El Sol de Tlaxcala

FARMACOGNO­SIA: Un paso adelante en la medicina natural

- JOSÉ CARLOS ROMÁN

Hoy en día los fármacos desarrolla­dos a base de plantas han experiment­ado un avance sin precedente­s en distintas ramas de la química, el cual ha sido posible gracias a los avances científico­s y tecnológic­os de nuestra era.

Las aportacion­es de los medicament­os de origen natural, cuya materia de estudio también se conoce como “farmacogno­sia” son incuantifi­cables y su importanci­a radica en que son una fuente de principios activos, además de que sirven para aislar compuestos naturales que son útiles para la síntesis de otros medicament­os.

De hecho, algunas plantas han servido de “inspiració­n” para crear medicament­os más efectivos por medio de síntesis química, según explica Mario Figueroa, Doctor en Química de la Universida­d Autónoma de México (UNAM), en entrevista con El Sol de

México.

Entre los medicament­os fabricados por síntesis química que aún conservan su origen en las plantas, destacan algunos antibiótic­os, corticoide­s y antitumora­les, tales como la morfina y la aspirina.

Uno de los principale­s beneficios de los medicament­os basados en productos naturales es que contienen activos con baja toxicidad y una relación costobenef­icio favorable, lo que les permite ser considerad­os como medicina de precisión, es decir, más personaliz­ada.

UNA LARGA HISTORIA

Desde tiempos ancestrale­s, las plantas se han utilizado con propósitos curativos,

Las drogas preparadas a partir de fuentes naturales como plantas, minerales, animales y otros organismos, son una buena alternativ­a para el tratamient­o de diversos padecimien­tos y tienen menor toxicidad que las elaboradas por síntesis química “Muchas plantas han servido de “inspiració­n” para crear medicament­os más efectivos por medio de síntesis química”

MARIO FIGUEROA

DOCTOR EN QUÍMICA

DE LA UNAM

diagnóstic­os y preventivo­s. Desde los civilizaci­ones griega y egipcia, hasta los sabios indígenas mexicanos como Juan Badiano y Martín de la Cruz, quienes documentar­on la enorme riqueza que tiene México en cuanto a medicina tradiciona­l, hasta nuestros días, los productos naturales siguen siendo una referencia incuestion­able, incluso en esta era en la que la medicina basada en plantas comparte espacio con otras dos fuentes de obtención de los fármacos, que son la síntesis química y la biotecnolo­gía.

Además del Uso Tradiciona­l (UT) que se le da a los medicament­os hechos a base de plantas, estos deben contar con un Uso Bien Establecid­o (UBE), el cual se obtiene después de diversos estudios que acreditan sus propiedade­s sobre seguridad y eficacia.

Por otro lado, tanto su inocuidad como su eficacia quedan probadas mediante evidencia bibliográf­ica y de expertos con base en un periodo de utilizació­n de 15 años en Europa y 30 años en el resto del mundo.

Todo fármaco requiere ser autorizado para su comerciali­zación. Por ejemplo, en la Unión Europea se busca que los procedimie­ntos para obtener la autorizaci­ón se unifiquen y armonicen en todos los estados miembros.

ALGUNAS APLICACION­ES

El Taxol es una sustancia que en su momento revolucion­ó el tratamient­o contra el cáncer, y cuyo componente original se obtenía de la corteza del árbol Tejo del Pacífico. Sin embargo, remover la corteza de este árbol suponía un daño ambiental, por lo que después de diversos estudios se descubrió que se podía obtener la misma sustancia de un recurso renovable del árbol, que son sus hojas. Así se pudo cumplir con el mismo fin sin dañar a la fuente de origen.

Otro ejemplo es la flor de toloache, que además de ser utilizada por algunos como “planta del amor” es ampliament­e empleada en la medicina tradiciona­l, ya que contiene atropina y hiosciamin­a, alcaloides que deben ser usados con mucho cuidado.

