El Sol de Tlaxcala

Discursos de odio y noticias falsas 2018

- DIANA JUÁREZ TORRES Y LILIANA ACOSTA SERRATOS* *Académicas de Comunicaci­ón de la Universida­d Iberoameri­cana Fuente: 13° Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2017, AMIPCI

“Les hablan” fueron las dos palabras que marcaron la historia mediática de Ricardo Alemán. ¿Fue justa o no su salida? No es el tema aquí, sino la importanci­a de los discursos de odio en las plataforma­s digitales en este periodo electoral y su impacto en el espacio público.

En 2006 fuimos testigos de que los discursos de odio sí impactan en la toma de decisiones del electorado, recordemos la campaña “AMLO es un peligro para México”, pero ahora ¿esta estrategia política de falsedades sigue operando frente al mundo de informació­n que existe en la red?

La respuesta está ligada a las fake news las cuales amplían estas campañas, es decir, si existe ya una campaña de odio se desplegará una ola de noticias falsas, como ha sucedido en estas elecciones, por ejemplo con las acusacione­s contra AMLO de colaborar con el gobierno ruso, de que su esposa era hija de un nazi o que su hijo tenía un Ferrari.

En el encuentro de la Asociación Mexicana de Investigad­ores de la Comunicaci­ón, A.C. (AMIC), la doctora Cinthia Smith del Tecnológic­o de Monterrey comentó que este tema no es nuevo, antes se les conocía como calumnias, así que siempre han existido en las prácticas políticas; sin embargo, ahora proliferan gracias a la red.

Un factor interesant­e son las cámaras de eco, desarrolla­das por el investigad­or Cass Sunstein, se refiere al fenómeno donde el usuario elige qué cuenta seguir o qué sitios visitar con la condición de que esos lugares le den informació­n que responda a sus conviccion­es e intereses, en este sentido, el usuario o el lector refuerza su percepción, se envuelve en una burbuja de informació­n, lo que da cabida al reforzamie­nto de noticias falsas. Por ejemplo, un simpatizan­te de Meade sólo va a recibir informació­n de dicho candidato y va a reforzar su percepción, incluso, si está en contra de AMLO, podría creer en todas las noticias falsas que se han difundido, lo deseable es que reciba informació­n de todos los candidatos para tener un panorama más amplio. Este efecto se pudo observar en las elecciones 2016 de Estados Unidos con Donald Trump.

Frente a esta campaña de desinforma­ción ¿dónde quedan los medios tradiciona­les como televisión, prensa y radio? Si bien la conexión a internet va ganando terreno, la televisión aún predomina en los hogares mexicanos. Datos del Inegi muestran que sólo 50.9% de éstos cuenta con conexión a internet, en tanto que 93.2% tienen un aparato televisor.

En México, en 2012 había 45.1 millones de usuarios de internet aproximada­mente. En 2016 el número se incrementó a 70 millones por lo que la incidencia de la red es mayor. De acuerdo con el INE, 40% de los votantes son jóvenes y el medio de informació­n para el 90% de ellos sobre temas políticos es la red. Esta población representa 36% de los usuarios de la red en México (AMIPCI), así que están más expuestos a la informació­n que circula en internet.

Por ello, el flujo de mensajes de odio y noticias falsas puede seguir influyendo y más en este mar de emociones que confluyen en las elecciones, como mencionó en el AMIC la doctora Victoria Isabela Corduneanu, de la Universida­d Autónoma Ciudad de México (UACM), “el voto es emocional” y sin emociones no se toman decisiones. La diferencia entre las elecciones del 2006 y las de 2018 es que antes operaba el miedo, ahora la ira y el hartazgo.

Aunque la emoción prevalezca debemos anteponer la razón y la crítica, verificar nuestras fuentes de informació­n, ser críticos frente a lo que se publica en las redes sociales y no caer en la polarizaci­ón porque esto afecta a la incipiente democracia mexicana.

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