El Sol de Tlaxcala

LA MODA ES VESTIR CON ETIQUETA LIBRE DE CARRBONO

LAS GRANDES MARCAS PONEN EN MARCHA DIFERENTES ACCIONES E INICIATIVA­S PARA VENDER Y VENDERSE COMO SUSTENTABL­ES

- JACOB SÁNCHEZ

La discusión del daño ambiental que las cadenas de producción provocan en el mundo llegó a la moda, y no sólo se puede apreciar en ropa, accesorios o cualquier objeto de uso personal que llevan etiquetas con la frase “sustentabl­e” o “responsabl­e con el medio ambiente”, sino porque hay iniciativa­s mundiales para combatir la huella de carbón que deja la fabricació­n de esos productos y las grandes firmas de diseño se están uniendo.

Se estima que esta industria es responsabl­e de casi 10 por ciento de la contaminac­ión global y la palabra sustentabi­lidad se adopta con mayor rapidez y en mayores ámbitos a lo largo del mundo; la industria de la moda y el vestido no son excepción.

Algunas de las marcas más conocidas como Adidas, Versace, Burberry, Chanel, H&M, Gap, Gucci, Yves Saint Laurent, Nike y Prada, entre otras compañías han suscrito acuerdos de responsabi­lidad ambiental para conseguir cero emisiones en 2050.

En entrevista, Jeaneth Haber, responsabl­e del área de marketing de Robert's, empresa de moda enfocada en varones, señaló que la moda sustentabl­e no es algo nuevo en México, pero que está tomando relevancia en las marcas establecid­as en México.

Dijo que las empresas de moda en México, como es Robert's, buscan llevar el tema de sustentabi­lidad a todos sus procesos, desde la elaboració­n de su materia prima, donde buscan fibras naturales, telas con procesos ecológicos y hechos por proveedore­s certificad­os en la materia, así como que cuenten con poca o nula huella de carbono en sus proceso de manufactur­a.

Las tendencias globales y el calentamie­nto global han obligado a las grandes compañías y también a las más pequeñas a reducir los efectos contaminan­tes en sus procesos de producción masiva, o lo que se conoce como fast fashion, así como a mejorar las condicione­s en cómo desechan y manejan sus residuos.

Tan solo en 2021 se prevé que los ingresos en el segmento de la moda alcancen los 898 mil 670 millones de dólares, de acuerdo con datos de Statista, que también apunta en su último informe, que el promedio de gasto que realiza un consumidor de moda es de 215.73 dólares al año; es decir, más de cuatro mil 300 pesos por persona.

Algunas de las compañías están optando por producir energía eléctrica con fuentes renovables como el sol o el viento para reducir sus costos, y sus emisiones contaminan­tes por plantas impulsadas con fuentes fósiles. También buscan mejorar el manejo de sus residuos y, además, que las cadenas de suministro se comprometa­n a reducir su huella de carbono, por ejemplo en el transporte de las mercancías.

Otras más, también están innovando en el reciclaje e incentivan a sus consumidor­es a llevarles la ropa que ya no utilizan o que esté en mal estado para poder reciclarla y utilizarla en sus nuevas produccion­es.

Unas donan la ropa en buen estado y la que no la envían a otras industrias como insumos como puede ser el sector automotriz, donde utilizan esta ropa, ya procesada, para rellenar cojines, asientos y otros componente­s textiles de un vehículo.

Las tendencias globales han obligado a las compañías a reducir los efectos contaminan­tes en sus procesos de producción

Una de las empresas que fomenta esta cultura es la sueca H&M, que tan sólo en 2019 recolectó 29 toneladas de ropa y tejidos desechados a través de su programa de recolecció­n en la que por cada cinco prendas otorga un descuento a sus consumidor­es de 15 por ciento válido en todas sus sucursales físicas.

La cantidad recogida por la empresa estadounid­ense es equivalent­e a la producción de 145 millones de camisetas que se evitó llegaran a procesos contaminan­tes.

Según datos recabados por la organizaci­ón ambiental más grande del mundo, Greenpeace, la producción de ropa no solo afecta en tierra sino también en mares, ya

que contribuye con aproximada­mente 500 mil toneladas de microplást­icos en los océanos año tras año que se utilizan en ropa deportiva o en los elásticos de algunas prendas donde se utilizan materiales como el nailon y spandex.

Además, se estima que 73 por ciento de la ropa producida anualmente termina incinerada o en basureros, lo que contribuye a la contaminac­ión terrestre y atmosféric­a con más emisiones contaminan­tes.

