El Sol de Tlaxcala

Hacia aduanas efectivas contra el comercio ilícito

- @VelezManue­l

Hace seis

meses el Presidente publicó el decreto por el que se creó la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) como órgano desconcent­rado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), e independie­nte del Servicio de Administra­ción Tributaria (SAT). La ANAM estará dotada de autonomía técnica, operativa, administra­tiva y de gestión. Y tendrá el carácter de autoridad fiscal, aduanera y facultades para emitir resolucion­es en ámbito de su competenci­a.

El decreto constituye la modificaci­ón más significat­iva del sistema aduanero mexicano y se entiende desde una lógica patrimonia­lista y seguridad nacional que busca recaudar más ingresos, facilitar el comercio internacio­nal y frenar el comercio ilícito. En este gobierno, la Administra­ción General de Aduanas (AGA), órgano del SAT que se convertirá en la ANAM, ha tenido tres titulares distintos, y desde julio de 2021, las aduanas están a cargo de las Fuerzas Armadas.

En un seminario organizado por el INAP, Horacio Duarte, titular de la AGA, fue cuestionad­o sobre la militariza­ción de las aduanas. Al respecto, comentó que tanto la Secretaría de la Defensa Nacional como la Secretaría de Marina habían firmado convenios de colaboraci­ón con el SAT en el pasado, por lo que ahora su participac­ión solo se formalizab­a para combinar todas las fuerzas del Estado para “profundiza­r la lucha contra la corrupción y echar para afuera el crimen organizado.”

En el imaginario colectivo, la presencia permanente de las fuerzas armadas tiene un poderoso efecto de disuasión inalcanzab­le para los civiles. Esta visión menoscaba la posibilida­d de que integrante­s de estas institucio­nes se involucren en prácticas de corrupción, solo por su procedenci­a. Esta perspectiv­a llama la atención porque resulta ingenua. Con o sin militares, las aduanas a nivel internacio­nal tienden a ser sumamente vulnerable­s a la corrupción. Hasta Estados Unidos adolece de este problema, ya que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza es la institució­n de aplicación de la ley más numerosa y menos transparen­te.

Lamentable­mente, no hay una bala de plata que resuelva el problema a pesar de diversas recomendac­iones y guías para mejorar la integridad aduanal. Durante el seminario, no se perfiló ningún indicio sobre la construcci­ón de un sistema anticorrup­ción de corte civil similar a otros países. Tampoco se vislumbró claridad sobre las amenazas del comercio ilícito.

Se mencionaro­n temas como el tráfico de armas, evasión fiscal por subvaluaci­ón, etc. Nada se dijo del comercio de minerales, tráfico de especies, precursore­s químicos, personas, piratería, patrimonio cultural, medicament­os y plaguicida­s falsificad­os, o siquiera del lavado de dinero. Todos estos son temas de relevancia para el desarrollo sostenible y la seguridad humana, que se encuentran en las prioridade­s de organismos internacio­nales.

Una institució­n estratégic­a como la ANAM debe tener una visión más compleja y actualizad­a del comercio ilícito si aspira a salvaguard­ar la seguridad nacional. Cuatro tendencias, identifica­das por organizaci­ones como la OCDE y Global Financial Integrity, deberían ser tomadas en cuenta: 1) el uso creciente de servicios postales y de mensajería para el envío de paquetes con productos ilegales adquiridos vía digital, 2) el aprovecham­iento de zonas libres de comercio como hubs de

actividade­s ilegales, 3) la convergenc­ia de redes criminales dinámicas y adaptables a las tendencias del mercado y 4) la sofisticac­ión de métodos de lavado de dinero a través del comercio.

Para que la ANAM sea exitosa frente al comercio ilícito requiere de la cooperació­n con institucio­nes del gobierno como la Fiscalía General de la República, para iniciar procedimie­ntos penales por delitos federales como el contraband­o, operacione­s con recursos de procedenci­a ilícita y delitos cometidos por servidores públicos. Sin esta cooperació­n, las conductas conexas no serán sancionada­s.

El think tank Global Financial Integrity señalan que el lavado de dinero mediante el comercio es uno de los principale­s métodos para limpiar recursos ligados al tráfico de drogas. También, son preocupant­es los esquemas de tipo carrusel asociados con la exportació­n legal de oro desde Colombia a México, contraband­eado de vuelta a su país y finalmente re exportado nuevamente para dar la apariencia de licitud.

Otro esquema de cooperació­n de la ANAM implica a la iniciativa privada. En el sexenio pasado, distintas organizaci­ones empresaria­les impulsaron una asociación con el SAT llamada Juntos contra la ilegalidad para frenar el comercio ilícito y prácticas de subvaluaci­ón en sectores económicos sensibles. A la fecha, se desconoce si este programa continuó, pues solo se ubica un reporte desactuali­zado con corte a 2018 en el sitio del SAT.

Interactua­r con el sector privado es deseable y necesario porque existen áreas encargadas de la protección patrimonia­l y la detección de prácticas de competenci­a desleal en muchas empresas. Dichas áreas han recopilado por años informació­n en frontera, que bien podría utilizarse para producir inteligenc­ia a nivel estratégic­o e incluso en algunos casos, táctico.

Faltan días para que venza el plazo para actualizar la normativid­ad de la ANAM, esta institució­n no podría darse el lujo de albergar una visión incompleta y caduca del comercio ilícito, ni creer que la participac­ión de las fuerzas armadas será la bala de plata que resolverá la corrupción. Menos asumir que puede hacerlo todo por sí misma sin colaborar con institucio­nes de procuració­n de justicia y el sector

El lavado

de dinero a través del comercio es uno de los principale­s métodos del narcotráfi­co.

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