DOBLE PODER
DOS DE LOS MODELOS ICÓNICOS DE LA LETRA MÁS PODEROSA DEL MUNDO, LLEGAN CON UN ALTO NIVEL EN TECNOLOGÍA, DINAMISMO Y ATRACTIVO DISEÑO
En 1986, el mundo del automóvil fue testigo del nacimiento de una leyenda, el BMW M3, una necesaria homologación de un coche de carreras que exigía la FIA al fabricante alemán y con una producción mínima de 5 mil unidades; con el objetivo de favorecer la transferencia tecnológica de los autos de carreras a los de producción en serie.
Su éxito fue inminente, de aquel primer auto se vendieron 18 mil unidades, desarrolladas por la división deportiva de BMW; a 35 años de esa transformación, en Autos OEM tuvimos la oportunidad de poner a prueba la más reciente generación en las variantes M3 y M4, este último nombrado así en el 2013 para identificar a la versión con carrocería coupé.
Comenzamos a bordo del M3 con una aceleración brutal desde el instante en que recargamos el pie en el acelerador; esto se debe al propulsor de seis cilindros en línea de 3.0 litros turbo, entrega 510 caballos de fuerza y 479 libras-pie de torque, acoplado a una transmisión automática M Steptronic de 8 velocidades.
Como era de esperarse la suspensión es rígida, para contener el balanceo de la carrocería en los cambios bruscos de dirección y en las curvas cerradas y rápidas, pero sin que resulte demasiado incómoda en las zonas donde el asfalto está maltratado. Los cambios de velocidad que realiza la transmisión son muy rápidos, lo que permite aprovechar todo el potencial del motor.
Y ya enamorados del M3, Autos OEM tomó el control del M4: Las sensaciones son prácticamente las mismas, aunque logramos percibir una estructura mucho más robusta, pues no es lo mismo un cuerpo con cuatro puertas que con dos.
Por todo lo demás, ambos modelos son dignos herederos de una dinastía automotriz que hoy goza de una popularidad mundial y de una reputación envidiable.