En un recorrido,
Esto, explicó, comienza a quemar la tráquea, los bronquios izquierdo y derecho, hasta llegar a los alvéolos provocando colapsos alveolares.
“Es importante evitar cigarros vaporizadores y hookahs, cualquier medio que nos afecte a lo más importante en la vía aérea que es nuestro pulmón”, agregó.
Esperanza Martínez González dice que por ahora no ha resentido ningún efecto por el uso de vaporizadores, pero sabe que provoca daños a su salud porque sufre taquicardias y arritmias.
“Antes de utilizar el vaporizador, fumaba dos cigarros diarios, y en una fiesta aumentaba el consumo, podía consumir de cinco a una cajetilla yo sola. La idea es dejar de fumar, por eso compré el vaporizador. Me he sentido mejor porque no debo comprar cigarros y comprar encendedor continuamente. Me parece un aparato más práctico, me siento más agusto con el vaporizador”, dijo.
La inhaloterapeuta Esperanza Martínez destacó que el uso de los vaporizadores no tiene efectos secundarios a corto plazo, sino después del uso continuo.
La especialista ha atendido jóvenes que llegan a consumir un vaporizador en dos días, provocando daños en los pulmones en poco tiempo.
Sufren disociación respiratoria y sensaciones de compresión en el pecho, generando problemas de ansiedad, aunque hay quienes los usan con ese pretexto.
“Tal vez pacientes con ansiedad indican que les ayuda a relajarse. Si toman un vaporizador y duran con él uno o dos meses no ocasiona tanto daño. Hay personas que lo utilizan diario y se terminan un cartucho en un solo día. En un lapso de 2 a 4 años el paciente empieza con mareos, dificultad respiratoria, se agita mucho más rápido o debe sentarse para poder respirar bien”, detalló.
Sobre su utilidad como alternativa para dejar de consumir tabaco, Cindy Graciela Andrade indicó que puede funcionar por un tiempo, pero no garantiza dejar de fumar al 100%.
“Muchas veces los fumadores están acostumbrados al sabor de tabaco, pues no se compara al sabor de un vaporizador, tienen sabores diferentes frutales, nunca se va a comparar con el llenado que genera el cigarro”, agregó.
Y para las personas más jóvenes, la inhaloterapeuta consideró que los vapeadores pueden ser el comienzo en el mundo de las adicciones.
“Al final de cuentas el cuerpo se llena de todos los vapores y se hace dependiente. Aunque no desean admitirlo, uno llega a la abstinencia y comenzamos a depurar todo, pero en cuanto percibimos el olor del cigarro o vaporizador, se antoja. Se recomienda sustituir con ejercicio, mejor alimentación”, dijo.
Erwin Areizaga, comisionado de Coepris, reconoció que la existencia de máquinas dispensadoras pone los dispositivos al alcance de menores de edad y que los adolescentes de 12 a 14 años ya comienzan a utilizar estos productos.
“Hay una posibilidad grande y las consecuencias no es mi materia, pero me queda claro que tiene que ver con la introducción a la posibilidad de poder adquirir posteriormente una droga fuerte que sea de mayor riesgo para la salud”, agregó.
La Cofepris y la Coepris han tratado de concientizar sobre los daños a la salud por el uso de vaporizadores, sin embargo también procuran no perjudicar a los comerciantes, dijo Erwin Areizaga.
“Ven sin ningún problema estar comercializando estos productos. Generamos la concientización para que inhiban a vender este tipo de productos. Cuando hemos procedido a la destrucción de este tipo de sustancias, obviamente se le ha notificado a la persona, y en muchos de los casos no hemos querido generar sanciones económicas graves para no perjudicar la economía después del contexto local de la pandemia”, justificó.
Tras conocer la falta de regulación de los vapeadores, Esperanza Martínez González mencionó que no dejará de consumirlos, pero comenzará a comprarlos en los Estados Unidos.
JOR GE ER WIN AR EIZAGA IBE “Ni siquiera los mayores edad deberían consumir este tipo de productos, no están regulados y no hay legislación en la materia”