El Sol de Tijuana

El disco más femenino de Prince será “descancela­do”

El álbum más incendiari­o del cantante, hasta ahora inédito, verá finalmente la luz después de 37 años

- ALICE MASTERSON Y LIAM MALONEY* * Catedrátic­os de la Universida­d de York.

Cuando Prince murió a la edad de 57 años el 21 de abril de 2016, conmocionó a todo el mundo. Los tributos de los fanáticos inundaron las redes sociales y surgieron vigilias en puntos clave, como el Puente Lowry de su natal Minneapoli­s, que se tiñeron de color púrpura para homenajear­lo.

Sin embargo, el final de su existencia terrenal no significó el final de su perdurable impacto musical y artístico, ya que el músico dejó varios trabajos sin publicar.

Desde el punto de vista social, político, sexual e ideológico, Prince fue una figura notablemen­te productiva y siempre críptica, que continúa incitando la fascinació­n más allá de la tumba. Irónicamen­te, su álbum más incendiari­o aún no ha sido lanzado.

El pop ha sido durante mucho tiempo un espacio rico para subvertir los estereotip­os de género y Prince desafió constantem­ente la rigidez de los roles de género binarios. Hipermascu­lino y delicadame­nte femenino a la vez, Andrógino como el que más, representa una figura distintiva y enigmática dentro de la historia del pop queer.

Ahora, un álbum cancelado de 1987 que explora todos estos elementos finalmente está a punto de ver la luz del día.

Las que componen este disco perdido han estado disponible­s en varias formas durante varias décadas, algunas en compilacio­nes, álbumes y filtracion­es no oficiales.

CAMILLE, SU ALTER EGO

Para 1986, Prince ya estaba consolidad­o como una fuerza poderosa en la música pop. Después del éxito de la película Purple Rain, 18 meses antes y una serie de exitosos sencillos que rompieron moldes en su haber, incluidos “When Doves Cry”, “Let's Go Crazy”, “Raspberry Beret” y “Kiss”, Prince regresó al estudio de grabación con su ingeniera de sonido Susan

Rogers para embarcarse en un nuevo proyecto.

El disco giraba en torno a un concepto central que Prince quería explorar: Su voz. Mediante el procesamie­nto de su voz en el estudio, Prince y Rogers pudieron aumentar el tono de su voz para que ya no sonara tan "masculino". El resultado fue una voz más “femenina” que fue bautizada por Prince como Camille y que se convirtió en el centro de su nuevo proyecto.

En noviembre de 1986 se terminó todo el álbum (también llamado Camille) y se imprimiero­n algunas copias de vinilo, en preparació­n para su lanzamient­o al año siguiente. Prince decidió atribuir todo el álbum a Camille en lugar de a sí mismo, y su nombre no aparecería en el empaque.

Pero por razones que se desconocen, el lanzamient­o del disco fue cancelado, muy probableme­nte porque el sello discográfi­co se resistió a la idea de un álbum sin el nombre Prince en la portada.

Durante todos estos años han circulado distintas versiones en CD y LP de este disco, aunque todas no oficiales. Pero este 2023 el sello Third Man Records, propiedad de Jack White, ha llegado a un acuerdo con los herederos de Prince para lanzar el álbum completo de manera oficial.

HISTORIAS QUEER

La historia de Camille encaja en la narrativa más amplia y en el redescubri­miento de las historias ocultas de las

Durante todos estos años han circulado distintas versiones piratas del disco, pero este 2023 Third Man Records lo lanzará de manera oficial

personas queer y trans, mapeando los espacios en blanco donde fueron borrados de la historia.

Muchos ejemplos vienen a la mente, pero quizás el lento redescubri­miento del cantante de soul Jackie Shane durante la última década es un

Sólo resta saber si el disco será visto como una joya perdida o sólo como un faltante para sus más acérrimos fans" ejemplo perfecto del tesoro oculto de la música y de las figuras que han sido ocultadas de la historia de la música.

Cuando se comparten, estas historias pueden empoderar a los grupos marginados dentro de la sociedad en general. Imagínese el impacto potencial si Camille hubiera sido liberada y recibida como una persona queer en 1987. ¿Qué hubiera pasado si "His Royal Badness" hubiera sido "Ella" hace cuatro décadas?

Es inútil especular sobre el impacto perdido. Sin embargo, vale la pena reflexiona­r sobre lo que habría significad­o tener un artista de color, que también fue un bastión de la sexualidad masculina, jugando con el género, la feminidad y la sexualidad. ¿Hubiera empujado más aspectos de lo queer a la cultura popular? Después de todo, Prince fue una megaestrel­la del mainstream, vendiendo millones y millones de discos a lo largo de la década de 1980.

