Veintiún años de sequía en el Cruz Azul
LA MÁQUINA CONTABILIZA UN NUEVO ANIVERSARIO DE SU ÚLTIMO TÍTULO EN INVIERNO 1997
El curioso caso de Benjamín Button le puede quedar a la perfección. Un equipo que nació grande y que, conforme pasan los años, parece que se va haciendo pequeño. Malas administraciones, refuerzos de bajo nivel y promotores han descarrilado a La Máquina.
El escudo de Cruz Azul ha sido manchado, ese mismo que se hizo glorioso en la década de los setentas, y que hoy luce bastante maltratado. A pesar del buen momento que viven en el Apertura
2018, irremediablemente se cumplió la fecha. La institución cementera llegó a 21 años sin levantar un trofeo de campeón de
Liga, algo que para un equipo que se jacta de ser “grande” no puede tomarse a la ligera.
Ese 7 de diciembre de 1997 luce muy lejano. Los celestes consiguieron la ventaja en el duelo de ida. Llegaron al Nou Camp con una anotación a su favor; León se volcó al ataque. Durante 53 minutos,
Óscar Pérez y la zaga cruzazulina resistieron los embates locales.
Misael Domínguez se alzó como el villano al encontrar la llave del cerrojo azul. Con un potente disparo venció al “Conejo” y la tragedia apareció.
Una falta criminal de David
Comizzo le dio el campeonato a los capitalinos. En ese momento apareció un guerrero con el dorsal
27, que se levantó con la cara ensangrentada y demostró lo que es el amor a la camiseta. Carlos Hermosillo, de forma heroica, dio la octava estrella a Cruz Azul después de 17 años. A partir de ahí, llegó una nueva sequía de triunfos.
Desde entonces han pasado 41 torneos y en el seno cementero buscan que el 42sea finalmente el vencido. Cerca de 300 jugadores, 16 técnicos y siete directores deportivos han pasado y nadie ha podido cambiar la historia desde entonces.
A pesar de más de dos décadas sin sentir la máxima alegría, el aficionado celeste es fiel y confía torneo con torneo. Existe un dicho que dice que pueden cambiar de religión, partido político, hasta de novia, pero nunca a su equipo de futbol.
La obtención de otro trofeo ha sido cercana, pero solo eso. Cinco subcampeonatos hicieron que el “verbo” “cruzazulear” llegara al vocabulario de muchos, donde es motivo de burla y sinónimo del “Ya merito”.
La vitrina de La Noria sigue empolvada en el área de trofeos domésticos, no han ganado nada. La Máquina Celeste ha atravesado un túnel muy largo y actualmente parece que ve la luz al final. Lo último que puede perder el ser humano es la esperanza y a eso se aferra la afición de Cruz Azul junto a todo el plantel, Ricardo Peláez, director deportivo y Pedro Caixinha, estratega del equipo celeste. Carlos Hermosillo fue el gran anotador de La Máquina en los Alfredo Saldívar ESTO
últimos 21 años. Archivo ESTO
evitó el triunfo americanista al detener un penalti que se encargó de tirar Roger Martínez.