Es necesario confiar para dejar de sufrir
Tras un periodo de encierro obligatorio e inseguridad en muchos sentidos, reflexionar sobre la ética, entendida como el conocimiento del bien y el mal en las relaciones humanas, ayuda a sanar una sociedad inmersa en la desconfianza, el individualismo, la soledad, la depresión y la violencia. Males que derivan en daños mundiales como el calentamiento global o la crisis alimentaria.
A ello responde Ética para desconfiados (Planeta), de David Pastor Vico (Bélgica, 1976), una revisión sobre los valores humanos perdidos que viene bien a cuenta en un momento de mayor crisis emocional en el mundo. El ensayo con un lenguaje tan familiar y cotidiano como preciso, tiene la vista centrada en las generaciones jóvenes que aún pueden cambiar actitudes, y pide a los mayores arraigados a viejas ideas dar espacio para el cambio.
“Es un libro de ética sobre el desarrollo, la moral, la libertad, el deber; temas clásicos desde una sociedad ya fracturada, una sociedad irresponsable. Reflexionar sobre estos temas nos sirve para darnos cuenta que no estamos solos en nuestra depresión; realmente esta pandemia ha hecho que mucha gente se hunda y se sienta deprimida e incluso subió la violencia intrafamiliar, y analizar esto nos enseña a que no es nuevo, que el sufrimiento es siempre igual desde hace millones de años y que la solución está en el conocimiento”, refirió Vico, filósofo y divulgador.
En entrevista, el también profesor de la UNAM propone salir de la posición individualista para entrar a una vida en comunidad, donde se confíe en el otro, se trabaje y exista un sentimiento de unión no sólo en un sentido romántico sino de colaboración social, emocional y económica.
David Pastor Vico dice que no confiar en los demás implica un quiebre en la sociedad, una fractura en la red de comunicación