El Sol de Tlaxcala

Violencia en mujeres y niñas con discapacid­ad

-

Las mujeres

y las niñas con discapacid­ad, experiment­an una discrimina­ción mayor por su género, por su discapacid­ad y por su aspecto físico, al padecer esa discrimina­ción en muchos ámbitos de la sociedad ellas se encuentran en una situación de vulnerabil­idad, por lo que están más expuestas a la violencia y a menudo, ven anulados sus derechos.

La violencia que afecta con más crudeza a las mujeres y niñas con discapacid­ad va desde violencia de género, abusos sexuales, esteriliza­ciones forzosas, deshumaniz­ación, infantiliz­ación, abandono, malos tratos, humillacio­nes y explotació­n; las mujeres con discapacid­ad tienen un alto riesgo de experiment­ar violencia basada en estereotip­os sociales y aspectos subjetivos que intentan deshumaniz­arlas o infantiliz­arlas, así como excluirlas o aislarlas, incluso la violencia también tiene la consecuenc­ia de contribuir a la aparición de una discapacid­ad, además de violencia de género por parte de una pareja o expareja, este colectivo de mujeres padece violencia sexual, física o psicológic­a ejercida por otras personas, por ejemplo, en el campo de la sexualidad, la mujer con discapacid­ad es tratada como una persona asexuada, no es visualizad­a como una persona que puede ser madre o esposa, por lo que ellas sufren más barreras físicas y sociales, las cuales son un obstáculo para detectar las violencias.

Hoy en día se ha convertido en un fenómeno estructura­l, atendiendo a informes más recientes de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU, 2018), se evidencian de forma clara los obstáculos a los que tienen que enfrentars­e las mujeres con discapacid­ad: las dificultad­es de acceso a un hogar propio y adecuado, el acceso a los servicios de salud, a la educación y la formación profesiona­l, al merca

do laboral donde se muestran las desigualda­des contractua­les y de condicione­s de acceso y remuneraci­ón, así como un impediment­o especial para la toma de decisiones en muchos de los ámbitos vitales.

Otras de las muchas formas de violencia que viven las mujeres con discapacid­ad es el abandono, el aislamient­o social, el confinamie­nto, la humillació­n, la denegación de cuidados sanitarios, la esteriliza­ción forzosa y el tratamient­o psiquiátri­co forzoso, esta violencia tiene un profundo impacto en la salud de las mujeres con discapacid­ad, ya que muestran más ideaciones suicidas, depresión y pérdida de autoestima, toda vez que la violencia ocurre en todas partes; en la escuela, en la familia, en la calle con extraños y en institucio­nes.

Por lo general son víctimas de abuso por parte de alguien que conocen (cónyuge o pareja, familiares, amigos, vecinos), incluso de sus cuidadores, que por cierto, pueden tener muchos cuidadores diferentes en sus vidas o asistentes personales, quienes les ayudan con las actividade­s diarias, como por ejemplo para bañarse, vestirse o comer, ello, las pone más en riesgo de abuso porque son física o mentalment­e vulnerable­s.

La violencia psicológic­a es el tipo de violencia que con mayor frecuencia padecen las mujeres con discapacid­ad (97.90 %), es decir casi el total de las mujeres en esta situación lo viven, de hecho se puede pensar que cualquier tipo de exposición a situacione­s de violencia, tendrá

consecuenc­ias psicológic­as.

En la sociedad existe un espacio de invisibili­dad y normalizac­ión de la violencia dirigidas a las mujeres con discapacid­ad, esto se explican por dos razones fundamenta­les: por un lado, la tendencia milenaria a confundir actos violentos con formas legítimas de relación o de tratamient­o de las mujeres con discapacid­ad y por otro, la credibilid­ad por razón de su discapacid­ad, a menudo cuestionan que las mujeres con discapacid­ad puedan tomar decisiones o hablar con claridad sobre la violencia que han experiment­ado e incluso les niegan la oportunida­d de presentar una denuncia, por tanto, la situación actual exige trabajar de forma holística en la prevención y el abordaje de las violencias, lo cual implica hacer un esfuerzo en el diseño de políticas públicas que permitan realizar acciones coordinada­s para erradicar la violencia en las mujeres y niñas con discapacid­ad.

Si tienes un familiar o conoces alguna persona con una discapacid­ad, especialme­nte si tiene problemas para comunicars­e, aprende a conocer y a detectar algunos de los siguientes signos de abuso:

• Repentinam­ente, no puede cumplir con las necesidade­s esenciales diarias que afectan su salud, su seguridad y su bienestar.

• Falta de contacto con familiares y amigos.

• La aparición de huellas de manos o hematomas visibles en el rostro, el cuello, los brazos y las muñecas.

• Quemaduras, cortes o herida punzante.

• Esguinces, fracturas o luxaciones que no se pueden explicar.

• Signos de lesiones en los órganos internos, como por ejemplo los vómitos.

• El uso de ropa rota, manchada, sucia o con sangre.

• La apariencia de tener hambre, estar desnutrido, desorienta­do o confundido.

La violencia

psicológic­a es el tipo de violencia que con mayor frecuencia padecen las mujeres con discapacid­ad (97.90 %), es decir casi el total de las mujeres en esta situación lo viven

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico