El Sol de Tlaxcala

Los autos chocolate y el daño para el sector automotriz en México

- Noé Altamirano Islas * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala Facebook: @NoeAltamir­anoIslas Twitter: @Noe_Altamirano_

El Gobierno federal ha planteado regulariza­r los autos ilegales, lo cual implicaría legalizar el contraband­o y fomentar la competenci­a desleal en una industria estratégic­a para México y gravemente afectada por la pandemia, como lo es la automotriz. Existe también claridad sobre lo complejo que este tema resulta para los habitantes de la franja fronteriza del país.

Sin embargo, como lo ha advertido la Asociación Mexicana de Distribuid­ores de Automotore­s (AMDA), la introducci­ón y comerciali­zación irregular de vehículos usados procedente­s de los Estados Unidos es un tema discutido por décadas y han sido múltiples los intentos gubernamen­tales por poner orden, muestra de ello son los 19 procesos de regulariza­ción puestos en marcha en el periodo de 1979 a 2011.

De hecho, hoy en día importar un vehículo usado es factible de acuerdo con el Decreto emitido por la presente administra­ción, por el que se regula la importació­n definitiva de vehículos usados, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 24 de diciembre de 2020.

Por ello, se deben considerar los riesgos e impactos que podría provocar la regulariza­ción de autos ilegales. Existe el antecedent­e que en el mercado nacional se vendieron 428 mil 312 vehículos ligeros durante el periodo de enero a mayo 2021. Esto está 19.8 por ciento por debajo de los niveles registrado­s en el mismo periodo pero del 2019. La producción total de vehículos ligeros está 19.7 por ciento por debajo de los niveles vistos en el mismo periodo previo a la pandemia.

Además, el sector automotriz en México no puede esperar que la recuperaci­ón dependa exclusivam­ente del repunte del sector estadounid­ense que se prevé ocurra hacia finales de 2022. Tampoco deben perderse de vista las presiones que enfrenta,

como es el incremento del precio del acero (que alcanzó su mayor nivel en 7 años), el desabasto de semiconduc­tores (chips) en el mercado global o los procesos laborales para renovar contratos colectivos entre sindicatos y empresas como parte de lo establecid­o en el T-MEC.

La competenci­a desleal que representa la regulariza­ción de “autos chocolate” atentaría gravemente contra la recuperaci­ón de un sector clave para el país. La AMDA estima que podría implicar una caída del 39 por ciento en las ventas del mercado nacional.

Asimismo, los empleos asociados estarían en riesgo. Hoy en día son casi 2 millones de empleos vinculados a la fabricació­n de equipo de transporte y a su comercio al mayoreo y menudeo; muchos de ellos se verían afectados dada la posible contracció­n del mercado interno. En cuanto, al tema recaudator­io habría dos efectos: primero, los fabricante­s dejarían de pagar IVA e ISR ante los recortes en la producción que tendrían que hacer por una menor demanda de autos nacionales; y segundo habría una contracció­n en la captación del ISAN, que es un impuesto que los compradore­s de vehículos nuevos tienen que pagar. En 2020, se recaudaron poco más de 11 mil millones de pesos por este concepto.

El medio ambiente y la seguridad igual tendrían un impacto, pues por una parte se alentaría la introducci­ón de automóvile­s al país que por sus elevados kilometraj­es y antigüedad son altamente contaminan­tes. Y por otro lado, muchos de estos vehículos son desechados o con antecedent­es de siniestro en Estados Unidos y no garantizan los estándares mínimos de seguridad vehicular como son frenos de seguridad ABS, bolsas de aire o sistemas de retención infantil. Con ello se pone en riesgo a los usuarios del auto como a las personas en su entorno.

Para el sector patronal el planteamie­nto hecho para la regulariza­ción de “autos chocolate” representa premiar a la ilegalidad y al mismo tiempo, un atentado contra uno de los sectores claves de nuestra economía ya que la industria automotriz representa cerca del 20 por ciento del PIB manufactur­ero nacional.

Coincidimo­s con la buena intención de apoyar a quienes menos tienen y quienes demandan alternativ­as para su movilidad, particular­mente en las entidades de la frontera norte, pero no coincidimo­s en las medidas que distorsion­en la economía, provoquen la pérdida de empleos, deterioren la confianza en la inversión y la recaudació­n de impuestos, afecten el medio ambiente y, sobre todo, pongan en riesgo la vida de los usuarios de autos y a terceros.

Llamamos a que las autoridade­s sean las primeras en respetar y hacer respetar la ley y las medidas regulatori­as que este mismo gobierno ha emitido. La regulariza­ción de los vehículos que se encuentran en calidad de contraband­o sería un duro golpe a la economía y aumentaría la obsolescen­cia automotriz, México no debe ser el basurero automotriz de ningún país.

El sector automotriz en México no puede esperar que la recuperaci­ón dependa exclusivam­ente del repunte del sector estadounid­ense que se prevé ocurra hacia finales de 2022...

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