Para millones
de personas, la brusca ruptura de la paz en Europa se ha convertido en ansiedad e incertidumbre
La invasión rusa a Ucrania alteró en un año el orden mundial al acelerar las fracturas de la globalización, regresar al mundo a una nueva cortina de hierro, con la imposición de bloques, y ha traído nuevos temores a todo el planeta, como la crisis económica y la amenaza nuclear.
La guerra ha supuesto una catástrofe para Ucrania y una crisis para el mundo: ahora es un lugar más inestable y aterrador desde que Rusia invadió a su vecino el 24 de febrero de 2022.
Un año más tarde, miles de civiles ucranianos murieron e innumerables edificios quedaron destruidos. Los soldados muertos o heridos de los dos bandos se cuentan por decenas de miles. Más allá de las fronteras de Ucrania, la invasión hizo añicos la seguridad europea, redibujó las relaciones entre los países y provocó grietas en la interconectada economía global.
La guerra disparó los precios de tres elementos básicos para la humanidad -alimentación, calefacción, luz- en muchas regiones, de la África en desarrollo a la próspera Europa.
En un eco de la Guerra, la guerra aceleró la marcha hacia la consolidación de grandes bloques, con Rusia en la órbita de China y Europa en la de Estados Unidos, y muchos países, como India, se reservan sus apuestas a ver quién sale victorioso.
Asia Central, Cáucaso, Balcanes, África, Indo-Pacífico... Varias regiones son escenario de silenciosas luchas de influencia -económica, militar o diplomáticaentre las potencias.
El conflicto también desencadenó una nueva carrera armamentista que se asemeja a la acumulación de la década de 1930 antes de la II Guerra Mundial. Contrario a los que analistas pronosticaban, los tanques y la artillería siguen jugando un papel primordial por encima de la guerra cibernética o la tecnología avanzada.
Las amenazas veladas de Putin sobre el empleo de armas atómicas también reavivaron el temor a una guerra nuclear, olvidada desde la Guerra Fría.
Y aunque algunos gobiernos intentaron limitar sus efectos, 2022 estuvo “marcado” por “una oleada sin precedentes” de manifestaciones sociales, que desembocaron en protestas contra las autoridades.