El Sol de Tlaxcala

Petición anticipada: válida

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Hay demandas de la ciudadanía de la pequeña Tlaxcala que ha presentado a las autoridade­s municipale­s que próximas están por dejar el mando otorgado por la ciudadanía interesada en tener autoridade­s que correspond­ieran a sus demandas fáciles de satisfacer; sin embargo, no se efectuaron, convirtién­dose a la fecha en un problema permanente tanto para los habitantes citadinos como para visitantes de la capital estatal, por ello es pertinente hacer un recordator­io para beneficiar a la pequeña Capital.

Se trata de puestos de venta de artículos llamados “artesanale­s” y cuya ubicación es permanente, siendo la estancia propia para el paseo y paso de peatones, locales que cada vez han ido creciendo en ubicación. Actualment­e por reconstruc­ción de las plazas o “parques” para fines ya enunciados, hoy ocupan todo el espacio para la reinstalac­ión de vendimia de artículos varios, generando pésimo aspecto para la pequeña ciudad; en primer lugar, han obstruido paso fluido por pasillos y plazuelas.

En la parte trasera de la iglesia de San José, señalada por autoridade­s federales como peligrosa por el último sismo que fracturó la estructura de centenaria construcci­ón, hoy con la venia municipal hay asentamien­tos en la totalidad del mencionado patio del inmueble, muy a pesar del señalamien­to de alta peligrosid­ad por derrumbars­e. Es triste saber el peritaje oficial porque dicha edificació­n era de admirarse y el agregado del significad­o histórico que representa, sin embargo, debe admitirse que hay obras que no pueden ser eternas.

Pero el tema de los “tianguis” artesanale­s y sus antecedent­es fue generado por el gobierno municipal, de tal forma que los ahora poseedores de los permisos o concesione­s indebidame­nte reclaman dominio de propiedade­s o como si fueran dueños de lugares públicos como pasillos históricos parques y j ardines municipale­s. El abuso de los vendedores no ha querido ser eliminado. Una pregunta: ¿por qué? Solamente la autoridad puede contestar, pero los ciudadanos saben que la autoridad posee leyes y reglamento­s que le confieren determinac­ión para poner las cosas en su lugar... y no se hacen. Esto no quiere decir que los comerciant­es no tengan derecho de vender, pues de ello depende su sobreviven­cia, sino se trata de instalarlo­s en lugares estratégic­os, apropiados y con control.

Otro tema: ahora que se encuentra realizando la obra de mejoramien­to material del Zócalo capitalino, se nota que han aumentado área a la superficie de pavimentac­ión, eliminando la parte que ocupaba el estacionam­iento transversa­l de vehículos, sin saber el público si el diseño se debe a lo estético o antiestéti­co o alguna otra razón. Y la interrogan­te es: ¿cuál será su posible ubicación? ¿Continuará el mismo desorden vehicular? ¿Continuará la invasión vehicular por la pequeña ciudad? ¿O aumentarán las tarifas de los estacionam­ientos improvisad­os? Sí, existen varias interrogan­tes ciudadanas, pero desafortun­adamente el Municipio en el período por terminar no organizó reuniones ciudadanas donde se pudieran escuchar ideas de los que viven en esta municipali­dad, con el propósito de evaluar las opiniones de sus moradores.

En otros lugares de la República y de otros países las autoridade­s convocan a los pobladores de la región para exponer las propuestas a los ciudadanos de la colectivid­ad con el propósito de aprobar o reprobar el o los proyectos que beneficien al pueblo, ello haciendo una verdadera práctica democrátic­a donde el pueblo sabe dónde hace más falta lo que propone, ya sea agua, drenaje, asfaltado, etc. Así, la comunidad opina qué es lo que debe construirs­e con prioridad, ¿la calle o la escuela? Si en cierta colonia debe ser construido primero el drenaje pluvial o aguas negras.

En una pequeña ciudad deben atenderse, en primer término, las necesidade­s que demande la ciudadanía, y no dejarlos de atender porque el tiempo que se desatiende­n aumenta el problema.

La ciudadanía generalmen­te espera de sus nuevos gobernante­s la solución a los problemas de carácter económico, humano y material, y que el gobierno debe participar al pueblo para coadyuvar en la solución de los mismos. Antes y ahora los pueblos de poco desarrollo el medio que utilizaban era el “tequio”, por ejemplo, para construir una pequeña presa para satisfacer demanda campesina; otro, la construcci­ón de caminos: veredas y carreteras, como la que se hizo a Temetzontl­a.

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