Es una princesa real, experta en robótica
Aratza Méndez viajará a Dubai a un congreso científico y se une a Disney
Las historias de tres chicas de Colombia, Brasil y México, se cuentan en un especial disponible en las redes de Disney
En su casa, aprendió la importancia del trabajo en equipo. La mayor de tres hermanos tiene hoy 18 años y desde los siete es alumna de RobotiX, una organización que impulsa la educación tecnológica, donde formó parte de los representativos de alto rendimiento en competencias nacionales e internacionales.
Su madre abogada y su padre ingeniero, llevaron a Arantza Méndez por distintas disciplinas, como el baile o el deporte, hasta que encontró su pasión: la robótica. Los gemelos Toño y Alexa, dos años menores que ella, recorrieron su propio camino y se dedican al futbol y al arte.
"El trabajo en equipo es muy importante, se tiene que enfocar en las fortalezas pero también en las debilidades y trabajar en ellas", advierte a El Sol de México esta joven científica que próximamente participará en el International Astronautical Congress, el evento más importante de la industria aeroespacial del mundo, que se celebrará en Dubai.
Arantza forma parte de la campaña Disney princesa: Tiempo de celebrar, que honra el talento de las niñas en distintos ámbitos. "Estoy muy feliz de que me hayan llamado y de poder compartir mi historia", afirma quien, a pesar de ser una chica exitosa, valora más los tropiezos.
"Hay niñas que por miedo a no estar bien preparadas sueltan su sueño y lo que me interesa decirles es que no se rindan, porque también de los errores se aprende. Hubo muchos años en los que en las competencias que hacía RobotiX, no ganaba nada, pero siempre estaba ahí, no ganaba y eso no me impedía intentar, hasta que llegué a los equipos de alto rendimiento. Es la forma que he encontrado para inspirar a otras niñas, he sido juez, coach, creo que trabajando juntos es más fácil".
La campeona de hackatones (competencias en las que desarrollan proyectos en 24, 48 o 72 horas), recuerda con especial cariño su experiencia en Rusia, cuando ella tenía 11 años y formó parte de la representación mexicana en una competencia que simulaba una misión espacial.
"Conocer a equipos de varios países, sus distintas maneras de pensar, sus creaciones para el concurso, había unos robots gigantes, otros muy chiquitos, pero que todos hacían lo mismo que nuestro robot, fue algo muy importante".