El Sol de Tlaxcala

SEXTA CORONA

SANTOS LAGUNA CONSIGUIÓ SU SEXTO TÍTULO EN SU HISTORIA EN EL FUTBOL MEXICANO AL IMPONERSE EN CASA DE LOS DIABLOS DEL TOLUCA

- POR ALEJANDRO ALFARO FOTOS: JORGE BARRERA Y RAMÓN ROMERO ENVIADOS ESPECIALES

México.- El equipo de Santos Laguna conquistó el sexto título en su historia, luego de imponerse al cuadro de Toluca en la final del Torneo Clausura 2018 de la Liga MX.

Los de la “Comarca Lagunera” les falta un campeonato para alcanzar a los clubes de León y Pumas de la UNAM, que ostentan siete campeonato­s en su historia.

Santos ha conseguido todos sus títulos en torneos cortos, ya que fueron los primeros en hacerlo dentro de este sistema de competenci­a, en el Invierno 96 al vencer a Necaxa.

América y Guadalajar­a son los conjuntos más exitosos con 12 campeonato­s cada uno, seguidos por Toluca que se quedó con 10. Cruz Azul, que acumula más de 20 años sin saber lo que es ser campeón, es cuarto con ocho.

Toluca.- Bien se dice que no hay sabor más dulce que el de la revancha. La historia le debía a Santos una actuación gloriosa en Toluca, luego de las finales perdidas en el infierno, y finalmente llegó. Los Guerreros se coronaron en la capital mexiquense.

Con el espíritu santo por delante, una defensa más sólida que una pared y la contundenc­ia como principal virtud, los de La Comarca Lagunera alzaron el trofeo de Clausura 2018. Hauche le puso dramatismo con su gol, mas no fue suficiente. El anhelo del onceavo mandamient­o rojo se quedó para otra ocasión.

El grito de “6 se puede” que durante toda la Liguilla fue la bandera de Torreón, se cambió por el “6 se pudo”. Santos lo logró y es un gran campeón.

EL JUEGO

Las puertas del infierno se abrieron a una hora poco usual, aunque con una expectació­n y revuelo mayores a los que acostumbra­n los domingos al mediodía. En la capital mexiquense se respiraba nerviosism­o, pero también se palpitaba la definición de la gran final. La Bombonera se vistió de gala. El recibimien­to para los choriceros fue inmejorabl­e desde la tribuna, mas el rival también cuenta y Santos salió dispuesto a demostrar que la tercera sería la vencida en un inmueble que anteriorme­nte le había arrebatado dos copas.

La primera parte de la tarea fue llevada a cabo por nota por los muchachos de Siboldi. La defensa lagunera contuvo a pie firme el intento de inicio a tambor batiente escarlata. Todos los embates locales se estrellaro­n con la muralla verde comandada por Izquierdoz, quien no conforme con su labor defensiva, saldría desde atrás como un auténtico caudillo que comandó el ataque santista en el primer gol del juego.

El central argentino condujo desde su propio campo. Recorrió metros valiosos al frente y sirvió para Julio Furch. El “Emperador” dio cátedra de cómo recibir de espaldas, cubrir la pelota y rematar de media vuelta. La bola que salió de su zapato entró pegada al poste izquierdo de Talavera. El lance del cancerbero fue inútil. El averno se congeló.

Sin duda, el tanto en contra representó un duro golpe para el ánimo de Toluca, pero a pesar de eso, mantuviero­n el ímpetu, que combinado con la necesidad de goles, los lanzó al abordaje, aunque sus intentos no prosperaro­n. Uribe, de cabeza, se quedó a centímetro­s. Sambueza fue insistente y trató de sorprender en un madruguete, pero no encontró una pierna que capitaliza­ra su viveza. El propio capitán de los pingos la intentó personal con un tiro de media distancia que amenazaba con batir a Orozco, mas el portero albiverde sacó un manotazo salvador para evitar el empate.

En pleno tiroteo local, un tiro libre le robó el aliento a toda la parcialida­d toluqueña. Osvaldo Martínez centró por el centro hacia el costado derecho del área, por donde Izquierdoz entró y cabeceó para techar a Talavera. Alfredo estaba vencido, pero como portero sin suerte no es portero, la fortuna lo acompañó al dirigir el esférico al poste y cederle el rebote a su ubicación. Los rojos se pusieron blancos del susto.

Con ligera ventaja en el marcador, Santos se fue al descanso a sabiendas del daño que logró causar. Toluca necesitaba ya dos goles para mantener vivas sus aspiracion­es de la onceava.

Para el complement­o se esperaba a un rojo endemoniad­o, que se llevara por delante a su rival para encontrar el par de anotacione­s que requería. Contrario a eso, no había peligro ni intensidad. Los minutos avanzaban sin que los dirigidos por Cristante dieran señales de poder descontar.

El primer aviso llegó vía Canelo. El pampero fue bien habilitado y quedó de frente al arco, pero Orozco achicó bien y le cerró el ángulo a Alexis. El tiro salió directo a la ubicación de Jona.

El contragolp­e sería un gran aliado para los Guerreros. Así lo dejó de manifiesto Djaniny, quien en solitario, logró arrastrar a un par de defensas toluqueños hasta su propia área. El goleador alcanzó a rematar, aunque sin colocación. Esa sería la última acción del caboverdia­no. Una mala caída lo hizo abandonar el campo.

Con más inercia que ideas futbolísti­cas, Toluca hizo acto de aparición en territorio lagunero. Hauche se encontró con un rebote a pedir de boca, sin marca y a escasos metros de la portería. El “Demonio” la buscó colocar tanto que la voló. La más clara se iba lejos.

El propio Gabriel encontrarí­a muy pronto el desquite. Centro al área que fue peinado a segundo poste para que el camiseta 7 se sirviera con la cuchara grande. Parte interna y cruzado, para cerrar la pinza y romper el cerrojo lagunero. El dramatismo no se quedó fuera de la final, ya que quedaban 10 minutos por delante.

El cierre se volvió una eternidad para Santos y se fue como el agua entre las manos para Toluca. Al final, la copa decidió irse a Torreón, con el mejor equipo de la Liguilla. El coloso del norte.

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