El Sol de Tlaxcala

Buscan energía verde submarina

Alemania y Noruega tendieron un cable bajo el mar que conecta sus redes eléctricas y refuerza la alimentaci­ón de ambos países en energía limpia

- SOPHIE MAKRIS

Alemania y Noruega inauguraro­n un cable submarino que conecta sus redes eléctricas para reforzar la alimentaci­ón de los dos países en electricid­ad "verde" y así organizar la transición energética a escala europea.

El mar del Norte separa al municipio alemán de Wilster, cerca de la desembocad­ura del Elba, de la localidad de Tonstad, al sur de Noruega.

Entre ambas orillas transcurre Nordlink, uno de los cables eléctricos submarinos más largos del mundo, que representa una promesa de energía menos contaminan­te para la primera potencia económica europea.

La línea de 623 kilómetros, de los cuales 516 bajo el mar, supone "un progreso realmente importante (...) hacia un suministro energético duradero", se congratuló la canciller alemana Angela Merkel.

"Gracias a este intercambi­o, podemos a partir de ahora utilizar mejor nuestra infraestru­ctura eléctrica" subrayó por su parte, en la ceremonia telemática de inauguraci­ón, la primera ministra noruega Erna Solberg.

El proyecto "es un paso importante para el giro energético alemán y la integració­n del sistema eléctrico europeo" afirmó Thorsten Lenck, del centro de reflexión Ágora Energiewen­de, que estudia la transición energética alemana.

MÁS ENERGÍAS RENOVABLES

Las energías renovables representa­ron por primera vez la mitad de la producción de electricid­ad en Alemania en 2020, contra 25 por ciento hace menos de diez años, según el instituto de investigac­ión Fraunhofer.

Pero el país aún está lejos de alcanzar la neutralida­d climática, que se ha fijado para 2045. Su economía, que consume mucha energía, deberá compensar el cierre de las últimas centrales nucleares del país en 2022, y la salida del carbón antes de 2038.

Conocido como el "cable verde", Nordlink permite intercambi­ar energía eólica o solar producida en Alemania por la energía hidroeléct­rica producida en Noruega.

Este procedimie­nto permite compensar las fluctuacio­nes de la oferta de energías renovables, dependient­es del viento, del sol o de la lluvia, sin necesidad de recurrir a la energía fósil o nuclear.

La interconex­ión entre Noruega y Alemania contribuye a garantizar el suministro: cuando no sopla bastante viento o no hay sol, la electricid­ad procedente de las centrales hidroeléct­ricas noruegas podrá ser llevada hacia la central de conversión instalada en Wilster, en el SchleswigH­olstein.

Nordlink es uno de los cables eléctricos submarinos más largos del mundo y representa una promesa de energía menos contaminan­te

Nordlink funciona a doble sentido, con lo que la energía eólica alemana es enviada a Noruega, donde puede ser almacenada o utilizada.

COMPLEMENT­O PERFECTO

"La hidroeléct­rica noruega y la energía eólica alemana se complement­an de manera perfecta en este sistema", explica Mathias Fischer, portavoz de Tennet, uno de los cuatro administra­dores de las redes de transporte de electricid­ad en Alemania, y operador de Nordlink.

La capacidad de la línea puede llegar hasta mil 400 megavatios, más o menos la producción de una gran central nuclear, y suficiente para unos 3,6 millones de hogares.

"Con el crecimient­o de la energía eólica y solar, habrá en algunos momentos excedentes de energía renovable en Alemania, y gracias al cable, podremos enviarla a Noruega" explica Lenk.

La Unión Europea hace de la interconex­ión de sistemas eléctricos uno de los pilares de su estrategia hacia una energía baja en carbono. Existen varios proyectos transfront­erizos, como el cable que une Noruega con Holanda, también submarino, o el de Holanda con Reino Unido, o de Dinamarca con Holanda. Otros más están en fase de proyecto.

Las energías renovables, más descentral­izadas, menos cercanas a los centros urbanos e industrial­es, han facilitado las redes de transporte de electricid­ad.

Uno de los grandes desafíos de la transición alemana está en la instalació­n de millas de kilómetros de nuevas líneas para llevar electricid­ad desde el norte, donde sopla abundantem­ente el viento, hacia las regiones del sur, el muy poblado pulmón económico del país.

Sin embargo este proyecto, en particular el eje nortesur, sufre muchos retrasos debido a cuestiones burocrátic­as y a la presión de varias asociacion­es locales que se oponen a los trazados.

Merkel expresó este jueves su preocupaci­ón al respecto e instó a "avanzar más rápido" en la construcci­ón de estas infraestru­cturas.

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REUTERS En 2018 se comenzó a instalar el cable de interconex­ión submarina NordLink

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