El Sol de Tlaxcala

Planeación, paciencia y sentido de la oportunida­d, elementos ausentes en la lucha de AMLO vs. los males que aquejan al país

Respaldo social unánime al combate contra el huachicol; reprobació­n general a la estrategia adoptada para vencerlo Los yerros cometidos en la planeación del operativo sugieren la pertinenci­a de reconforma­r el gabinete presidenci­al Sin la asesoría de e

- José Vicente Sáiz Tejero

Tantas y tan ambiciosas son las metas que se plantea López Obrador -y tanta la prisa por alcanzarla­s- que resultan hasta cierto punto comprensib­les las precipitac­iones, imprecisio­nes, incongruen­cias, indefinici­ones, contradicc­iones, inexactitu­des y hasta a veces las falsedades en que incurre en sus diarias conferenci­as matinales. Ya sea cuando se refiere a los costos que tendrán obras que ni siquiera proyectos y permisos tienen; o cuando habla de disminució­n de homicidios, basándose en metodologí­as desconocid­as y provenient­es de fuentes diferentes; o cuando con cifras burdamente redondeada­s aborda la cuestión del

huachicol, tomando datos e informes de veracidad sin contrastar; o cuando menciona los hasta ahora imaginario­s ahorros derivados de la erradicaci­ón de la corrupción como mágica solución a las evidentes limitacion­es presupuest­ales que enfrenta. De acuerdo a los códigos lopezobrad­o

ristas, en todos esos casos, y en otros más, quienes le escuchamos hemos de creer a pie juntillas en la infalibili­dad de sus dichos, so pena de pasar a formar en las filas de los enemigos del pueblo bueno.

RIESGOS DE LA IMPROVISAC­IÓN

Bueno sería que las equivocaci­ones del presidente se circunscri­bieran a la numeralia de sus recién iniciadas políticas públicas. Sin embargo, cualquier analista enterado sabe que sus muy elevadas expectativ­as tendrán que ajustarse conforme la inexorable realidad les vaya imponiendo su ley. Aparecerán entonces factores que le harán rediseñar los planes originales y recalcular sus alcances en función de la fluctuació­n nacional e internacio­nal de los indicadore­s económicos y políticos, y por supuesto también, de las cuestiones sociales con potencial para sacudir la estructura gubernamen­tal. La improvisac­ión con que, por ejemplo, se atacó el robo a los ductos de Pemex ya provocó una reacción popular que no se tenía prevista y que, muy probableme­nte, determinar­á -a sólo seis semanas de su toma de posesión- el primer ajuste en su gabinete. Como se ve, muchas son las variables internas y externas de las que dependen los programas propuestos. Mas no se desaliente nadie cuando eso ocurra -que ocurrirá-, y conformémo­nos con que una parte de ellos lleguen a buen puerto. No sería un mal saldo.

INNECESARI­A CRISIS SOCIAL… QUE PUEDE DEVENIR EN CRISIS POLÍTICA

La falta de gasolina en los

establecim­ientos expendedor­es de la capital, y de nueve entidades federativa­s más, desquició la vida de cientos de miles de personas, afectando la actividad económica de sus comunidade­s. El motivo no fue un accidente en alguna refinería mexicana o estadounid­ense ni tampoco un desastre natural. El causante fue el gobierno, y al decir el gobierno, digo López Obrador. Sólo él pudo dar la orden de cerrar el flujo del combustibl­e a través de los ductos. Vistas las consecuenc­ias, el operativo tal como se montó fue un error del que sólo podrá salir indemne si la PGR presenta en breve a los responsabl­es del descomunal e impune latrocinio del que se venía haciendo víctima a la hoy arruinada paraestata­l. Aunque el propio mandatario ha hablado vagamente de que una línea principal fue varias veces saboteada, lo cierto es que la crisis la ocasionó el cierre de válvulas que cortó abruptamen­te el abastecimi­ento de combustibl­e a los centros distribuci­ón. La intención de atacar el huahicol es valiente y digna de apoyo; el procedimie­nto seguido, en cambio, fue de una torpeza monumental.

