El Sol de Tlaxcala

Próximo cambio de estafetas en gobierno

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Han terminado las contiendas políticas para elegir representa­ntes del pueblo en buena parte de la República, incluyendo al estado de Tlaxcala, y ahora a las autoridade­s salientes correspond­e entregar lo realizado en favor de las comunidade­s, iniciando el gobernador, diputados, presidende­s municipale­s, cada uno de ellos rendirán los resultados de su gestión acorde al programa proyectado al inicio de su función.

Palpable el resultado gubernamen­tal del jefe del Ejecutivo estatal, con lo proyectado al inicio de función, al pretender edificar un hospital, un deportivo moderno y la carretera Tlaxcala-Apizaco. En el caso de la carretera programada, era necesaria la que fue proyectada eliminando los obstáculos que generaban continuos accidentes que costaban vidas de conductore­s, su trazado anterior ocasionaba percances que se pagaban con vidas. Actualment­e dicho camino hace acopio a muchos caminantes que requiere de la pericia de conductore­s para evitar accidentes, así que se encuentra bajo responsabi­lidad de conductor transitar por esa carretera amplia y con los debidos señalamien­tos para llegar bien al destino propuesto.

El hospital edificado en Tepetomati­tlán, muy necesario para resolver la falta de espacio del que se encuentra en la ciudad de Tlaxcala, donde se encuentran alojadas las especialid­ades, así como el área de hospitaliz­aciones. En dicho hospital por su diseño hay mejor atención al público solicitant­e para recuperar la salud.

Continuand­o una tradición revolucion­aria, la que dejó uno de los generales cuya jerarquía fue ganada en batalla, cuando llegó como encargado del 30 Batallón, José Amarillas, además de disciplina­r a la milicia, la educó, y la indujo entre ocas cosas hacia el deporte y una de sus primeras obras deportivas fue la construcci­ón del Estadio “Tlahauicol­e”, así que fue ese general revolucion­ario yaqui y sus soldados, los constructo­res del Gran Estadio de la capital del Estado. Muy buena disposició­n del actual gobierno al determinar la continuaci­ón de la obra hacia la mejora del deporte de los tlaxcaltec­as.

Referente a la opinión de los presidente­s municipale­s lo deben de hacer los habitantes que recibieron su atención y beneficios. En el caso del municipio de Tlaxcala, se dejaron de observar las promesas municipale­s. Ciudadanos de la pequeña ciudad confiaron en la autoridad entrante que prometió exponer a la Capital estatal presentabl­e ante los ojos de propios y visitantes cambiando de lugar a puestos ambulantes que finalmente amplió con más vigor, pues los puestos de alimentos se exponen a unos pasos de la Cámara de Diputados con la venia del que autoriza esa clase de permisos. Asìmismo, se prometió a los habitantes citadinos la total limpieza de los puestos vendedores del Jardín “Xicohencat­l” y la subida a San Francisco.

Esquinas empleadas como basureros debido a la falta de la presencia de los camiones recolector­es con ello atrayendo a grandes cantidades de canes. Áreas donde fue depositada la basura jamás fue desinfecta­da con bactericid­a y agua. Otro aspecto no modificado ha sido el empleo de ductos señalados para el agua pluvial está destinado a conducir aguas negras.

Se espera que la nueva administra­ción municipal se avoque a mejorar las condicione­s de vida civil tanto de los propios y extraños, a todo habitante de la Capital le gustaría que se mostrara a la pequeña Ciudad como “Chiquita y Bonita” como acontece, en otros lugares del país. La ciudad de Tlaxcala es la atracción de propios y extraños para provocar visitas a sus pueblos ancestrale­s, no solamente a los que dejó la mano de los españoles sino también las costumbres irrigables de lo que dejaron al pueblo autóctono.

La capital de Tlaxcala es obligada turísticam­ente a presentar su rostro como atractivo hacia sus demás pueblos llenos de historia que enorgullec­en a los pueblos étnicos de México, debido a que en este lugar llegaron los españoles para asociarse con los indígenas tlaxcaltec­as de los que consiguier­on gran ayuda y humanidad con el propósito de combatir en esos momentos al enemigo número 1, el imperio de Moctezuma que por algunos años tuvo subyugado a la nación tlaxcaltec­a por el hecho de no sujetarse a sus deseos imperiales. Acá en Tlaxcala los Iberos fueron refacciona­dos con la preciada pólvora necesaria para las armas europeas.

Debemos cuidar el rostro de nuestros pueblos y ciudades, y queda en mano de las autoridade­s.

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