En bancarrota, los artesanos de alebrijes
Buscan la creatividad sobre la elaboración artesanal
Hace 37 años, Federico Díaz Flores y su esposa Eva García Vázquez, trajeron de la Ciudad de México (CdMx) a Tlaxcala, la creatividad sobre la elaboración artesanal de alebrijes, para darle vida a todo el sector de la población.
Aprendió la técnica de Pedro Linares López, ilustre artesano de la CdMx que nació en 1902 y que, estando enfermo a los 30 años, soñó que elaboraba monumentales animales como caballos, iguanas gallos con cabeza de dragón, con alas y escamas.
Desde entonces, la familia Díaz García, integarada por 14 hermanos, instaló su taller en la comunidad de Popocatla, municipio de Ixtacuixtla.
Con el paso de los años y el respaldo de sus clientes que le compraban lo que fabricaban a base de papel periódico, cartón, engrudo, carrizo y estructuras de alambrón y madera, don Federico Díaz amplió el taller en el predio que le heredó su padre, Donato Díaz Valencia.
De hecho, el taller, único en Tlaxcala, era una novedad para niños y adultos, inclusive desde 2014 comenzó a ser visitado como parte de la ruta del pulque y las luciérnagas en el municipio de Nanacamilpa. Los turistas conocieron las obras de arte de don Federico Díaz y los que, ahora, elabora su hijo Polo Díaz García.
Sin embargo, tras el deceso del tlaxcalteca en 2014, el taller comenzó a decaer, pues no había capital para invertir y los bancos cobraban altos intereses en créditos, por lo que sus ventas se redujeron en forma considerable.
Y el año pasado todo se vino abajo con la pandemia del coronavirus porque fueron canceladas fiestas de cumpleaños, XV años, desfiles de escuelas con carros alegóricos, carnaval y hasta el Día de Muertos.
Hoy la techumbre del taller denominado Arte Pirunera, presenta goteras y las paredes están llenas de humedad, por lo que, los alebrijes que dejó don el extinto artesano se están deteriorando.
De hecho, en 2020, el haber ingresado al programa Jóvenes Construyendo el Futuro que promueve la Secretaría del Bienestar, de nada sirvió, pues los aprendices no se capacitaron por los contagios de SARSCoV2.
Ahora, en semáforo verde en Tlaxcala, resultado de la continegencia sanitaria, la familia que encabeza doña Eva García espera reactivar su economía, primero, para vender alebrijes y piñatas y, después, que los turistas que viajan al avistamiento de las luciérnagas los visiten.