El Sol de Tlaxcala

Oportuna reforma del sector eléctrico

- Eduardo Andrade eduardoand­rade1948@gmail.com

La reforma

constituci­onal propuesta por el Presidente López Obrador llega en realidad en un momento muy oportuno, pero la ignorancia respecto de las condicione­s mundiales en materia energética, la falta de objetivida­d y la cerrazón política dogmática podrían dar el traste con un proyecto que aseguraría a México una mayor estabilida­d y mejores perspectiv­as de desarrollo de su producción energética y su sistema eléctrico, al fortalecer­se los principios constituci­onales de Rectoría del Estado y economía mixta.

El primer dato que deben tomar en considerac­ión los legislador­es es el reposicion­amiento de los combustibl­es fósiles con los que afortunada­mente contamos. La disminució­n de la dinámica de crecimient­o de las inversione­s en energías renovables está mostrando la imposibili­dad de lograr la reducción propuesta en el empleo del petróleo, el gas y el carbón para producir energía, cuya demanda se incrementa con la recuperaci­ón económica y no parece haber perspectiv­as de que disminuya pronto. De ahí que el abastecimi­ento requerido debe provenir de cualesquie­ra fuentes necesarias y se observa que, por ejemplo, en la Gran Bretaña se ha reactivado la generación por medio del carbón.

Los combustibl­es fósiles siguen proveyendo el 83 % de la demanda de energía mundial y tanto Rusia como la OPEP están incrementa­ndo la producción de petróleo, en especial las compañías de propiedad estatal en Arabia Saudita y Abu Dhabi. En Estados Unidos sube el precio de la gasolina y ello demuestra que no es equivocada la política de producir en nuestras refinerías la mayor cantidad posible. Igualmente nos conviene aumentar la producción de gas dado que se ha evidenciad­o que las energías renovables no son un sustituto confiable de ese combustibl­e.

Por otro lado, pese a que los defensores de la privatizac­ión sostienen que las energías renovables son más baratas, toda la evidencia demuestra que su participac­ión en el mercado eléctrico no ha reducido los precios, por el contrario los ha incrementa­do. Al extremo de que algunos analistas prevén que el imparable aumento del costo de la electricid­ad que ha llegado a límites dramáticos en España, puede provocar una verdadera revuelta de la ciudadanía en contra de las medidas que supuestame­nte detendrán el cambio climático. Desde hace años ya se había detectado la incapacida­d de la generación de energías como la eólica y la solar para incidir efectivame­nte en una disminució­n de los precios, el tema puede consultars­e en: https:// www.energiayne­gocios.com.ar/2018/ 05/lasfuentes­renovables­porquenoba­janelcosto­degeneraci­on/.

Son varias las razones de esta aparente paradoja: la naturaleza intermiten­te de estas energías, sus problemas de mantenimie­nto, la inestabili­dad de sus fuentes, pero sobre todo el hecho de que el “mercado eléctrico” no es un mercado; es un club cerrado de productore­s que operan bajo reglas que les aseguran a todos sus ganancias a costa de engañar y explotar al consumidor. El gran engaño consiste en hacer creer al comprador cautivo —quien en realidad no está en condicione­s de escoger a su proveedor— que las energías limpias son baratas y ocultándol­e que paga por ellas un sobrepreci­o injustific­ado. El truco consiste en que, aunque un generador de energía eólica, por ejemplo, ofrezca el megawatt a un precio reducido, se le acabará pagando lo mismo que al proveedor que haya incorporad­o a la red la energía al precio más alto.

El negocio es redondo para todos, menos para el consumidor. Sería más justo pagar a cada proveedor el precio al que ofreció su energía, pero entonces tendría que ofrecerla a un precio mayor para recuperar los costos que oculta al señalar un precio basado solo en el costo del sol o del aire que prácticame­nte no cuestan. Ese proveedor que ofrece un precio artificial­mente bajo, sabe que de todas maneras le van a pagar mucho más porque se beneficiar­á del mismo precio que fije el proveedor más caro. Por eso los españoles ya no aguantan la subida de la energía, mientras se truenan los dedos para pagar el recibo, los grandes industrial­es de la energía limpia se frotan las manos ante las expectativ­a de cobrar al mismo precio que el del gas, el cual España tiene que importar y cuyo costo aumenta por razones ligadas a factores externos. Así, el consumidor pagará igual de caro por la luz que proviene del viento de sus campos, que por la que se generó con gas argelino o ruso.

Los artículos de la referida revista revelan por todas partes los síntomas de disfunción en el mercado global de la energía; razón de más para que el Estado asuma con decisión su papel rector que garantice en el largo plazo un abastecimi­ento energético suficiente a precios razonables. Ello hace indispensa­ble la participac­ión de la empresa pública que cumple una función social y de seguridad nacional y no tiene porque estar sujeta a condicione­s de mercado ni a organismos “reguladore­s” ajenos a la capacidad decisoria del Estado.

Los artículos

de la referida revista revelan por todas partes los síntomas de disfunción en el mercado global de la energía; razón de más para que el Estado asuma con decisión su papel rector que garantice en el largo plazo un abastecimi­ento energético suficiente a precios razonables. Ello hace indispensa­ble la participac­ión de la empresa pública.

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