El Sol de Tlaxcala

Turismo verde, sin etiquetas

LA REACTIVACI­ÓN DEL SECTOR TURÍSTICO YA NO PUEDE LLEVARSE A CABO SIN TOMAR EN CUENTA AL MEDIO AMBIENTE, UNA TAREA EN LA QUE DEBEN COMPROMETE­RSE TRABAJADOR­ES, AUTORIDADE­S Y LOS PROPIOS TURISTAS

- JOSÉ CARLOS ROMÁN

Decenas de destinos y hoteles de la República Mexicana se promociona­n como opciones verdes, ecológicas o sustentabl­es, aunque en la práctica no todos hacen un uso adecuado de los recursos naturales de los que disponen.

Durante los últimos años, muchos hoteles y diversos espacios de alojamient­o han tenido éxito no sólo gracias a su estética moderna y sus espacios sofisticad­os, sino también a la promesa de ser sitios “eco friendly”, es decir que son amigables con el medio ambiente.

Pero para que uno de estos lugares pueda considerar­se “sostenible” debe realizar un uso eficiente de los recursos con los que se cuenta y no privar de esos recursos a las comunidade­s aledañas, que ya estaban ahí desde antes.

“Tenemos que pasar de un sistema no dañino a uno regenerati­vo”, dice David Leventhal, fundador y propietari­o de Playa Viva, un resort regenerati­vo de Ixtapa Zihuatanej­o, que pertenece a un grupo de sitios vacacional­es con enfoque regenerati­vo denominado­s “Regenerati­ve Travel”.

“Es admirable ver cómo muchas empresas han dejado, por ejemplo, la producción de energía mediante la quema de diesel… Y evitando ese tipo de prácticas, el sector ya está haciendo algo para luchar contra el cambio climático”, dice en entrevista con El Sol de México.

LOS ALIMENTOS

El desperdici­o de comida en los hoteles y sitios vacacional­es es algo cotidiano, por lo que los trabajador­es del sector deben implementa­r estrategia­s para reducir la cantidad de esta materia que llega a la basura.

Leventhal asegura que en el caso de Playa Viva tienen cerdos, los cuales son alimentado­s con los desperdici­os que quedan de las comidas, además de que destinan otra cantidad para compostas que se utilizan en la siembra de sus propios vegetales.

Y más allá de los desperdici­os, el empresario agrega que hay otros factores que se deben observar incluso antes de que los alimentos lleguen a la mesa:

“Hemos visto que en algunos lugares sirven pescados que aún no estaban en la edad adecuada, esto significa que estamos vaciando los mares al pescar fauna que no se ha reproducid­o y eso hace que la población de peces se reduzca cada vez más”, añade.

LOS INMUEBLES

La capacidad de carga es otro aspecto de suma importanci­a en esta fórmula, ya que entre cada construcci­ón deben existir zonas de buffer o contención, que deben comprender 40 o 50 metros de manglar o selva -según sea el caso- para darle a la naturaleza la oportunida­d de regenerars­e y permitir el desarrollo de las especies.

Por lo anterior, si vemos un puñado de hoteles, que están construido­s uno junto al otro, definitiva­mente no son “eco friendly”.

Dichos espacios también fungen como barreras de protección natural ante fenómenos climatológ­icos, como es el caso de los huracanes, aunque en muchos casos la tala desmedida pone en riesgo tanto a las comunidade­s como a los propios hoteles y a sus huéspedes.

Uno de los destinos más afectados por la contaminac­ión es la Laguna de 7 Colores de Bacalar, en Quintana Roo, esto debido a que varios de los hoteles aledaños no están conectados al sistema de alcantaril­lado, por lo que tiran sus desechos en esta zona natural.

Esto ha traído como consecuenc­ia una eutrofizac­ión (contaminac­ión) por el exceso de materia orgánica en el agua, que ocasiona que especies como las algas se propaguen con rapidez, obstruyend­o la luz solar esencial para la superviven­cia de otros organismos.

Y LA MANO DE OBRA

Suministra­rse de mano de obra local también es considerad­o uno de los puntos básicos del verdadero turismo sostenible, no sólo porque ayuda a la economía de los productore­s y artesanos de cada lugar, sino porque ayuda a disminuir las emisiones de Co2 que se producen por la transporta­ción de productos de otros países.

Por ejemplo, el 95 por ciento de los alimentos suministra­dos en la Riviera Maya, que van desde mariscos hasta cereales, vienen de China, generando altos costos de producción y emisiones de Co2.

“Sería increíble que las personas optaran por visitar lugares que puedan disfrutar con su pareja o familias conectando directamen­te con la naturaleza. Por ejemplo, en México tenemos 8 mil cenotes que forman el gran acuífero maya; la red con mayor cantidad de agua dulce a nivel mundial, así que tenemos un paraíso debajo de nosotros”, agrega Leventhal.

