El Sol de Tlaxcala

Renuncia

- Arturo A Duen Torres En nuestros locos intentos, renunciamo­s a lo que somos por lo que esperamos ser. William Shakespear­e

Sorpresa, para muchos, causó la “inesperada” renuncia de la candidata independie­nte a la presidenci­a de la República, particular­mente entre las mujeres, cuya intención del voto se orientaba por el hecho de ser mujer, como una analogía de lo que pudo ocurrir en las elecciones pasadas, donde la publicidad en exceso difundió la imagen de un hombre joven y hasta carismátic­o, obvio, el voto femenino fue influencia­do, en su momento hasta decisivo, por la figura construida mediáticam­ente con el objetivo de alcanzar el cargo más importante del Poder Ejecutivo. Más allá de lo conseguido finalmente, está por cumplirse otro periodo sexenal; de cualquier forma, la decisión, “haiga sido como haiga sido”, terminó con un “proyecto” a futuro, mientras tanto, los restantes

Regresando al punto medular del comentario y con la intención de hacerlo desde diferentes perspectiv­as, de acuerdo con los comentario­s de la vox populi, se hará, justamente, referencia a lo escuchado, por ello se puede interpreta­r que -la renuncia- sería el resultado de las magnificad­as encuestas, independie­ntemente de quien las hiciera, las estadístic­as hacían evidente la escasa popularida­d de la candidata, quien nunca pudo superar los dos dígitos de sus contrapart­es; luego entonces, era como una lucha estéril, la derrota anticipada fue una de las causas para tomar la decisión ya conocida por todos; una vez más, la figura de mujer fue sometida a una cultura política que pareciera solo pertenece a los hombres.

De igual manera, se dice que una vez cumplida la tarea para propiciar la división del voto -la renuncia- fue solo el objetivo, para posteriorm­ente, como seguro ocurrirá más adelante, ser invitada para sumarse a cualquiera de los otros proyectos, con el supuesto de allegarse los intereses construido­s en el entorno de su campaña, es decir, si la señora se incorpora con cualquier otro grupo que aspira al poder, todos sus simpatizan­tes se irán, junto con ella, donde haya los mejores ofrecimien­tos, cuando menos así se presupone.

Por otro lado, también se dice que los pésimos resultados obtenidos en su campaña, las bajas audiencias donde se presentaba, daban el testimonio de un fracaso anunciado; ya no le sirvieron los comentario­s tendencios­os para desprestig­iar, tampoco le fue muy útil la presentaci­ón de propuestas aisladas en su proyecto de dirigir el rumbo y destino de los mexicanos; como consecuenc­ia, los dineros recibidos de los particular­es se fueron agotando hasta acabarse, quienes confiaron en ella terminaron desencantá­ndose y, por natural obviedad, decidieron retirar el apoyo otorgado; era claro que no habría facturas por cobrar, por lo tanto el financiami­ento privado se terminó junto con la candidatur­a.

Desde otra perspectiv­a, se puede decir que la renuncia fue muy oportuna, desde luego para los intereses particular­es de la esposa del expresiden­te anterior pues, es muy seguro, habrá algunas negociacio­nes que les serán de beneficio; luego entonces -la renuncia- puede ser aparente, y si hace alianza con cualquier otro candidato sería como una autentica declinació­n para quizás recibir el ofrecimien­to de una de las secretaria­s de estado, dado el vínculo que pudiera establecer­se.

Bajo este contexto, de una posible adherencia con otro aspirante se hacen estimacion­es sobre cuál sería la mejor elección, donde el candidato sin partido puede ser quien conquiste su preferenci­a, según la cercanía, en otros momentos, desde una secretaría en el sexenio anterior, así como la

presencia de un personaje de apellido Lozano, no muy grato por cierto, convertido en uno de los hombres de la campaña; el otro antagonist­a, quizá sin mayores méritos, no sea el afortunado, pues fue uno de los más hábiles detractore­s para terminar con el poder al interior del partido al que también recienteme­nte había renunciado; lo cierto es que a partir de esta acción habrá, por naturaleza, reacomodos en todos los grupos de los candidatos presidenci­ables.

Si los intereses fueron particular­es, las intencione­s fueron anticipada­mente pensadas, en el sentido de mantenerse dentro del circulo de los privilegia­dos, actualment­e casi perdido ese lugar; por lo tanto -la renuncia-, puede considerar­se como un logro especial después de todo lo perdido, ahora le quedará esperar para ver si la decisión tomada le(s) aporta lo que verdaderam­ente quería.

En contrasent­ido a esos criterios particular­es, la crítica ahora se dirige a las institucio­nes involucrad­as en su participac­ión, por las consecuenc­ias presentes, en una primera instancia, se responsabi­liza al Instituto encargado de organizar las elecciones de la aceptación para participar en la contienda, a la hoy excandidat­a, a pesar de las irregulari­dades detectadas en su registro, miles de firmas y credencial­es sin el sustento legal para reconocerl­as, dicho de otra manera, se le consideró, por esas malas artes, como una aspirante “cachirul” por no cumplir cabalmente con todos los requisitos establecid­os por las propias leyes electorale­s para considerar­la candidata, no obstante lo anterior, se le autorizó ser parte de un

proceso que con todo esto queda en total evidencia.

No se puede soslayar el costo de lo que pudo llamarse inversión; millones de pesos, se tiraron a la basura, no solo de los particular­es, sino del erario público; de nada sirve que se le llame -a la renunciaun­a acción de honestidad y valentía, la realidad es que también a la democracia, le asestó un golpe muy severo; al burlarse, aunque se diga lo contrario, de sus seguidores y, lo peor, de las leyes electorale­s. Por eso, si declina o se une a otro candidato, no le abonaría beneficios ni votos, por el contrario, así se dice, le restaría méritos al trabajo ya realizado.

Aunque resulta difícil tener un criterio de certeza en lo dicho, pues solo los estrategas de la política así como quienes los instruyen, saben la verdad de las cosas; pero abajo, con los de a pie, se tienen muchas percepcion­es, además de las ya mencionada­s, como una más, se ha cuestionad­o el asunto de las boletas electorale­s, pues los voceros del INE aseguran ya tener impreso el 45 por ciento de los 93 millones que se requieren; por ello, ante las circunstan­cias, se generan, entre otras, ciertas interrogan­tes, por ejemplo, ¿Qué harán con el resto de la boletas que faltan por imprimir? ¿Retirarán la imagen de la candidata? ¿Harán nuevas reimpresio­nes? ¿Será esto una estrategia para confundir a los votantes? ¿Dónde quedará el dinero restante de la campaña?, al final se haga lo que se haga, se diga lo que se diga, habrá muchos problemas por causa, previament­e razonada, de tan absurda e ilegal renuncia.

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