20 años del 9/11 ¿Cómo cambió el mundo?
Hace 20 años, a las 08:46 a.m., el vuelo 11 de American Airlines se estrelló contra la Torre Norte del World Trade Center (WTC), en Nueva York, causando una conmoción a nivel internacional. Dicho evento marcaría un antes y después en la historia de los Estados Unidos de América y del mundo.
De la noche a la mañana, el terrorismo se volvería el tema central de la agenda de seguridad internacional y el gobierno de la potencia militar y económica más grande del mundo. La cual emprendería una cruzada en Medio Oriente para desmantelar a la organización fundamentalista islámica Al Qaeda y el autor intelectual de dicho atentado: Osama Bin Laden.
Para algunos, dicha campaña llegó a su fin el 1 de mayo de 2011, diez años después, con la ejecución de un operativo militar que culminó con la muerte de Osama Bin Laden. Sin embargo, la salida de tropas de Estados Unidos el pasado 31 de agosto de Afganistán, muestran aún las consecuencias de dicho evento para la geopolítica global. A dos décadas de distancia es necesaria una valoración de este suceso con sus implicaciones previas y posteriores a los atentados del 9/11, que muestran cómo cambio el mundo:
1. El mundo antes del 9/11 se encontró con el arribó de la década de los noventas y el desmantelamiento de la Unión Soviética. De la noche a la mañana, el actor que daba sentido a la lucha ideológica que sustentaba el conflicto de la Guerra Fría desapareció. Y la comunidad internacional se sumió en una reconfiguración de la geopolítica internacional marcada por el fin de la historia que citó Francis Fukuyama en su famosa obra de 1992.
Los debates en torno a la seguridad internacional se centraron en responder la siguiente pregunta: ¿tiene sentido la existencia de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) en un mundo sin amenaza comunista y en el que el libre comercio y la democracia son la norma y la regla? Para la suerte de Washington DC dicho cuestionamiento se vio interrumpido por crisis internacionales que necesitaron del papel activo los Estados Unidos para fungir como el policía del mundo, tales como la Guerra del Golfo (1991) y la Guerra de Yugoslavia (1991-2001). Abonado a lo anterior, la influencia estadounidense se vio beneficiada por la expansión del libre de comercio, que incrementó su influencia económica en regiones como América Latina y Asía, que dieron bonanza comercial a la ahora única superpotencia global.
2. En el mundo posterior a los atentados,
Para el caso de los vínculos con América Latina, la peor de las partes de las acciones de Bush la resintió el gobierno de Vicente Fox.
dos fuertes cambios acontecieron en Estados Unidos derivados de las acciones del Presidente Bush. El primero correspondió a la creación del Department of Homeland Security, encargado de proteger a la nación contra ataques terroristas, y el Comando Norte (Northcom), con la responsabilidad de defender el espacio aéreo, continental y marítimo de América del Norte, incluidos México y Canadá. En segunda instancia, la postura internacional del presidente Bush contra el terrorismo, materializada en su frase “quien no está con nosotros está contra nosotros” puso en tensión las relaciones de Estados Unidos con múltiples actores internacionales. A razón de la polémica votación de la resolución 1441 del Consejo de Seguridad y la decisión unilateral de este país de invadir Irak y Afganistán en 2003, que significó una de las más fuertes crisis de legitimidad como guardián de la paz para la Organización de las Nacionales Unidas.
Bajo esta determinación, se implantaron tensiones al interior de la Unión Europea y varios de sus integrantes también de la OTAN. Dónde se enfrentaron naciones líderes del organismo europeísta, como Alemania y Francia, frente a países que apoyaron las intenciones de Bush, tales como Reino Unido y España. En el plano de los hechos, el apoyo de Tony Blair y José María Aznar tuvieron severas consecuencias para Europa que iniciaron con los atentados a Madrid, en 2004, y a Londres, en 2005, y la geolocalización de este continente como el principal receptor de atentados terroristas, que tuvieron su último ápice en el atentado de Paris (2015) y continúan hasta nuestros días.
Para el caso de los vínculos con América Latina, la peor de las partes de las acciones de Bush la resintió México y el gobierno de Vicente Fox. A razón de la postura antibélica del entonces Embajador de México en la ONU Adolfo Aguilar Zínser, presidente del Consejo de Seguridad, durante la invasión a Irak, que causó tensiones que llevaron a un enfriamiento total de la ambiciosa reforma migratoria del Canciller Jorge Castañeda y las simpatías existentes entre Fox y Bush que minaron cualquier iniciativa en la agenda bilateral México-Estados Unidos.
Para el entonces entorno de presidentes de izquierda de Latinoamérica, dónde personalidades como Néstor Kirchner, Hugo Chávez, Lula Da Silva, Evo Morales y Rafael Correa, la actitud de Bush sirvió para posicionar un discurso regionalista que presentó a Estados Unidos con una nación imperialista, que promovió iniciativas multilateralistas que han debilitado fuertemente la influencia de organismos como la OEA en la zona y han transformado a China en el principal actor económico de la región.