Un muy triste Mobile World
Pocas novedades tecnológicas llegaron desde el Mobile World Congress a las páginas de los periódicos o los canales de televisión encantados de transmitir imágenes de robots o edecanes portando teléfonos inteligentes más brillosos que contundentes al hablar de innovación. En esta ocasión, durante la reunión que se considera el espacio de lanzamiento de los smartphones más sofisticados, hubo pocos anuncios importantes. Lo que sí se confirmó es que fue un gran fracaso la convocatoria presencial, más si tomamos en cuenta que no estuvieron presentes los representantes de Sony, Nokia, Xiaomi, Qualcomm, Samsung o Deutsche Telekom. Muchos de los pesos pesados prefirieron evitar las aglomeraciones en tiempos de pandemia, con todo y vacunas.
En esos espacios, en la Fira Gran Via de Barcelona, llegan a reunirse alrededor de 100 mil personas. Esperaban que al menos 30 mil visitantes llegaran esta semana. Las crónicas desde Europa dicen que los pasillos y salas de exhibición lucían desiertas, pobladas por fantasmas. Se habla mucho de inteligencia artificial y 5G, de hecho, se reconoce el Mobile por ser el punto de arranque de esas tecnologías en el uso de empresas y la vida diaria de los consumidores. Ahí se aterrizan las ideas de los precursores y tratan de empaquetarse para venderse en un futuro cercano a los sujetos con las necesidades claras para entrar al futuro. El plato fuerte de la reunión, que pasó casi desapercibida a pesar de que es un milagro que regresen este tipo de shows, fue Elon Musk, quien más allá de fumar mariguana o hablar de BitCoins, anunció una inversión de unos 30 mil millones de dólares en su proyecto de satélites Starlink.
Constantí Serrallonga, director general de la Fira de Barcelona, explicó que esta reunión fue una transición hacia un exitoso 2022. Ojalá que así sea, pues todo indica que la feria de tecnología más importante del mundo, el Consumer Electronics Show de Las Vegas, que organiza Gary Shapiro, regresará al iniciar el siguiente año. Y vaya que será interesante conocer más acerca de las tendencias de la mercadotecnia, los medios masivos, los autos y las máquinas inteligentes al servicio de los humanos en este nuevo CES, que se presentará en medio de una pandemia que parece no querer ceder en varios de los países que soñaban con un futuro perfecto, cuando la muerte nos hizo entender que los conocimientos vigentes no son suficientes para alcanzar todos esos sueños de inmortalidad y autos voladores. Ni súper inteligencia. Ni trabajos perfectos. Ni humanos evolucionados, biónicos.
Lo peor de todo es que al Mobile de Barcelona íbamos todos con las ganas de escuchar de frente a los hombres que están cambiando al mundo, charlas con creadores de androides o códigos para evitar el espionaje, creadores de vida artificial o de cadenas de comunicación infalibles. Íbamos en busca de grandes charlas, entrevistas y pistas de lo que nos esperaba en las próximas décadas. Y en esta ocasión, Elon Musk se conectó por videoconferencia desde California y decepcionó un poco más a los pocos asistentes a la sesión. Fue un triste Mobile, en donde muchos siguen pensando más a corto plazo.