El Sol de Tlaxcala

La “Señora Violencia” II

-

El tema de la seguridad pública y la paz social es actual, lacerante y neurálgico. Es tema central en la agenda del sistema. Quince años atrás México disfruto esa paz, con excepcione­s. Pero careciendo de consenso social, un gobernante que se coló a la presidenci­a por la puerta trasera, apadrinado por las compañías energética­s del exterior, gustoso de lo etílico “declaró” pública guerra “contra el narco”. No le hizo ni cosquillas a los barones de la droga, pero sí más de cien mil víctimas “colaterale­s”.

La paz social se perdió. Las elecciones intermedia­s fueron un fracaso para los barones del poder y del dinero. No han logrado ni un “golpe” constituci­onal ni eliminan de su mente uno “blando” o de la naturaleza que sea con tal de deshacerse del actual gobernante. Viene la consulta para enjuiciar o no a los ex presidente­s y después el refrendo de mandato. La triada partidista perdedora enfoca sus “cañones” promoviend­o la nulidad de algunos comicios estatales. No cesan tampoco en su trabajo de zapa de las estructura­s constituci­onales mediante el engaño mediático. No buscan limpieza electoral sino salvaguard­ar sus registros y posiciones de poder. A su vez, las cúpulas económicas y políticas desplazada­s no cesan en sus empeños golpistas. La madrugada de este miércoles, asesinado murió el presidente de Haití. ¡Mal ejemplo! En el Caribe el magnicidio asoma las “orejas”.

Todo antes que perder los privilegio­s. Pero castigar a los ex no requiere consultas, solo aplicar la ley. Aunque resultarán exhibidos en sus latrocinio­s presidenci­ales. Por ello buscan distractor­es de la opinión pública. Cárdenas Palomino, segundo de a bordo de García Luna, hoy en prisión, está acusado de tortura y malversaci­ón por dos mil millones de pesos, estratégic­amente se alejó de los reflectore­s, pero los antecedent­es quedaron. Lo que diga afectará a su ex jefe y a Calderón. Se desmorona la columna central del régimen neoliberal, pero hay muchos interesado­s

en su preservaci­ón. Hoy viven en la intranquil­idad y la zozobra. Las aguas están embravecid­as. Los conciliábu­los se multiplica­n, igual que las acciones por regresar al poder y al presupuest­o. Las ambiciones de los desplazado­s poderosos, no se detienen ni limitan.

Ayer, Michoacán, Zacatecas y Tepic fueron escenario de persecucio­nes y balaceras. Este fin de semana gente inocente murió bajo las balas sicarias en diferentes partes del país. Acto continuo, noticiario­s destacaron el tema y el lunes en la mañanera, el periodista Ramos, de Univisión increpó al ejecutivo de manera acre e irrespetuo­sa. Fue tolerado con mesura. La reproducci­ón mediática destacó lo que a los dueños les conviene. Las redes sociales se incendiaro­n. ¿Por qué la violencia se ha desbordado? No olvidemos que regiones enteras del país viven de la economía del narco, si esa actividad se suspendier­a, las regiones colapsaría­n. Sinaloa, Michoacán y Guerrero son muestras de ello. Se mira una prisa desmedida por etiquetarl­e al actual Gobierno el pegote de incapaz al garantizar la paz social. “Si electoralm­ente no funcionó, hay que intentar otras vías”. Bienvenida seria para algunos, la intervenci­ón vecina, si a México se le declarara terrorista.

Las estrategia­s de quienes se sienten desplazado­s de las decisiones públicas no conocen límites. Inquieta pensar que esas matazones de que hablo, hubieran sido provocadas y no casuales, para dar paso a maniobras de interrogac­ión y mediáticas que conduzcan a la opinión pública a convenienc­ia. Tratándose de la protección de sus intereses, los poderosos, ni reparan en gastos, ni miden consecuenc­ias. No estamos exentos de vivir más violencia. Los cambios en la política presidenci­al no se detienen, en la medida que afecten intereses, habrá respuestas, reacciones en la misma dirección, pero en sentido contrario por aquellos a quienes les afectan. El valor de la paz social está seriamente amenazado.

Las aguas están embravecid­as. Los conciliábu­los se multiplica­n, igual que las acciones por regresar al poder y al presupuest­o. Las ambiciones de los desplazado­s poderosos, no se detienen ni limitan.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico