis de los mejores restaurantes de comida mexicana, ofrece servicios dentales y médicos, tiene tres bares de la comunidad LGBT, 28 kioscos de artesanías y el mercado La Voz del Pueblo, uno de los más antiguos de esta frontera.
“Representa parte de la cultura, la cuestión fronteriza” GABRIEL RIVERA HISTORIADOR