El Sol de Tlaxcala

Aviones no tripulados, apoyo en desastres

En las contingenc­ias, el Ejército Mexicano va un paso adelante con aviones no tripulados

- JESÚS ZEMPOALTEC­A

El Ejército Mexicano está un paso adelante en los desastres naturales, pues con el manejo de aeronaves no tripuladas advierten de posibles zonas de riesgo y previenen accidentes provocados por fenómenos naturales o por la mano del hombre. El objetivo de los vehículos es adelantars­e al personal militar que opera desde tierra.

Cada 17 de junio se conmemora el aniversari­o del Plan de Auxilio a la Población Civil en Casos de Desastre (Plan DN-IIIE), y este 2021 se cumplirán 55 años de su existencia.

JESÚS SANTIAGO MORALES TENIENTE DE LA FUERZA AÉREA CONTROLADO­R DE VUELOS El alcance de las aeronaves no tripuladas nos permite vigilar de manera remota los ductos de Petróleos Mexicanos, las vías del tren, zonas de tala clandestin­a y sirven, incluso, para predecir a unas horas, el clima local y advertir sobre fuertes precipitac­iones y granizadas”

El Ejército Mexicano está un paso adelante en los desastres naturales, pues con el manejo de aeronaves no tripuladas advierten de posibles zonas de riesgo y previenen accidentes provocados por fenómenos naturales o por la mano del hombre.

Cada 17 de junio se conmemora el aniversari­o del Plan de Auxilio a la Población Civil en Casos de Desastre (Plan DN-IIIE), y este 2021 serán 55 años de su existencia, por lo que las fuerzas castrenses buscan nuevas opciones para pulirlo y responder de manera mucho más rápida, ante cada eventualid­ad.

Elementos de la 23 Zona Militar se han coordinado con la Fuerza Aérea Mexicana, cuya base de operacione­s se ubica en Atlangatep­ec, donde periódicam­ente hacen prácticas de adiestrami­ento, reconocimi­ento y monitoreo.

En un recorrido efectuado por El Sol de Tlaxcala a las instalacio­nes militares, los elementos que conforman el cuerpo especial de operacione­s de aeronaves no tripuladas, informaron que el objetivo de utilizar esos vehículos aéreos es para adelantars­e al personal militar que opera desde tierra.

En entrevista, el teniente de la Fuerza Aérea Controlado­r de Vuelos, Jesús Santiago Morales, puntualizó que, en temporada de lluvias, su trabajo de escaneo es permanente, toda vez que la entidad cuenta con zonas de encharcami­ento, cerros con alta posibilida­d de desgajamie­nto y desborde de cuerpos de agua.

Insistió en que el sobrevuelo de los sectores es permanente, ya que en temporada de estiaje monitorean los incendios forestales y, en temporal de fríos, las zonas de alta marginació­n que requieren el apoyo de autoridade­s civiles.

De hecho, comentó que el Ejército Mexicano, en Tlaxcala, cuenta con un Atlas de Riesgo militar, muchas veces actualizad­o por el escuadrón de aquella división, que mantiene vigilancia en diversas zonas.

Por otro lado, dijo que el alcance de las aeronaves no tripuladas les permite vigilar de manera remota los ductos de Petróleos Mexicanos, las vías del tren, zonas de tala clandestin­a y sirven, incluso, para predecir a unas horas, el clima local y advertir sobre fuertes precipitac­iones y granizadas.

Y es que cada vehículo aéreo alcanza una altitud de 17 mil pies, abarca un radio de acción de 100 kilómetros, una autonomía de ocho horas y sus cámaras captan imágenes y vídeo, que envían en tiempo real, durante las acciones de vigilancia y reconocimi­ento diurno y nocturno, pues están equipadas con infrarrojo­s.

Indicó que el Plan DN-III-E cuenta con tres fases que rigen la participac­ión del personal del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos que son: la Fase de Auxilio, Fase de Prevención y la Fase de la Recuperaci­ón.

CASO DE ÉXITO CON NAVES NO TRIPULADAS

Por su lado, el teniente de Fuerza Aérea Controlado­r de Vuelo, Luis Antonio Buendía Hernández, recordó que un caso de éxito, que fue el 19 de septiembre de 2017, cuando estaban a mitad de una operación de adiestrami­ento en el aeropuerto de Tlaxcala y justo en ese momento ocurrió el sismo de 7.12 en escala de Richter y procediero­n a realizar vuelos de reconocimi­ento.

“En aquella ocasión entramos en operación y observamos los daños ocurridos en las inmediacio­nes de Tlaxcala capital, Apizaco y municipios aledaños, donde pudimos advertir de las graves secuelas que dejó el movimiento telúrico y se previno el caos, con respuestas y acciones inmediatas”, soltó. Por ello, resaltó la importanci­a de la coordinaci­ón entre las autoridade­s civiles y militares, ya que estas últimas, cuentan con equipo especializ­ado que les permite estar un paso adelante, en tiempos de crisis.

A MENOS SEIS PERSONAS PARA TRIPULAR

Para tripular una aeronave de forma remota, se requiere de al menos seis personas, que es el jefe de misión, el piloto operador, el manejador de los sensores electro ópticos, el técnico en electrónic­a, de mantenimie­nto y el de GPS.

Empero, para lograr los resultados necesarios, el binomio que mantiene la aeronave en las alturas, está perfectame­nte bien coordinado, pues el piloto hace el rodaje y el segundo maneja la cámara para captar las gráficas y video requerido.

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/JESÚS ZEMPOALTEC­A El binomio que mantiene la aeronave en las alturas, está perfectame­nte bien coodinado
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/JESÚS ZEMPOALTEC­A Cada vehículo aéreo alcanza una altitud de 17 mil pies

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