TEPJF: ¡Fuera Vargas!
Se habían tardado. Desde hace tiempo se esperaba la rebelión, que se dio el pasado miércoles, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal. Al fin los cinco magistrados conscientes de la ignominia, a la que los llevaba quien era su presidente –José Luis Vargas-, decidieron en un voto plenario, removerlo.
Las andanzas de Vargas venían de lejos, a extremos de ganarse el mote de “Magistrado Billetes”. Hacía tiempo la UIF, que encabeza el Torquemada Santiago Nieto, le pisaba los talones, con una investigación de grueso expediente, por enriquecimiento ilícito.
Eran conocidas las varias propiedades del juzgador, su gasto millonario en tarjetas de crédito y su fortuna, desproporcionada en relación a sus ingresos. También hizo fama por su incondicionalidad al tlatoani, al que obedecía ciegamente, a través de la intermediación del personero palaciego, Julio Scherer.
Vargas se distinguía por su prepotencia, soberbia y majadería. Así trataba a sus propios compañeros, a los que, incluso, quería exigir que le dieran a conocer el sentido de su voto, previo a las audiencias.
El colmo de su cínica incondicionalidad fue a raíz de su defensa de Félix Salgado Macedonio, a quien se acabó bajando de la candidatura a gobernador de Guerrero, muy a pesar del empecinamiento de AMLO por encumbrarlo. El resto de los magistrados determinaron eliminarlo, así como a Raúl Morones de Michoacán, por la falta de información sobre sus gastos de precampaña (Causa de anulación).
El Tribunal tiene en sus manos otros casos espinosos, como el de los gastos de la campaña en Nuevo León, la gubernatura de Campeche y la intervención de los “influencers” del Partido Verde, situaciones que ameritan fuertes sanciones. Para resolverlos era indispensable que recuperaran su independencia y su libertad de juzgar de acuerdo a Derecho y no a la línea que les intentara imponer Vargas, por órdenes del Ejecutivo.
Es de aplaudir la defensa de la independencia y división de Poderes, tan atropellada en este Régimen en el que, incluso, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se la ha colocado entre la espada y la pared. Lo sucedido en el Tribunal debería servirle de lección al ministro Arturo Zaldívar, al que AMLO determinó alargar el encargo dos años, contraviniendo a la Constitución.
Hay juristas que opinan que habría que modificar ciertos aspectos del TEPJF, última palabra en las cuestiones electorales, sin posibilidad de revisión por otro órgano. De momento, y aunque Vargas argumente que interpondrá controversia ante la Corte, su despido es legal y válido, por lo que si tuviera dignidad lo aceptaría sin más.
El que lo lamentó fue el tabasqueño, quien dijo que era una vergüenza lo sucedido y que tendrían que renunciar todos sus integrantes, además de los del INE. Por supuesto que representa un inconveniente para quien ya no podrá manipular a magistrados libres de sentenciar conforme a la Ley y no a sus designios.
Después de lo raquítica de la consulta dominical, se sabía que el emperador de palacio iba a arremeter contra el Instituto Electoral y, sobre todo, contra Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, centros de su máxima aversión. Qué mejor que arrasar con organismos que actúan democráticamente. Está en todos defender a estas instituciones del embate autoritario. Esperemos que, por el bien de México sigamos teniendo funcionarios capaces de pelear por la independencia y la división de Poderes.
Vargas se distinguía por su prepotencia, soberbia y majadería. Así trataba a sus propios compañeros, a los que, incluso, quería exigir que le dieran a conocer el sentido de su voto, previo a las audiencias. El colmo de su cínica incondicionalidad fue a raíz de su defensa de Félix Salgado Macedonio, a quien se acabó bajando de la candidatura a gobernador de Guerrero, muy a pesar del empecinamiento de AMLO por encumbrarlo.