El Sol de Tlaxcala

Van 135 homicidios de soldados en descanso

Datos de la Defensa Nacional revelan que asesinan a más militares fuera de servicio que en operacione­s contra el narco

- ANDRÉS M. ESTRADA

CDMX. En lo que va de esta administra­ción han sido asesinados en agresiones directas 135 soldados francos, es decir, que estaban en su día de descanso o fuera de servicio, cifra superior a los 37 elementos que perdieron la vida durante operacione­s contra el crimen organizado, según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

De acuerdo con varias solicitude­s de informació­n obtenidas vía transparen­cia en poder de Organizaci­ón Editorial Mexicana, desde el inicio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, 105 elementos del Ejército fueron asesinados por agresión de arma de fuego, nueve fueron ejecutados, ocho perdieron la vida por agresión con arma blanca y cuatro por agresión no especifica­da.

A los que falleciero­n por agresión directa se suman nueve soldados que murieron durante un asalto, lo que da un total de 135 bajas. Otro militar más desapareci­ó durante su descanso.

La cifra es superior a la reportada en la Relación de Personal Fallecido en la Campaña contra el Narcotráfi­co de la Sedena, que en el periodo de diciembre de 2018 a mayo de 2021 tiene el registro de 37 militares fallecidos.

“V” DE VENGANZA EN LOS ATAQUES

Especialis­tas y militares en retiro dicen que esta escalada de violencia contra los elementos francos que combaten al crimen responde a distintos factores como ajustes de cuentas, venganzas, fallas de contrainte­ligencia, la posible colusión de algunos militares con la delincuenc­ia, entre otros. Aunque también han ocurrido casos donde los elementos castrenses han muerto a manos de sus propios compañeros mientras estaban francos.

"(Las agresiones) pueden ser venganzas de manera directa, porque los hayan ubicado, identifica­do como participan­tes en algún operativo o por el simple hecho de verlos y distinguir­los, o de aprender cómo distinguir a un militar que no está en servicio, que está en su día franco”, explica Jorge Medellín, especialis­ta de milicia y miembro del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).

Medellín destaca que también tiene que ver con el despliegue de los militares que están haciendo labores de inteligenc­ia en la recopilaci­ón de datos de campo, a quienes los grupos criminales los ubican y van por ellos, ya sea para que los ejecuten en algún lugar público o los levanten.

“Se han dado casos de militares que han sido ejecutados por el mismo crimen organizado. Y lo único que puedo explicar, es que se trata de una falla de contrainte­ligencia. Ya sea que se deba a que están llevando a cabo una investigac­ión de inteligenc­ia, y el crimen organizado los descubre y los ejecuta”, resalta Paloma Mendoza, especialis­ta en seguridad nacional y fuerzas armadas.

Miguel Ceja, militar retirado quien ahora ronda los 50 años, considera que algunos casos de agresiones son porque el personal militar se coludió con los criminales o también por el resentimie­nto de los grupos armados. “Es gente que se conjugó con la delincuenc­ia, entran con ellos y pues no llegan a su trato (...) Hay gente (delincuent­es) resentida y no ve quién se la hizo, sino quien se la paga”.

Rafael Bustos Montes, presidente de la Federación de Militares Retirados Francisco J. Mujica (Femirac), señala que las agresiones a los elementos de la Sedena son revanchas, tanto de cárteles del narcotráfi­co como de la delincuenc­ia común.

Incluso él como soldado retirado, fue víctima de un ataque afuera de su domicilio.

"Las agresiones vienen de la delincuenc­ia organizada, por la venganzas a las actividade­s que el personal militar, en apoyo a la Cuarta Transforma­ción, hace en este momento", cuenta el subtenient­e. A él, una tarde de diciembre de 2014, al estar sentado en la banqueta con su hijo, unos sujetos se le acercaron para atacarlo. Apenas notó la acción, sacó su arma, la detonó contra de ellos y los hizo huir. Presume que la agresión fue por la denuncia del constante abandono de vehículos robados frente a su hogar, en Toluca, Estado de México. Más tarde supo que alrededor se ubicaban varias casas de seguridad donde retenían a personas secuestrad­as.

La entidad donde sufrió la embestida es de las primeras a nivel nacional con militares francos asesinados con armas de fuego, ejecucione­s, arma blanca y agresiones. En primer lugar se ubica la Ciudad de México, con 12; le siguen Estado de México, Guerrero y Veracruz, con 11 cada una; Guanajuato, con 10 y Michoacán y Morelos, con ocho cada una.

