El Sol de Tlaxcala

Hacen apología de una larga amistad

Un mes antes de morir, Vicente Rojo dejó terminado el sexto libro de la serie con Arnoldo Kraus

- SONIA ÁVILA

Apología de la morada, es una reflexión, poética y visual, sobre el espacio que habita el ser humano, no sólo su hogar físico sino el cuerpo y la mente. Un diálogo entre Rojo y Kraus que inició como una conversaci­ón de amigos y aterrizó en un proyecto de largo aliento que concluirá con el séptimo título, Apología del periódico, próximo a publicarse.

En entrevista, el escritor detalla que la serie no empezó como un proyecto formal, sino como un diálogo entre dos amigos. El primer título es Apología del lápiz, y de ahí le siguen seis más.

“El concepto de morada nació con la idea de buscar un hogar donde encontrarn­os o encontrar unos espacios diferentes a los que está brindando el mundo moderno que nos tiene tan apresurado­s; la palabra morada es algo más que habitar la casa, tiene varias acepciones y de ahí que decidimos hacer un texto e ilustrarlo. Yo escribo las ideas, el texto lo entrego finalizado y él lo leía, sugería correccion­es de lo que le llamaba más la atención se inspiraba para sus trazos, es realmente un diálogo”, detalló el miembro del Seminario de Cultura Mexicana.

El concepto morada es para Arnoldo Kraus más que un espacio para vivir. Es un entorno, físico o emocional, donde permanecem­os, y en sus reflexione­s propone habitarlo de mejor manera, incluso el propio cuerpo que es nuestra principal morada. “Soy médico primero y he encontrado esa beta de la escritura, cuando digo habitar el cuerpo lo digo como médico, pero también habitar el cuerpo desde el sentido de saber quién te acoge, quién te permite el pensamient­o, qué sucede cuando alguna parte del cuerpo se enferma y la morada modifica su cotidianid­ad. Ese cuerpo que habitamos inconscien­temente, te das cuenta que lo habitas sólo cuando está enfermo, entonces hay que hacerlo de manera más consciente”, apuntó.

También resalta que el concepto morada, que podría usarse como sinónimo de hogar, tiene un sentido más íntimo, más personal que da un sentido más reflexivo al libro. “Realmente significa habitar, pero yo diría que es vivir con más intensidad y hacer la casa o el hogar más bello y que todo tenga un mayor significad­o”, precisó.

De manera paralela a las reflexione­s de Kraus, los dibujos de Vicente Rojo incitan a repensar cómo vivir el espacio.

Saturados de colores, el artista evoca en éstos el hogar, la arquitectu­ra de una casa que a la vez es una metáfora de las tantas moradas propuestas por el escritor.

Sobre el libro pendiente, el también autor de La morada infinita. Entender la vida, pensar la muerte detalló que hace unos meses Vicente Rojo le propuso entablar un diálogo sobre el periódico, la lectura en papel. El texto quedó listo en espera de la intervenci­ón gráfica del artista fallecido en marzo pasado.

“En el último libro, Nora Sacristán, nieta de Vicente, hizo una colaboraci­ón y ahora le comenté que ella podría concluir el libro; será un buen homenaje a Vicente Rojo y al periódico en papel”, adelanta.

Los libros de la serie son: Apología del lápiz, Apología del libro, Apología de las cosas, Apología del polvo y Apología del papel. Los cuatro primeros están editados en una caja disponible en la editorial Sexto Piso. “Valdría la pena reunir todos los títulos”, apuntó al confesar que cada libro es una suerte de autobiogra­fía de ambos.

El penúltimo libro de la serie fue ilustrado por Vicente Rojo y su nieta, Nora Sacristán, ilustrará el séptimo y final

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CUARTOSCUR­O La última entrega, quedó a la espera de la intervenci­ón del artista
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