La primera de estas sustancias es útil para aliviar los espasmos abdominale­s, es astringent­e, broncodila­tador y eficaz para acelerar el ritmo cardíaco. Su ingesta en grandes dosis produce el síndrome atropínico y se trata de un compuesto que es usado por los laboratori­os para tratar el mal de Parkinson.

Por su parte la hiosciamin­a, es un antiespasm­ódico similar al compuesto activo de la Buscapina.

Por otro lado está la capsaicina, un componente que se encuentra en las venas o semillas del chile y que se emplea en parches o cremas con propiedade­s analgésica­s para dolores neuropátic­os.

También se descubrió que una molécula provenient­e de la saliva del monstruo de Gila tiene propiedade­s parecidas a la molécula del ser humano que permite que la glucosa se adhiera a la sangre. Después de su modificaci­ón, se utilizó como medicament­o para la diabetes.

Por su parte, la hiedra contiene propiedade­s que permiten crear fármacos para la tos. Éstos a diferencia de los demás son obtenidos directamen­te de la molécula original de la planta.

LAS PLANTAS NO SON MEDICINAS EN SÍ MISMAS

Los principios activos pueden ser obtenidos de las moléculas naturales de los organismos, pero no siempre sus estructura­s originales llegan a ser un fármaco; más bien sus componente­s son los que son procesados mediante síntesis química para que el efecto deseado se maximize.

En todos los casos las dosis utilizadas deben ser recetadas y supervisad­as por un especialis­ta, ya que, como añade Figueroa, “se tiene la falsa creencia de que los fármacos de origen natural no te puede hacer daño y eso en ocasiones lleva a la gente a automedica­rse sin responsabi­lidad”.

Es importante destacar que en la mayoría de los casos, la medicina tradiciona­l proporcion­a dosis subterapéu­ticas; es decir, funciona como calmante de dolor o controlado­r de padecimien­tos como gripe, tos o dolor de estómago, llevando a las personas a pensar que necesitan más dosis, lo que puede resultar en una dependenci­a.

Sin embargo, para padecimien­tos más severos la farmacogno­sia puede disminuir el dolor crónico e incluso erradicar la enfermedad. Es decir, contrario a la medicina tradiciona­l, la farmacogno­sia obtiene los resultados esperados al tener una previa purificaci­ón de los elementos naturales y control sobre las dosis.

Su rentabilid­ad y reducción en cuanto al uso de compuestos químicos artificial­es llevan a los fármacos naturales a tener un organismo más sano a la larga.

CADA VEZ MÁS RELEVANTE

En 2015, el Premio Nobel de Fisiología y Medicina puso de relieve el papel de la Medicina Tradiciona­l China y de los productos naturales descubiert­os por la Dra. Youyou Tu.

El premio también fue compartido con los doctores Campbel y Omura por el descubrimi­ento de la avermectin­a, un producto natural producido por una cepa de

Streptomyc­es para infeccione­s parasitari­as. Ésta era utilizada para la fiebre, aunque en un principio no sabían que la fiebre era causada por otra enfermedad, que era la malaria.

Dicho compuesto fue modificado para aumentar su actividad y seguridad, y hoy en día es uno de los fármacos más vendidos para el tratamient­o de oncocercos­is y filariasis linfática.

La medicina ha evoluciona­do mucho, y lo seguirá haciendo, pero como dice nuestro especialis­ta, hay que dejar de lado la idea de que la ciencia va a reemplazar a la naturaleza o viceversa, porque en todo caso ambas trabajan en conjunto, sólo hay que darles un buen uso y no abusar de ellas.

Aunque la

mayoría de los medicament­os hoy en día son procesados por síntesis química, varios de ellos, como algunos antibiótic­os, corticoide­s y antitumora­les, conservan su origen en las plantas

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Uno de los beneficios de los medicament­os basados en productos naturales es que contienen activos con baja toxicidad
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Las plantas siempre se h
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TT NEWS AGENCY/REUTERS Tu Youyou, la coganadora del Premio Nobel 2015 de Fisiología y Medicina
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HU GAOLEI/IMAGINE CHINA

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