Combina todas sus facetas en pantalla
Lea DeLaria interpreta a Queenie, la matriarca de la mafia que se encarga del burlesque en un club
Para que Lea DeLaria diga que un personaje la atrapó es que definitivamente es atractivo. “Reprisal es una de las series más interesantes en las que he trabajado en mucho tiempo”, dice en entrevista con El Sol de México esta artista y activista por los derechos de la comunidad LGBT+.
Y es que si hay algo de lo que se siente orgullosa es de su identidad lesbiana. Quizás muchos la ubican por su papel de Boo en Orange is the new black, pero en realidad esa es sólo una de sus facetas: también es cantante de jazz —su voz es tan contundente como su rostro— y comediante. De hecho, sus inicios como standupera están en el Nueva York de los ochenta, la cuna del standup comedy.
A sus 63 años, DeLaria aceptó el reto de participar en Reprisal, una serie del canal AMC que cuenta la historia de Katherine Harlow (Abigail Spencer), una mujer que, tras ser dada por muerta, busca la venganza contra la pandilla que quiso asesinarla. El drama está en que el líder de esa banda es su hermano.
DeLaria interpreta a Queenie, la matriarca de esa pandilla, los Banished brawlers. Su personaje, dice, es “emocionalmente fuerte”, por lo cual tuvo que interiorizar todos los sentimientos oscuros de Queenie para poder encarnarla.
En algunas escenas se le observa con un look muy drag, muy burlesque, como si se tratase de una Divine mafiosa. Y eso lleva inevitablemente a pensar en la otra cara de esta actriz: su activismo.
Si hay alguien que conoce los lugares que frecuentan las lesbianas en Nueva York, esa es Lea DeLaria.
“He sufrido discriminación durante prácticamente toda mi vida”, dice cuando salta a la conversación el ataque que sufrió en San Francisco en los ochenta, donde fue golpeada brutalmente sólo por ser lesbiana. “Pero ahora veo la otra parte, personas como yo interpretando roles protagónicos, hay mucha mayor aceptación, hemos progresado en ese sentido”.
Hija de un pianista de jazz, encontró en la música una identidad. En algún punto de su vida, dice, se mezclaron dos de sus pasiones: la comedia y el jazz. Y tras varios espectáculos musicales que conquistaron a miles de neoyorquinos, su canción estrella, I can cook, too!, le abrió las puertas del Carnegie Hall, donde la interpretó como parte del concierto Leading Ladies.
“La comedia, la música, la actuación… todo ha sido una combinación interesante para mí. Justo ahora estoy trabajando en mi próximo álbum”, detalla.