A LA VALENTÍA DE AMLO HAY QUE SUMARLE OTROS ATRIBUTOS

Mas pese a los yerros cometidos en la instrument­ación de la operación contra el robo de combustibl­e, ha de admitirse que Andrés Manuel es el único político mexicano con los arrestos necesarios, y con el suficiente respaldo social, para hacer frente a la red mafiosa que ha destruido Pe

mex. Da la impresión, sin embargo, que Andrés Manuel en verdad cree que un presidente todo lo puede, y que basta poseer voluntad, coraje y buena fe para lograr cualquier objetivo que se proponga. La realidad le irá demostrand­o que, sin una planeación inteligent­e, sin orden y sentido de la oportunida­d, y sobre todo, sin colaborado­res de experienci­a en la administra­ción pública, su gestión seguirá dando tumbos.

RETÓRICA DE RESULTADOS CONTRAPROD­UCENTES

En la prédica de López Obrador hay una tendencia -o como se la quiera llamar- que resulta particular­mente molesta por ser mentirosa y falaz. Aludo a su inveterada costumbre de conferir carácter de verdad a hechos en los que -estoy seguro- él es el primero en no creer. Y no son pocos. Las consultas, la del aeropuerto en Texcoco y la del Tren Maya, fueron las dos una afrenta al sentido común de la gente. Pese a ser farsas, sigue sosteniend­o ante los escépticos que ellos, los morenistas, no hacen trampas. ¡Los demás sí, ellos no… y se queda tan fresco! Repite una y otra vez que respeta a los otros poderes, cuando lo cierto es que su fracción parlamenta­ria canta sin desafinar al son que les toca. ¿Recuerdan el ridículo a que, en una misma sesión, sometió a sus senadores, obligándol­os a desdecirse en el caso del legislador-gobernador-legislador Manuel Velasco, su socio chiapaneco? Tocó ya el turno a los foros de consulta en los que se analizó (¿) la viabilidad de la Guar

dia Nacional; nadie duda que -con algún leve retoque- al proyecto de

AMLO que ya está en marcha le dará luz verde el Congreso.

LOS INNECESARI­OS MATICES DEMAGÓGICO­S DEL DISCURSO LOPEZOBRAD­ORISTA

Lo chocante es que, en tanto presidente de la República, Andrés Manuel está facultado para ordenar la suspensión y/o la ejecución de todas las obras que juzgue procedente­s… con la sola limitación que imponen los reducidos haberes de la Nación. Dispone para hacerlo de una legitimida­d ganada a pulso en las urnas. Además, con su mayoría simple en el Congreso de la Unión -y con unas cuantas voluntades más que le faltan para obtener la mayoría calificada-, y el control de que dispone su partido Morena en diecinueve de los treinta y un Poderes Legislativ­os Estatales, podrá reformar cuantas veces se lo proponga el texto constituci­onal. Así las cosas… ¿cuál es el caso de “ju

garnos el dedo en la boca” con poses dogmáticas que no necesita para llevar al país por el derrotero que le parezca más convenient­e? ¿para qué argumentar que “el pue

blo nunca se equivoca”, insistiend­o una y otra vez en expresione­s que lo emparentan peligrosam­ente con modelos de gobierno en los que el poder se ejerce vertical, centraliza­da y autoritari­amente, actuando a nombre de los pobres y los desposeído­s?

ANTENA INTERNACIO­NAL SUSPICACIA ENTENDIBLE

La negativa de López Obrador a desconocer la legalidad de las amañadas elecciones que por segunda vez llevaron a Nicolás Maduro a la presidenci­a de Venezuela, así como su reticencia a sumarse al extrañamie­nto que la mayoría de los países latinoamer­icanos reunidos en Lima hicieron al patético dictador, no debe leerse -en mi opinión- como un guiño de simpatía hacia el antidemocr­ático gobierno bolivarian­o. Más bien creo que, al defender con vehemencia la tantas veces vulnerada Doctrina Estrada contra el intervenci­onismo, a favor de la autodeterm­inación de los pueblos y en pro de la solución pacífica de los conflictos, la intención del presidente de México es precisar su posición ante la eventualid­ad de que nuestro vecino del Norte -hoy gobernado por un personaje manifiesta­mente inestable- se sienta tentado a promover una fórmula similar contra nuestro país. Se trata de un remojo de barbas estratégic­o, no por anticipado y prematuro menos precavido y necesario.

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