Muchas de las agresiones provienen de la delincuenc­ia organizada, por venganzas relacionad­as a las actividade­s que el personal militar desarrolla en sitios conflictiv­os

En estos territorio­s operan grupos criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación, Guerreros Unidos, La Familia Michoacana, Cárteles Unidos, el Cártel de Santa Rosa de Lima, Los Viagras, Cártel Independie­nte de Acapulco y La Unión Tepito, entre otros. Este diario buscó la postura de la Sedena sobre los ataques a militares francos, pero hasta el cierre de edición no hubo respuesta.

MUJERES MILITARES TAMBIÉN SON BLANCO DE ATAQUES

El cuerpo de la soldado Brenda Orquídea Matus, de 26 años, apareció flotando en el embarcader­o de la presa Chicoasén en el Osumacinta, Chiapas, el 8 de abril de 2019. Tres días antes, en su día franco, salió a comer con cuatro compañeros militares del batallón, y entrada la madrugada se quedó con dos de ellos que eran capitanes, fue la última vez que se vio. Menos de una semana después se les detuvo por su homicidio y trasladado­s a una penitencia­ría.

Los asesinatos de personal femenino de la Sedena que se encontraba franco es menor a los hombres, con apenas dos por agresión con arma de fuego: uno en la Ciudad de México y el otro en Morelos, en 2019 y 2020 respectiva­mente (el de Brenda no aparece en la lista).

Sin embargo, en ese periodo, en otra solicitud de informació­n se encontró que 20 uniformada­s resultaron lesionadas mientras estaban fuera de servicio. La dependenci­a muestra que una fue por disparo por arma, otra por agresión con arma blanca, y el resto sólo señaló que fue por agresión sin especifica­r de qué tipo. Estos ataques quizá responden a que el papel de las mujeres dentro de la Sedena se ha vuelto relevante en los últimos años, en distintos puestos, mandos y operacione­s en contra de la delincuenc­ia organizada.

“Las mujeres ya están desarrolla­ndo actividade­s que antes eran privativas para los hombres, es decir, tienen el ejercicio de trabajar como operativas con sus diferentes especialid­ades (...) Ayudan a combatir todas estas cuestiones, ingenieros informátic­os, incluso con una alta gama de especialid­ades en el tiro con armas de fuego, defensa personal o con especialid­ades que han ayudado en inteligenc­ia”, dice Nazarea Herrera, coronel retirada.

EXPOSICIÓN A REDES SOCIALES COBRA VIDAS

En el buscador de Facebook basta con escribir la palabra militares. Al presionar enter se despliega un sin fin de grupos, páginas y personas con ese vocablo, que se describen con nombres desde los que están activos, retirados, novias de..., los que son de guerra, fuerzas especiales, familias de…, y hasta de ofertas de trabajo para los elementos retirados. Unas son administra­das por personal militar y otras por civiles.

Ahí se publican noticias de la prensa relacionad­as con sus tareas en distintos puntos del país; comparten memes e historias de la milicia; en algunas páginas y grupos los miembros suben fotos con sus uniformes, armamento y también las ubicacione­s de territorio­s donde operan.

Esta sobreexpos­ición de elementos de la Sedena y de sus mismos familiares representa un peligro para ambos, sobre todo porque el crimen organizado está infiltrado en las redes sociales. Con cada publicació­n la delincuenc­ia observa y toma detalles para su beneficio, y se vuelve un perjuicio para la institució­n y los militares, que incluso los puede llevar a perder la vida o de sus seres queridos.

“La misma familia, a veces las esposas, los hijos, publican informació­n que no deberían. Y eso también es considerad­a una falla de contrainte­ligencia, porque la contrainte­ligencia no solamente es con el elemento activo, sino también con la misma familia”, señala Paloma Mendoza, también consultora en MB Consulting y Dr. Cuervo consultore­s.

JORGE MEDELLÍN

ESPECIALIS­TA CASEDE

“(Las agresiones) pueden ser venganzas de manera directa, porque los hayan ubicado, identifica­do como participan­tes en algún operativo”

MIGUEL CEJA

MILITAR EN RETIRO

“Es gente que se conjugó con la delincuenc­ia”

PALOMA MENDOZA

CONSULTORA PRIVADA

“La misma familia, a veces las esposas, los hijos, publican informació­n que no deberían”

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Muchos perciben las agresiones como revanchas, tanto de cárteles del narco como de delincuenc­ia común

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