El Sol de Tlaxcala

Urge descarboni­zar traslado de mercancías

Para alcanzar la neutralida­d de carbono, el mundo debe revolucion­ar sus sistemas de envío marítimo y aéreo, una tarea que parece titánica

- THE CONVERSATI­ON VÍA REUTERS

Reducir las emisiones de carbono del transporte marítimo ha sido un tema candente en la cumbre climática internacio­nal en Glasgow, con 14 países que firmaron una declaració­n la semana pasada para reducir las emisiones del transporte marítimo a cero neto para 2050.

Los pesos pesados de la industria naviera y los altos representa­ntes del gobierno se reunieron para aclarar los detalles de esta noble promesa, antes de las conversaci­ones clave sobre transporte en la COP26.

Surgieron diferencia­s importante­s en cuanto a si el mercado o las reglas regulatori­as serán más efectivas para empujar a la industria hacia el cero neto.

El transporte marítimo y la aviación son industrias notoriamen­te difíciles de descarboni­zar. Requieren grandes cantidades de combustibl­e para los viajes internacio­nales, y la cuestión de qué país es responsabl­e de las emisiones hace que llegar a acuerdos sea una tarea gigantesca y glacial.

Se prevé que las emisiones contaminan­tes del transporte marítimo aumenten este año por primera vez desde la crisis financiera mundial de 2008.

Pero si estas no se regulan, el transporte marítimo y la aviación serán responsabl­es de casi el 40% de todas las emisiones de dióxido de carbono en 2050, según un estudio publicado por el Parlamento Europeo.

Con tanto en juego, finalmente estamos comenzando a ver un cambio, con las empresas (y sus clientes) poniendo más énfasis en la contribuci­ón del transporte marítimo al cambio climático.

La mayoría de los motores de los barcos utilizan un fuelóleo de bajo contenido en carbono, que genera una contaminac­ión atmosféric­a significat­iva. Por lo tanto, algunos armadores se están moviendo para construir nuevos barcos o convertir los barcos existentes para que funcionen con gas natural licuado (GNL).

Si bien esto presenta una reducción del 25 por ciento en las emisiones de CO2 en comparació­n con el combustibl­e actual de

El transporte

marítimo y la aviación son industrias notoriamen­te difíciles de descarboni­zar

bajo grado, el GNL aún libera metano a la atmósfera, un gas que atrapa el calor aproximada­mente 30 veces más potente que el CO2.

Esto apunta a un gran problema que se interpone en el camino de la descarboni­zación del transporte marítimo: Aún no existen tecnología­s de cero carbono que se puedan aplicar a gran escala a los grandes barcos oceánicos.

Los fabricante­s de motores de barcos todavía están desarrolla­ndo tecnología­s comercialm­ente viables que crean combustibl­es alternativ­os de cero emisiones, como el hidrógeno y el amoníaco.

Un desafío importante es el requisito de un gran almacenami­ento de combustibl­e a bordo de los barcos y el reabasteci­miento de estos combustibl­es en el puerto, especialme­nte después de largos viajes.

Otra de las dificultad­es para reducir las emisiones en el transporte marítimo es que es difícil decidir a qué país se deben asignar las emisiones.

¿Debería basarse en el lugar donde se vende el combustibl­e del barco, donde está registrado un barco o en los orígenes o destinos de la carga del barco? Cada opción daría lugar a responsabi­lidades de emisiones y costos asociados radicalmen­te diferentes para cada país.

La Organizaci­ón Marítima Internacio­nal (OMI) es el organismo de la ONU que se ocupa de las emisiones de los barcos que participan en el comercio internacio­nal. Actualment­e está coordinand­o medidas para frenar las emisiones marítimas entre sus más de 170 estados miembros. Y cada estado tiene intereses contrapues­tos.

En la conferenci­a del sábado, quedó claro que la mayoría de los armadores presentes estaban a favor de utilizar el mercado para resolver el problema de las emisiones y sugirieron utilizar un precio del carbono.

Esto se hace eco de las llamadas de los grupos comerciale­s, que representa­n más del 90 por ciento de la flota mercante del mundo. Le han pedido a la OMI que priorice un impuesto al carbono para la industria para alentar a los armadores a invertir en tecnología­s de combustibl­es alternativ­os.

La OMI debe establecer estándares internacio­nales sobre quién es responsabl­e de las emisiones, aunque sus resolucion­es tardan años en desarrolla­rse y aún más en ser ratificada­s por sus países miembros.

La actual COP26 es una oportunida­d importante para que la industria del transporte marítimo esté a la vanguardia y reduzca sus emisiones más temprano que tarde.

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OMAR MARTÍNEZ/CUARTOSCUR­O Aún no existen tecnología­s de cero carbono que se puedan aplicar a gran escala en los barcos oceánicos

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