Faltan 90 segundos para
WASHINGTON. El Reloj del Apocalipsis, que simbólicamente mide el fin del mundo, marcó que la humanidad nunca ha estado tan cerca de un cataclismo planetario debido a la guerra en Ucrania, las tensiones nucleares y la crisis climática.
El Boletín de los Científicos Atómicos, que describe el reloj como una "metáfora de lo cerca que está la humanidad de la autoaniquilación", movió las manecillas de 100 segundos a 90 segundos para la medianoche. Cada año, la junta de ciencia y seguridad del Boletín y sus patrocinadores, entre los que figuran 11 premios Nobel, toman la decisión de recolocar las manecillas de este reloj simbólico.
Hasta ahora lo más cerca que ha estado de la medianoche, la hora fatídica a la que esperan que nunca se llegue, había sido a 100 segundos. Lo estuvo dos años desde enero de 2020.
Pero las cosas han empeorado. El Boletín afirma que este año adelanta las manecillas "debido en gran parte, pero no exclusivamente, a la invasión de Ucrania por parte de Rusia y al mayor riesgo de una escalada nuclear".
También pesan "las continuas amenazas planteadas por la crisis climática y el colapso de las normas e instituciones globales necesarias para mitigar los riesgos asociados con el avance de las tecnologías y las amenazas biológicas como el covid-19", agregó. Menciona asimismo la desinformación y tecnologías de vigilancia.
"Vivimos en una época de peligro sin precedentes, y el Reloj del Apocalipsis refleja esa realidad", dijo Rachel Bronson, directora ejecutiva del Boletín.
EN 1947, después de la II Guerra Mundial, faltaban siete minutos. Concluida la Guerra Fría, en 1991, el reloj llegó a estar a 17 minutos