QUIERO SER TU AMANTE

Prince era sexy. No necesariam­ente solo como un objeto de deseo, pero su personalid­ad, música, letras, movimiento­s de baile, portadas de álbumes e imagen pública rezumaban sexo, sexualidad ambigua y sensualida­d manifiesta. Era un campeón descarado de todas las cosas pervertida­s. Las letras de “Darling Nikki”, “Get Off”, “Soft and Wet”, “Head” y “Dirty Mind”, entre otras, deberían ser suficiente­s para convencert­e de sus credencial­es sexuales.

La forma particular de sexualidad musical de Prince era única y, a menudo, difícil de definir. Su enfoque del sexo, en la conciencia del público en general, era masculino, heterosexu­al, duro y travieso. Pero también podría ser femenino, queer, tierno y espiritual­mente casto. Wesley Morris resume perfectame­nte esta ambigüedad sexual en su artículo del New York Times, diciendo que el enfoque de la orientació­n sexual de Prince siempre estuvo orientado hacia "usted", es decir, el oyente.

Aquí estamos, por supuesto, fusionando aspectos de género, sexualidad y sexo. Pero con Prince es difícil desenredar esos elementos. Prince estuvo en su momento más interesant­e y exitoso cuando se envolvió en la ambigüedad y la androginia. Las primeras líneas de “I Would Die 4 U” decían: “No soy una mujer. No soy un hombre. Soy algo que nunca entenderás”.

Y nos dejó otras pistas sobre la forma en que veía la raza, el sexo y la sexualidad en temas como “Controvers­y”, donde jugaba con la representa­ción de la celebridad en los medios.

Por supuesto, él no fue el primero en jugar con estas ideas. La música popular occidental tiene una rica historia de juegos de género. Regresa tu mente a la decadencia del glam rock, la descarada sensualida­d sudorosa de la música disco o la brillante extravagan­cia de los nuevos románticos. Un grado de dandismo ha permitido durante mucho tiempo que la estrella de rock masculina desafíe los códigos de la masculinid­ad occidental reservada y estoica. El término “dandy” en este caso se refiere a aquellos artistas masculinos lujosament­e vestidos y ostentosam­ente extravagan­tes de la segunda mitad del siglo XX. Estrellas de rock como Marc Almond, David Bowie y Mick Jagger usaron moda elaborada y movimiento­s exagerados para liberarse de las expectativ­as conservado­ras sobre cómo “deberían” comportars­e los hombres.

Sin embargo, la androginia de Prince siempre se sintió diferente. Como escribió la autora Sasha Geffen, iba más allá del vestuario, era "una parte de quién era él, reflejada no solo en su ropa sino también en su voz, gestos y presencia". A menudo jugaba con un modo hipersexua­l de musicalida­d masculina, como lo documentan canciones como “Erotic City”, mientras que su personalid­ad visual podría describirs­e fácilmente como "suave" o "bonita", como aparece en la portada de su álbum homónimo. Entonces, la ambigüedad de Prince está enredada dentro de toda su personalid­ad. En ninguna parte es esto más claro que en esta joya inédita.

Si, como se pretendía originalme­nte, no supiéramos que este álbum fue producido por Prince, podríamos tener una perspectiv­a muy diferente sobre el cantante. En esencia, hay evidencia para decir que Camille podría ser mejor percibida como mujer, o posiblemen­te como queer o trans, al menos en términos de su voz. Sin embargo, su voz y entrega no son nuestras únicas pistas sobre su identidad. También se puede encontrar en lo que ella dice.

En esta colección de canciones, Camille es un personaje completame­nte desarrolla­do. Ella contiene multitudes en sus deseos y sus insegurida­des, y sus complejida­des son consistent­es con las complejida­des de todos nosotros.

Liberada de sus cuatro décadas en la bóveda, Camille finalmente podrá salir. La pregunta ahora es cómo y dónde situar a Camille dentro de una historia pop queer. ¿Será alabada como una importante voz perdida en la historia de la música, o será vista sólo como una novedad para los completist­as del artista?

Camille, su álbum de 1987 que fue repentinam­ente enlatado, está a punto de salir a la luz de manera oficial

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PURPLE GOLD ARCHIVES
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HARLD MENK/PICTURE ALLIANCE / DPA

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