CERCA DE 20,000 PERSONAS SE DIERON CITA PARA EL MEDIO MARATÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO Reto cumplido
Nada ni nadie frena el ímpetu de los corredores. Apenas son las seis y media de la mañana, pero el Paseo de la Reforma se ha convertido en una pista gigante. La música, que suena a lo lejos, se combina con el sonido de las pisadas. La multitud se divide en grupos que se dan las últimas palabras de aliento y se toman fotos, siempre al borde la experiencia que supone correr durante 21 kilómetros.
Las voces llegan en forma de murmullos. “Estoy emocionada, voy a disfrutar cada kilómetro, me acompaña mi familia, mis amigos. Lo que me motiva es esa sensación de disfrutar cada kilómetro, el apoyo de la gente cuando sale a las calles, al final el llegar a la meta es una gran satisfacción”, mencionaba Cristina, una de las tantas corredoras que esperaba el momento de comenzar la carrera.
El Medio Maratón de la Ciudad de México reunió 20,000 corredores que llegaron desde toda la República. El amarillo rotundo de la Torre del Caballito atestigua un amanecer frenético. Más lejos, el Monumento a la Revolución y la Torre Latinoamericana dibujan una franja tan extensa como el propio recorrido.
El ambiente previo es de emoción, pero también de nerviosismo.
Las carreras multitudinarias a menudo se asemejan a un río cuyo cause suele ser incontenible, como el agua que brota de la Fuente del Bicentenario al momento que suena la cuenta regresiva y después el balazo de salida, que retumba por unos instantes. Y el recorrido empieza, por el Paseo de la Reforma, hay banderas mexicanas, y matracas, y hasta un Spiderman.
La fila poco a poco se dispersa. La diferencia en la velocidad va separando a los corredores. Sólo algunos competidores fueron capaces de vencer sus propios límites para llegar a la meta.