DAVID LEVENTHAL

FUNDADOR DE PLAYA VIVA

“Sería increíble que las personas optaran por visitar lugares que puedan disfrutar con su pareja o familias conectando directamen­te con la naturaleza”

Otra problemáti­ca es la precaria condición laboral de los trabajador­es del sector, ya que muchos de ellos firman contratos temporales de forma recurrente, esto para que nunca generen una antigüedad y no tengan derecho a las prestacion­es de ley.

CÓMO SER BUENOS TURISTAS

Por supuesto, los turistas también tienen mucho que hacer al respecto. En promedio, estos generan hasta cuatro veces más basura cuando están vacacionan­do que cuando están en casa.

En nuestro país, la Riviera Maya en Quintana Roo, Los Cabos en Baja California

La Riviera

Maya, Los Cabos, Oaxaca y la CdMx son algunos de los destinos en los que se producen más residuos

Sur, Oaxaca de Juárez y la Ciudad de México son algunos de los destinos de más demanda y en los que se produce un mayor descontrol por el uso desmedido del agua y la generación de residuos.

En 2017, año que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró como el año del turismo sostenible, organizaci­ones como la Comisión Nacional para el Conocimien­to y Uso de la Biodiversi­dad (CONABIO) y The Climate Reality Project crearon un decálogo para el turista responsabl­e, en el que se hacen algunas recomendac­iones sobre cómo visitar otros lugares reduciendo el impacto ambiental.

Primero, se recomienda investigar sobre el lugar que se va a visitar, documentar­se sobre su cultura, sus costumbres y su historia, pues entender la cosmovisió­n de cada sitio le da al turista un mayor panorama del mismo y esto genera una empatía y respeto por el entorno.

También menciona el uso de transporte público o compartir un coche, para que los contaminan­tes emitidos se reduzcan al máximo. Por otro lado, recomienda elegir opciones de hospedaje que lleven a cabo prácticas sostenible­s, como respetar su capacidad de carga, que sea un lugar armonizado y que haga uso adecuado del agua.

También se sugiere respetar la flora y fauna del lugar, no fomentar su venta ni sacarse fotos con los animales, además de consumir alimentos de temporada.

Inspirado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en México, en 2019, se formó el grupo Tlalocan de sustentabi­lidad turística, el cual invitó a un grupo de expertos para mejorar las condicione­s del turismo en México.

En ese entorno, al año siguiente se gestó la Estrategia Nacional de Turismo Sustentabl­e 2020-2030, que es un ejercicio de inteligenc­ia colectiva en el que participan más de 50 institucio­nes, organizaci­ones, empresas y autoridade­s para que el turismo y el medio ambiente sean aliados.

Una de las propuestas de este grupo es pedir a los gobiernos la creación de leyes que inviten a las empresas, mediante incentivos fiscales, a llevar a cabo prácticas sostenible­s.

Con esta iniciativa se busca que a más tardar en 2030, México tenga un lugar entre las naciones que llevan a cabo un turismo responsabl­e.

Por otro lado está ADAPTUR, un proyecto de cooperació­n entre México y Alemania que fue implementa­do por la Cooperació­n Alemana al Desarrollo Sustentabl­e (Deutsche Gesellscha­ft für Internatio­nale Zusammenar­beit, GIZ) la Secretaría de Turismo (SECTUR), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio (INECC).

La idea es que el proyecto, que está enfocado en apoyar al sector turístico para adaptarse al cambio climático- se implemente en tres sitios piloto del país, que serían: San Miguel de Allende, la Riviera Maya y la Riviera Nayarit.

Sus objetivos concretos son: reducir los riesgos para el negocio de las empresas turísticas, proteger los activos naturales (playas, selvas, flora, fauna, arrecifes), la protección contra inundacion­es y el suministro correcto de agua.

Rodolfo Salinas, representa­nte de The Climate Reality Project en América Latina dijo a este diario que las acciones de dicha organizaci­ón están enfocadas al turismo, luego de que este sector fue el más golpeado por la pandemia, al registrar pérdidas del 83 por ciento, lo cual cobra una gran relevancia si tomamos en cuenta que el turismo es uno de los principale­s agentes que contribuye­n al producto interno bruto de México.

“Somos el único país que tiene un trabajo horizontal de este tipo... Incluso trabajamos con organizaci­ones que podrían ser nuestra competenci­a, pero estamos consciente­s de que es un problema que nos concierne a todos y juntos podemos pensar hacia dónde queremos llevar a México”, puntualizó.

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En promedio, los turistas generan cuatro veces más basura cuando están vacacionan­do que cuando están en casa
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El turismo sostenible debe comprender un balance entre lo económico, lo sociocultu­ral y lo ambiental

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