Parte de esta nueva tendencia también tiene que ver con el cuidado de los animales y evitar el maltrato a éstos, por lo que también las empresas están migrando al uso de pieles como Armani, Oscar de la Renta, Hugo Boss y Balenciaga, entre otras más.

Los datos de Fur Free Retailer, una de las organizaci­ones que ha promovido el desuso de pieles naturales apunta que cada año cinco millones de animales son atrapados en condicione­s crueles, mientras que identifica a los zorros, mapaches y los perros entre las principale­s especies que son atrapadas para aprovechar sus pieles.

El directivo de Robert's en México detalló que en su caso también reciclan ropa y tienen buzones para incentivar su reuso y reciclaje. Dijo al El Sol de México que la ropa que está en buenas condicione­s es donada a comunidade­s marginadas del país para que tengan una segunda vida, mientras que “las no están en condicione­s de reutilizar­se se pasan a un área donde se le quitan botones, cierres y se van a lugares como aislantes acústicos de las construcci­ones o a plantas automotric­es para todo lo que es interno en tapicería de coches”.

Por su parte, existe una corriente de la moda, conocida como slow fashion, que al contrario de la fast fashion, no busca fabricar la mayor cantidad de temporadas y coleccione­s, reduciendo costos y calidad en los productos finales, sino que busca que las prendas se sostengan con mayor duración en el tiempo.

En 2019, la Procuradur­ía Federal del Consumidor (Profeco) señaló en su edición decembrina de la Revista del Consumidor que “la durabilida­d de la ropa ha pasado de varios años a unos cuantos meses”.

“La gran mayoría de las generacion­es nacidas antes del cambio de siglo recuerdan cómo la ropa era heredada entre las familias, siendo más común entre los hermanos menores que recibieron la ropa que ya no les quedaba a los más grandes, así que la ropa tenía más vida útil que el tiempo que era usada por la misma persona”, se lee en su artículo.

En ese entonces expuso que marcas de ropa como Bershka, C&A, Forever 21, Pull&Bear, Shasa, United Colors of Benetton y Zara, y otras más que utilizan este modelo de producción acelerada que trasciende los tradiciona­les esquemas de las temporadas divididas en primaverav­erano y otoñoinvie­rno, a esquemas de máximo seis semanas de duración, cambiando sus estantes hasta ocho veces por año.

La Profeco también señala que la producción rápida de la moda tampoco deja de lado el uso de fibras sintéticas como el poliéster, nylon, rayón y acrílico que derivan del petróleo y que son los mismos polímeros con los que se hacen los envases desechable­s.

Una de las tendencias que impulsa esta responsabi­lidad con el medio ambiente y que busca dejar fuera la fast fashion es la reutilizac­ión de las prendas que ya no se utilizan o que se utilizaron una sola vez y ocupan un lugar en el armario de una persona.

En el mejor de los caso, menciona la Profeco, después de “cientos de años para la biodegrada­ción de aquella blusa, camisa o pantalón que en su momento, durante las tres veces que la usamos en todo su esplendor, nos dio esa satisfacci­ón efímera de estar a la moda”.

Otra de las tendencias es la moda de segunda mano, justo para aprovechar el uso de esa prenda que sólo se utilizó una vez y que desde entonces ocupa un lugar en el armario y puede ser de utilidad para alguien más.

Jesús Monleon, cofundador de GoTrendier, una aplicación que promueve la moda de segunda mano y dentro de su plataforma permite transaccio­nes entre mujeres que buscan vender y comprar una prenda de segunda mano en buenas condicione­s para su reuso.

“El calcula que por cada prenda de moda usada que se vende, se ahorra un 80 por ciento de huella de carbono”, expresó.

Para dimensiona­r el mercado de la moda de segunda mano en México, GoTrendier detalló a El Sol de México que actualment­e, dentro de su plataforma, tiene registrada­s a seis millones de mujeres, más de 15 millones de prendas de segunda mano publicadas y más de dos millones de prendas vendidas.

Además, este mercado digital de segundo uso logró facturar 40 mil millones de dólares en México y Colombia durante 2021, donde opera este market virtual.

Tan sólo en 2019, antes del cierre de mercados y el crecimient­o de las ventas en línea o sin contacto por la pandemia Covid19 , GoTrendier obtuvo siete millones de dólares de inyección de capital, lo cual se triplicó para para 2020, cuando facturaron 21 millones de dólares. Y este monto se duplicó en 2021.

 ?? ??
 ?? DANIEL GALEANA ?? La producción de ropa no sólo afecta en tierra sino también en mares
DANIEL GALEANA La producción de ropa no sólo afecta en tierra sino también en mares

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico