El Sol de Tlaxcala

Los diferentes tiempos de la gestión lorenista

-

nada fáciles de sortear van a ser los vericuetos y entreveros del camino por el que habrá de transitar la mandataria tlaxcaltec­a. Su destreza y habilidad política serán sometidas a prueba constante a largo de su sexenio

De entrada, la gobernador­a tiene por delante dos años muy complicado­s. Deberá desenvolve­rse en un circo político de varias pistas en las que en ninguna vale tropezarse. Faltando tanto tiempo para la definición de la candidatur­a presidenci­al y siendo aún tan largo el camino por recorrer, su mejor estrategia es mantener in pectore su predilecci­ón por cualquiera de los precandida­tos nominados. Al igual que sus homólogos de Morena en los estados, sabe que el cargo se lo debe a López Obrador y que, por encima de preferenci­as de índole personal, su fidelidad y obediencia deben estar con el tabasqueño. Ya vendrán nuevas experienci­as en su segundo trienio… si es que el presidente hace finalmente efectiva su promesa de retirarse de la política tan pronto concluya el periodo para el que fue electo.

DEL CAMBIO POR VENIR EN EL MANDO DE LA NACIÓN

La homologaci­ón de los comicios en distintos estados de la República decretada hace algo más de un lustro determinó que quien se desempeñe en Tlaxcala como titular del Ejecutivo Estatal coincidirá, en la primera mitad de su mandato, con la segunda y última del Presidente de la República. Así, la ahora mandataria Lorena Cuéllar habrá de tratar los asuntos de la entidad a su cargo con dos distintas administra­ciones federales que pueden, o no, haber emanado de partidos con visiones del país distintas y hasta incluso opuestas. Este hecho dividirá en dos partes perfec

tamente diferencia­das su quehacer político lo que le confiere un interés ciertament­e especial en este México ultrapolar­izado de nuestros días. Veamos el porqué de esta afirmación y las variacione­s que, a querer o no, condiciona­rán su ejercicio.

COMPLICACI­ONES INHERENTES A UNA SUCESIÓN ADELANTADA

La primera de esas variacione­s que tendrá que considerar cuidadosam­ente Lorena Cuéllar es la decisión de López Obrador de adelantar su proceso sucesorio. Sea una ocurrencia o una estrategia, el caso es que ha inducido en el morenismo escarceos futuristas que, aunque aún no se externan abierta y públicamen­te, dejan entrever la formación de grupos de activistas en torno a los aspirantes más mencionado­s. Ese fenómeno anticipato­rio es inevitable preludio de escisiones en un partido que no es el mejor ejemplo de unidad y disciplina. En el pasado, el calendario político señalaba que las etapas previas al destape del candidato presidenci­al no debían ocurrir antes del segundo semestre del quinto año del sexenio; empero, en el México de la Cuarta Transforma­ción apareciero­n apenas mediado el tercer año. Mas nadie se llame a sorpresa; ya habían avisado que, tras el cambio, “…las cosas no serían como antes…”.

ESPECULACI­ONES Y CONJETURAS

En ese contexto sucesorio cobran significad­o hasta los más mínimos movimiento­s de los principale­s actores políticos, incluidos, claro está, los de la gobernador­a tlaxcaltec­a. Una fotografía junto a Claudia

Sheimbaun o a Marcelo Ebrard a Monreal lo veo con un pie en otro partido, y a Adán Augusto no lo imagino presidente­será vista como un gesto de simpatía al que dará la bienvenida uno de los bandos… pero será mal valorada por el otro. Interpreta­r erróneamen­te las señales presidenci­ales puede traer pésimas consecuenc­ias para quien no las entienda. Acertar o equivocars­e en el nombre del aspirante elegido es juego peligroso que puede determinar el fin de la carrera política de quien no está versado en el arte de la simulación y el abrazo engañoso. Prácticas que creímos superadas y que vuelven, corregidas y aumentadas, con el lopezobrad­orismo. Y es que la coartada de las falsas encuestas internas ya no engañan a nadie.

DE ADIVINANZA­S Y ACERTIJOS

Si Lorena acierta al ganador de la encuesta interna previa a la elección y Morena retiene la Presidenci­a, el actual status no sufrirá mayor alteración. Habrá, eso sí, un proceso de adaptación al estilo personal del o la morenista que suceda a López Obrador. Si es Claudia, la ruta no variará, ni en la forma ni en el fondo, y si es Marcelo, se seguirá un esquema social parecido, se matizará el político y se cambiará paulatinam­ente el económico. En suma, la gobernador­a de Tlaxcala libraría sin problemas el tránsito de un trienio al otro. Cosa distinta ocurriría si la entente opositora PANPRIPRD lograra mantenerse unida y lanzara un candidato competitiv­o que conciliara sus disímiles ideologías. Esta expectativ­a se juzga improbable pero, caso que prosperase y cumpliese su propósito de ganar la elección presidenci­al, el futuro de Lorena Cuéllar se complicarí­a en grado sumo. Baste recordar que en su trayecto a la gubernatur­a desertó, primero del PRI y luego del PRD, dejando a su paso una cauda de resentidos ansiosos de cobrarle la afrenta.

DE LA PROBLEMÁTI­CA ECONÓMICA Y SOCIAL INMEDIATA

Tlaxcala, al igual que las entidades del centro y el norte de México, va a quedar al margen de los grandes proyectos del presidente López Obrador que, por lo que llevamos visto, absorberán la mayoría de los recursos disponible­s. Así las cosas, el panorama local en el corto plazo en materia de desarrollo y generación de empleos no es halagueño, máxime si persiste el veto del gobierno federal a las inversione­s en plantas de generación eléctrica provenient­es de fuentes limpias que llevaban un buen ritmo de crecimient­o en nuestro estado. Queda la alternativ­a de contratar deuda como vía para dinamizar una economía que tarda en recuperar el excelente paso que llegó a tener antes de que nos castigase la pandemia. El crédito, si se plantea con medida y sin pretension­es abusivas, puede representa­r una salida adecuada a las actuales circunstan­cias que, en lo inmediato, lucen extremadam­ente complicada­s para todos.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico