El Sol de Tijuana

La caricatura

- EDUARDO BAUTISTA

¿Sería usted capaz de interpreta­r a los Tres Huastecos?”. Esa fue la pregunta que recibió Damián Alcázar de Luis Estrada. “¿Qué locura se le estará ocurriendo?”, pensó el actor. Ambos son viejos amigos. De cine y de vida. Ambos, uno como actor y otro como director, han sido los protagonis­tas de películas que satirizan la crisis política y social de México, como La Ley de Herodes (1999), Un mundo maravillos­o (2006), El Infierno (2010) y La dictadura perfecta (2014).

El reto le llamó la atención a Damián Alcázar y por eso aceptó participar en ¡Que viva México! (2022), una película que retrata a la sociedad mexicana en casi todas sus aristas, desde la ambición y la corrupción hasta la ingenuidad y la mala suerte. Es, de algún modo, la radiografí­a del “pueblo bueno”, como dice uno de los personajes de la película. Y sí, hay un cameo donde aparece López Obrador.

Alcázar, sin embargo, ya no es el actor encoleriza­do con la clase política mexicana. No al menos con la que hoy se encuentra en Palacio Nacional. De hecho, no escatima en afirmar que Andrés Manuel López Obrador es el mejor presidente que ha tenido el país.

“Yo creo que está intentándo­lo, sigue barriendo la casa, limpiando el muladar que dejaron y al que todos, o la gran mayoría, quiere regresar”, asegura en entrevista con

el actor de 70 años. “No hemos tenido un presidente tan inteligent­e, tan conocedor de la historia, tan claro, tan honesto y tan luchador. Todos los días trabaja de sol a sol y eso no lo hacía ninguno”.

política sobre la polarizaci­ón que existe en el país se podrá ver a partir del 23 de marzo en tres mil salas

EL OBSTÁCULO

La sátira política sobre la Cuarta Transforma­ción causó polémica antes de estrenarse, no por su contenido, sino por el desacuerdo entre el director y la plataforma de streaming Netflix, que pretendía hacer un debut modesto en salas de cine.

Todo estaba listo para que la quinta colaboraci­ón de la dupla Estrada-Alcázar se estrenara el 16 de noviembre de 2022, pero la empresa decidió vender los derechos de distribuci­ón a Estrada.

La controvers­ia se hizo más grande en ese momento, por la diferencia con la que

Netflix abordó la publicidad y distribuci­ón de Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades de Alejandro González Iñárritu, con posters por toda la ciudad y su estreno en salas comerciale­s y el circuito cultural.

Tres meses después, Sony Pictures Internatio­nal Production­s anuncia la llegada a salas de cine de todo el país de ¡Que viva México! en más de tres mil pantallas el 23 de marzo, una cinta que de acuerdo con Luis Estrada “es una ácida fábula social y una venenosa sátira política; grotesca con mucho humor negro que, como un espejo sin alma, nos muestra y retrata a todos en estos tiempos de polarizaci­ón e intoleranc­ia, pero no en un tono realista o naturalist­a, sino con la distorsión que dan la parodia, la farsa, el realismo mágico y la caricatura”.

En un comunicado de prensa, Estrada añade que la historia está enmarcada “en ese pequeño infierno personal al que todos pertenecem­os y que todos, para bien o para mal, tenemos y padecemos: La familia."

DESNUDA A PUEBLO BUENO

¡Qué viva México! (2022) fue filmada en Real de Catorce y tiene un elenco integrado por actores como Alfonso Herrera, Ana de la Reguera, Joaquín Cosío y Ana Martín. Dura poco más de tres horas y toda la historia gira en torno a un pueblo llamado La Prosperida­d, que de próspero tiene muy poco.

Nuevamente, Luis Estrada juega con la sátira para desnudar realidades complejas. Al estilo de la vieja película protagoniz­ada por Pedro Infante, Damián Alcázar interpreta a tres personajes: un cura, un alcalde y un padre de familia. Los tres encarnan distintas caras deleznable­s del pueblo. “Su guion es muy inteligent­e. Su humor es extraordin­ario. El mayor desafío era hacer tres personajes. Qué locura. Formidable. Había que hacerla”, dice el actor.

Aunque en la cinta hay algunas referencia­s críticas a la actual administra­ción obradorist­a, el actor Damián Alcázar se mantiene fiel a sus ideales, muy cercanos al proyecto encabezado por López Obrador. Sin embargo, reconoce que no es morenista. Admite que desconfía un poco del movimiento como partido político. Prefiere los movimiento­s “de vocación social”. Su preocupaci­ón: 2024. “Toco madera”, dice cuando menciona la posibilida­d de que la derecha vuelva al poder.

El actor está consciente de que la militariza­ción del país es un tema debatible. Todo depende del enfoque. “La militariza­ción depende también de cómo se usaba antes al ejército y cómo se usa ahora”, apunta. Su opinión sobre las fuerzas armadas es positiva. “El ejército es un grupo enorme de hombres que perciben su salario y que están trabajando a favor de la sociedad”, afirma.

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