Necesitamos más mexicanos en Europa
Lo digo por experiencia propia, ya que con 16 años pude haber sido fichado en Francia, pero Joaquín Badillo, Diego Mercado y Alfonso Portugal, ex responsables de la Selección Preolímpica Mexicana en 1975, se negaron a venderme al Marsella en un partido amistoso que tuvimos, y les agradezco la decisión porque todavía no estaba formado”
Diego Lainez regresó al país ante la falta de oportunidades en el Real Betis y tras cumplir su cesión con el Sporting Braga, pero ojalá que sólo sea un paso atrás para tomar impulso y dar nuevamente el salto al Viejo Continente, ahora con un club que le permita explotar todo su potencial.
El futbol mexicano en Europa, en lugar de ir creciendo, está disminuyendo. A qué me refiero con ello, que en lugar de que haya más jugadores mexicanos en el futbol europeo, la tentación les gana y terminan por preferir el dinero que los clubes mexicanos ofrecen para repatriarlos, cuando bien podrían hacer una carrera larga en Europa, ganar mucho más dinero y ser referentes para muchos otros mexicanos que en su momento aspiran a jugar en los equipos más importantes.
Últimamente, Diego Lainez se convirtió en noticia por regresar al futbol mexicano. La tentación fue mucha, aunque no sé si esa misma tentación le sirva más adelante para darle la ilusión de regresar al futbol europeo a un equipo más importante, y a sus escasos 22 años de edad no se conforme con ganar mucho y trascender poco.
Lo digo por experiencia propia, ya que con 16 años pude haber sido fichado en Francia, pero Joaquín Badillo, Diego Mercado y Alfonso Portugal, ex responsables de la Selección Preolímpica Mexicana en 1975, se negaron a venderme al Marsella en un partido amistoso que tuvimos, y les agradezco la decisión porque todavía no estaba formado.
Doy este comparativo porque son tiempos diferentes, pero las experiencias de una persona y ser humano tienen que respetar el tiempo de maduración, y sobre todo, los caminos donde se escogen.
El hubiera no existe en la vida, tampoco en el futbol, pero comenté que si Diego Lainez, en lugar de irse al Real Betis se hubiera ido al Ajax, como surgió la posibilidad, siento que hubiera sido mejor. Ahora tiene un reto consigo mismo para saber si es capaz de regresar al futbol europeo, que ese debería ser su objetivo para darse cuenta que es un gran futbolista y que puede ser de los mejores de México, del continente y uno de los mejores del mundo.
Todo depende de su ambición y mentalidad, porque si le invade el conformismo y la buena vida, creo que no ha decidido de manera correcta, ya que poniéndome en su lugar, yo no hubiera regresado al futbol mexicano hasta que hubiese triunfado de manera absoluta y después de haberme consagrado como tal y sentirme contento por lo logrado. Regresar a México o donde quiera irse para retirarse, pero no ahora que es donde realmente se podría comer a todo el mundo futbolísticamente hablando y el escaparate no es México, es Europa.
Le deseo éxito en Tigres porque lo merece, pero considero que para regresar a Europa, ya que hizo lo más difícil, ahora le va a costar más trabajo.
MATRIMONIO FELIZ
El matrimonio del futbol en el continente americano entre Concacaf y Conmebol tuvo mucha felicidad, futbolísticamente hablando, cuando recibimos la invitación para participar en 1993, tanto en la Copa América, Copa Libertadores y Copa Sudamericana. Fue un matrimonio muy atractivo para casi todos pero al cabo de 23 años se desgastó.
Esos 23 años fueron de mucha alegría, de mucha felicidad y de resultados positivos para Concacaf, pero sobre todo para el futbol mexicano. Lo digo por experiencia propia porque participé como entrenador y jugador, la imagen y el crecimiento que tuvimos fue tremendo, la mejor versión del futbol mexicano en su historia, pero cuando vino el divorcio de nuestros “genios” directivos, de no seguir casados fue por temas económicos solamente, no por beneficios comunes ya que el dinero no lo es todo.
Ahora Concacaf volverá a participar en una Copa América. Espero y deseo que estos acuerdos funcionen para coquetear para que estos siete años de ausencia sirvan para recuperar la competitividad, y mentalidad y para dar una mejor imagen en el próximo Mundial de Estados Unidos, México y Canadá (2026), que lo que se dio en Qatar 2022.
Esta situación me preocupa porque nos falta tener ilusión en algo, futbolísticamente hablando, para el próximo Mundial, y para eso solamente hay un camino y es la unión, que aprovechemos este Mundial conjunto para que mejoremos nuestra situación, no sólo en el aspecto deportivo, sino en todos los ámbitos: político, social, cultural, económico e ideológico.
¡Que te lo digo yo!