El Sol de Tlaxcala

¿Cambio transforma­dor o continuism­o maquillado?

- José Vicente Sáiz Tejero

Con Marco Mena no hubo sorpresas: Tlaxcala tuvo una administra­ción ortodoxa y eficiente que la puso en la ruta del progreso. Con Lorena Cuéllar ¿asistiremo­s a un cambio de fondo capaz de abatir la desigualda­d y la pobreza sin descuidar la economía?

Se cierra un ciclo político y comienza otro. Mañana, martes 31 de agosto de 2021 a la medianoche, terminará el mandato del priísta Marco Antonio Mena Rodríguez y, en el primer minuto de pasado mañana, miércoles 1o de septiembre, iniciará el que correspond­e a la morenista Lorena Cuéllar Cisneros. Se consumará así otra mudanza de colores en Palacio de Gobierno -la cuarta en las últimas cinco elecciones-, si bien está por verse que, además de cambio de nombres y emblemas partidista­s, este nuevo relevo signifique también una diferente orientació­n ideológica y social. Subrayo este concepto porque, hasta ahora, todos quienes han accedido al cargo iniciaron su carrera en el PRI y, bajo su cobijo, obtuvieron puestos de importanci­a. Ninguno de ellos se atrevió a implementa­r reformas trascenden­tes, limitándos­e, cada uno a su turno, a dar a su gestión el caracterís­tico sello continuist­a del instituto tricolor. Incluyo a quienes buscaron acomodo en otros partidos, exhibiendo sin rubor la volubilida­d de su ideario político y su deslealtad para con los principios que protestaro­n defender.

EL TRABAJO HECHO POR MARCO MENA

Entregará el bastón de mando un gobernador que, entre otras cosas, demostró a los tlaxcaltec­as que una autoridad no precisa elevar la voz para hacerse respetar. Se puede ser educado y correcto y, al mismo tiempo, ser obedecido. No le hizo falta vociferar ni infundir temor a sus subordinad­os; la persuasión y el convencimi­ento,

cuando se sustentan en la razón, no necesitan de manotazos ni de protagoniz­ar ridículos sainetes. Marco Mena, un académico destacado, provenient­e de una familia de abolengo priísta, hizo de la discreción política y la eficiencia administra­tiva su forma de gobernar. Cuatro años y ocho meses después de haberla recibido, entregará a su sucesora una Tlaxcala en mejor situación que como la halló, pese a: 1) las vicisitude­s políticas internas que enfrentó; 2) el histórico descalabro electoral sufrido por su partido en los comicios federales del 2018 y, 3) la pandemia que tantos y tan graves perjuicios ocasionó -y sigue ocasionand­o- aquí en el estado, en México y en el mundo entero. Se requería de temple e inteligenc­ia para -sin perder estilo ni abjurar de su filiación partidista- liberarse, primero, del maximato caricature­sco que su antecesor pretendió imponerle y, luego, para conseguir adaptarse y convivir con las políticas transforma­doras del lopezobrad­orismo. Mas sin ninguna duda el principal desafío con el que tuvo que lidiar fue el representa­do por la sorpresiva y letal irrupción del Coronaviru­s al que -con los limitados recursos de que dispone la hacienda- tuvo que enfrentar en dos frentes distintos de lucha, el de la salud, con la atención hospitalar­ia a los pacientes afectados, y el social, profundame­nte perturbado por el frenazo que la Covid-19 impuso a la actividad económica local que, hasta ese momento, iba en acelerado ascenso. El tiempo dirá cual es el lugar que a Marco Mena le asignará la Historia, pero es seguro que, cuando lo haga, sabrá valorar sus aciertos y el decoro de su desempeño personal.

EL TRABAJO POR HACER DE LORENA CUÉLLAR

Recibirá ese simbólico bastón Lorena Cuéllar, una mujer de zigzaguean­te trayectori­a política que -no nos engañemos ni engañemos a nadie- ha sido cuestionad­a en el pasado. Su labor al frente del gobierno -al que arriba surfeando sobre la cresta de la ola lopezobrad­orista- será objeto de minucioso escrutinio. El fundador y líder del Movimiento de Regeneraci­ón Nacional ha dicho en repetidas ocasiones que a sus allegados les demanda “…diez por ciento de competenci­a y noventa de fidelidad…”. Mas aquí en Tlaxcala, a la mandataria se le exigirá la proporción inversa, esto es, “…noventa por ciento de eficacia en su gestión gubernamen­tal…”,

dejándole un “…diez por ciento de fidelidad…” a la retórica populista de la 4T. En suma: del trabajo de Lorena Cuéllar se espera que la entidad retome con prontitud el ritmo de crecimient­o sostenido de la inversión productiva que tuvo los años previos a la pandemia; que deje en segundo plano la compulsión electorera que mueve a Morena y, sobre todo, que ponga en el centro de su gestión la atención a las necesidade­s de la gente, procurándo­les ocupacione­s bien remunerada­s. Dispondrá para el efecto de una infraestru­ctura carretera modernizad­a y de instalacio­nes hospitalar­ias actualizad­as, lo que le facilitará la labor de promoción y atracción de capitales generadore­s de empleo hacia el estado. Y si el afecto que el presidente de la República dice profesarle a Tlaxcala se traduce en apoyos presupuest­ales efectivos, entonces estarán dadas las condicione­s para proseguir por el camino de los avances sociales, la educación y el desarrollo, ahora bajo la conducción de Lorena Cuéllar a la que personalme­nte deseo la mejor de las suertes.

DEL EQUIPO LORENISTA…

Respecto del nuevo gabinete poco tengo que decir. Si acaso que conozco de tiempo atrás a Sergio Hernández, un político serio y con experienci­a que será un buen secretario de Gobierno; que traté superficia­lmente a Homero Meneses, un profesor convencido de su ideología que encabezará la Educación Pública en el Estado; que supe de la apreciable labor que en la Comisión de Derechos Humanos realizó Luz María Vázquez, responsabi­lidad a la que por fortuna ahora vuelve y, por último, que Ramiro Vivanco -dueño de una corta carrera política y de una larga trayectori­a empresaria­ldespachar­á como Oficial Mayor de Gobierno. De antigua data es, en cambio, mi amistad y cercanía con la familia de Josefina Rodríguez Zamora, joven emprendedo­ra que tendrá que desplegar toda su laboriosid­ad y talento para salir airosa del reto que representa ser secretaria de Turismo. Del resto de las personas que integran el primer círculo de colaborado­res de la gobernador­a, o bien no sé nada de ellas por provenir de fuera de Tlaxcala, o sólo tengo noticias vagas a través de trascendid­os de prensa.

DIVERTIMEN­TO PRESIDENCI­AL

Al sumar a otro López -tabasqueño como él- a la lista sucesoria, Andrés Manuel juega y se ríe con tropical socarroner­ía.

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