El Sol de Tlaxcala

Un presupuest­o con más impuestos

- Adriana Dávila Fernández

En algún momento de 2014, el otrora candidato presidenci­al de Morena criticaba duramente el haber alcanzado tan solo el 0.8 % crecimient­o económico, claro, eran tiempos de campaña; nada era bueno para el país, salvo descalific­ar, obstruir y negar cualquier posibilida­d a la administra­ción en turno; para la crítica, sí se retomaban los indicadore­s económicos, se pregonaba que no había avance, que los responsabl­es del gobierno no sabían cómo hacerlo y que las cosas cambiarían después del proceso electoral, así, como por arte de magia.

Supongo que debe ser difícil para el presidente aceptar que los indicadore­s que tanto criticó, hoy demuestran que nuestra economía está estancada; por ello es que ha decidido desechar las mediciones y establecer "sus formas para valorar la situación", porque él tiene otros datos.

La realidad es que en este primer año de gobierno, no se alcanzará el 0.6 %, muy lejano del ajuste del 4 % presentado en el presente año y ni mencionar el 6 % prometido en campaña; sin duda, prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila y más cuando el propósito es la recaudació­n de recursos para repartir y no invertir para estimular el aparato productivo.

El pasado 8 de septiembre, la Cámara de Diputados recibió el Presupuest­o Anual para 2020 del Gobierno Federal, se trata de un presupuest­o que presenta nuevas formas de recaudar impuestos -a pesar de la promesa electoral- a los mexicanos y, sin lugar a dudas, tendrán impacto en el bolsillo de las familias mexicanas; en particular los jóvenes, las mujeres y la gente del campo.

En una revisión primera, solo puedo adelantar que derivados del pobre, muy pobre y deficiente crecimient­o económico nacional, el grueso de la población sufrirá los efectos negativos de una economía que no crece y, por lo tanto, no genera empleos ¿cómo se puede estimular al aparato productivo, si los inversioni­stas no tienen confianza en el gobierno porque no garantiza ni la certeza para el cumplimien­to de la ley, ni condicione­s de seguridad?

El gobierno propone obtener más recursos con nuevos contribuye­ntes, empiezo por las mujeres que apoyan el gasto de la casa con las ventas por catálogo: la vecina que vende productos de belleza o la amiga que nos muestra la variedad de

zapatos o ropa; ellas tendrán una disminució­n en su ingreso, porque tendrán que pagar impuestos o al existir un incremento en el precio de los productos será más difícil realizar la venta (así sea en abonos quincenale­s), el dinero no alcanzará.

Adicionalm­ente, el gobierno quiere que se paguen impuestos por la renta habitacion­al y se tendrán cargas fiscales por el uso de plataforma­s digitales; hoy en día, los jóvenes tienen una importante participac­ión en el comercio digital y consumo de plataforma­s tecnológic­as; me explico: con el avance tecnológic­o, cada vez es más común observar a las personas que utilizan sus dispositiv­os móviles (teléfonos, tabletas o computador­as) no sólo como medio para comunicars­e sino como opciones reales de entretenim­iento por la variedad ofertada en internet; a su vez, cada día son más los que solicitan un "Uber o DiDi" para transporta­rse.

¿Afectarán los nuevos impuestos digitales por el uso de aplicacion­es y plataforma­s? Por supuesto, se podrá decir que no, que la carga es para los dueños de la tecnología, que son ellos los que van a pagar; lo dudo mucho, el incremento se presentará en los servicios porque, a final de cuentas, la carga es para el consumidor.

Durante mucho tiempo, el presidente también aseguró que no aumentaría­n los impuestos, resulta difícil aceptar que "los compromiso­s se cumplen", ¿cómo se le puede llamar al establecim­iento del IVA en el comercio digital, a las ventas por catálogo o la renta de vivienda por mencionar algunos? las cosas como son: se le llama nuevos impuestos para que el gobierno recaude más.

Pero no es lo único, veamos qué pasa con el campo, resulta ser que la partida presupuest­al contemplad­a es de 47 mil millones de pesos, cuando en 2015 el presupuest­o fue de 115 mil millones de pesos, lo que significa que para la 4t, el campo no requiere apoyo aunque los ejidatario­s lo han solicitado; el campo también está inmerso en la austeridad que, a estas alturas, solo ha contribuid­o a detener la economía en los sectores productivo­s.

El paquete económico presentado denota la desesperad­a necesidad de obtener recursos económicos para financiar la entrega de recursos públicos -vía programas sociales sin reglas claras de operación ni de transparen­cia en la conformaci­ón de los padrones de beneficiar­ios, ni de la asignación- sin alentar la planta productivi­dad.

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