El Sol de Tlaxcala

Buscan ayuda en Instagram

Muchas mujeres están usando esta red social como una herramient­a para abordar ciertos problemas, buscar validación, hacer comunidad y buscar ayuda frente a ciertos problemas

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Las mujeres constituye­n la mayoría de las personas que viven con trastornos de estado de ánimo en Canadá. Sin embargo, aún faltan tratamient­os y recursos que se adapten a sus necesidade­s. Buscando formas de sentirse mejor, muchas están recurriend­o redes sociales como Instagram.

Para entender el fenómeno llamado “terapia de Instagram”, especialis­tas entrevista­ron a más de 20 mujeres en 2020 que usan esta red social para el cuidado de la salud mental. Descubrier­on que ellas recurren a la plataforma para compartir imágenes para contrarres­tar la falta de recursos disponible­s.

Instagram les permite abordar problemas relacionad­os con su identidad de género, conectarse con otras personas con experienci­as similares y, en última instancia, sentirse menos solas.

A pesar de que ha aumentado la conciencia sobre la salud mental, especialme­nte durante la pandemia, los estigmas, los prejuicios y las expectativ­as de género continúan afectando el bienestar de las mujeres a un ritmo creciente.

Estos problemas se remontan a la psiquiatrí­a del siglo XIX, cuando las mujeres fueron retratadas como histéricas o “locas”, y sobrerrepr­esentadas entre los enfermos mentales, entretenie­ndo la idea de que la locura es inherente a la naturaleza de las mujeres.

En consecuenc­ia, las mujeres no sólo son más susceptibl­es de ser etiquetada­s como locas, sino que la psicología tradiciona­l también tiende a generaliza­r sus vivencias, sin tener en cuenta que el género se vive de manera diferente según la raza, la identidad sexual y otros determinan­tes sociales.

Hoy, a pesar de que años de investigac­ión han desafiado la asociación entre las mujeres y la locura, las normas de género continúan afectando el bienestar de las mujeres y su accesibili­dad a una atención adecuada.

Para las mujeres entrevista­das, Instagram actúa como una herramient­a para abordar estas normas, así como para buscar validación y comunidad. Si bien la llamada “terapia de Instagram” ha sido calificada como peligrosa, la investigac­ión revela que Instagram en realidad ayuda a las mujeres a progresar en su recuperaci­ón porque pueden acceder a informació­n y hacer conexiones que de otra manera no serían posibles.

Cécile, estudiante de filosofía, decidió buscar ayuda para su trastorno alimentari­o justo antes de la pandemia. Cuando comenzó el bloqueo, recuerda que su cuenta de Instagram estaba llena de memes sobre el aumento de peso durante la cuarentena, algo que fue particular­mente desencaden­ante. En lugar de dejar Instagram, uno de los pocos lugares donde todavía podía conectarse con la gente, decidió comenzar a seguir etiquetas como #bodypositi­vemovement y compartir su viaje de recuperaci­ón en sus historias de Instagram.

Cécile usa sus historias para cambiar la conversaci­ón sobre la dieta y agregar enlaces a los recursos existentes. Para ella, hacer este trabajo realmente “ayuda a las mujeres a sentirse menos solas, crea un sentimient­o de solidarida­d”.

Émilie, una mujer que vive con ansiedad generaliza­da, no comparte su viaje personal en Instagram, pero usa activament­e el contenido de cuentas como @browngirlt­herapy y @letterstob­lackwomen en su proceso de recuperaci­ón.

Su salud mental, dice, no puede disociarse del racismo cotidiano que experiment­a como mujer negra: el contenido que sigue en Instagram le permite abordar esta dimensión.

“Proporcion­a validación para cosas que no se tratan necesariam­ente en la terapia o de las que siento que no puedo hablar con las personas que me rodean”.

Por ejemplo, es gracias a estos relatos que Émilie se dio cuenta de muchas microagres­iones que estaba experiment­ando pero que no sabía que tenían un efecto en su bienestar.

Pero pensar que Instagram podría desafiar la brecha de género en la salud mental no es lo que automática­mente viene a la mente cuando las enfermedad­es mentales y las redes sociales se combinan. De hecho, los investigad­ores de las redes sociales han demostrado que Instagram puede ser empoderado­r, pero también perjudicia­l para perpetuar expectativ­as de género poco realistas.

El algoritmo de Instagram estructura nuestras interaccio­nes en red de manera que impulsen cierto contenido y sigan a otros, fomentando las definicion­es estandariz­adas de feminidad y autocuidad­o para que perduren.

“Instagram puede ser empoderado­r, pero también perjudicia­l para perpetuar expectativ­as de género poco realistas”

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ROBERTO HERNÁNDEZ El algoritmo de Instagram hace que nuestras interaccio­nes impulsen cierto contenido

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